Capitulo 14

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Narra Leila:

Sin decir nada mas cada una se fue a su cuarto, ambas tristes porque no sabíamos que era lo que iba a pasar a continuación, cuando estuve en mi cuarto no pude caer dormida como me hubiera gustado. Estuve girando en mi cama alrededor de una hora, hasta que me di cuenta de que en mi escritorio se encontraba una cajita que no había visto antes, junto a esta se encontraba una nota.

Me levante de la cama para prender mi lampara de estudio, tome la caja y la nota sentándome en la silla y sorprendiéndome al leer de quien era "JASPER"

Abrí la nota con un poco de miedo porque no sabia muy bien que abría en la nota y menos en la caja.

"Mi querida Luzbel.

Espero que nos podamos ver pronto, espero que aceptes este regalo. Se que tal vez no me quieras perdonar, pero quiero que sepas que no me rendiré hasta el último día en el que deje de estar de pie en esta tierra.

Quiero que siempre que uses este anillo recuerdes que habrá alguien que te va a estar esperando y que espera que en algún momento lo perdones por todas las estupideces que ha hecho.

J.H"

Al abrir la caja me encontré con un anillo de plata con pequeños detalles en color negro y blanco. Al ver el anillo me dieron ganas de llorar, mas porque era muy posible que no podría volver a verlo por un largo tiempo. Tome el anillo y me lo coloque, me quedaba perfectamente.

Me volví a acostar en mi cama, sintiendo como lagrimas caían por mis mejillas, abrazando la mano en la cual tenia el anillo caí dormida.









Cuando desperté al día siguiente eran las seis de la mañana, no quise perder el tiempo y me arregle. Al terminar de arreglarme, baje al sótano para poder hacer las pociones necesarias para que mi madre y Charlie pudieran estar protegidos.

No me quería ir sin antes dejarlos protegidos, ya que no sabía hasta que día regresaría a la casa.

Mientras que estaba creando un hechizo para que mi madre pudiera tener un poco de más poder en ocasiones de verdad importantes, cuando escucho a alguien bajar por las escales.

-Hija, ¿Qué haces? -pregunto mi madre.

-No me quiero ir sin antes dejarles un poco de protección-hable sin mirarla.

Sentí como se acercaba a mí y me tomaba de las manos.

-Leila por favor, no tienes que hacer nada de esto. Nosotros nos podemos proteger por nosotros mismos, estaremos bien hasta que regreses no tienes que preocuparte pequeña.

Yo la mire aun con duda, no la quería dejar, mis ojos se aguaron y ella lo noto por lo que me abrazo, yo corresponde sujetándole más fuerte hacia mí, hasta que escuchamos como alguien más bajaba lo que nos puso alerta.

- ¿Se encuentran ahí chicas? -escuchamos la voz de Charlie.

-Si-contesto mi madre y Charlie termino de bajar.

Veía a su alrededor sorprendido, él nunca había bajado por lo que era normal que se encontrara sorprendido con todo lo que tenía, se acercó a donde nos encontrábamos mi madre y yo.

-Nunca creí que tuvieras tantas cosas aquí Luz.

-Bueno me gusta tener por cualquier cosa-le reste importancia, tome algo de la mesa-Charlie ¿te puedo pedir algo?

-Claro, ¿Qué necesitas?

-Bueno me podrías prometer que jamás te quitaras este collar-le entregue un collar que tenía un cristal que contenía un hechizo protección, él lo miro dudando un poco-por favor.

RED EYES | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora