Extra

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7 años después:

El tiempo paso y ahora 7 años despues Bélier y Reneesme ya habían concluido con su crecimiento, Reneesme parecía una chica de 18 años mientras que Bélier un joven de 20 años, como el tiempo ya había pasado los Cullen tuvieron que abandonar Forks por no envejecer.

Ahora los Cullen junto con Jacob y Leah se encontraban viviendo en el infierno, toda la manada Quileutes consiguieron a sus improntas un suceso demasiado extraño, ya que era algo difícil el que tan siquiera un miembro la consiguiera, ahora todos tenían a su compañero, por lo que al ser sus improntas humanos decidieron evitar la transformación para poder envejecer junto con ellas o esperarían a que su impronta tuviera una edad similar a la suya para hacerlo, los únicos que no envejecerán serían Jacob y Leah por sus improntas ser mitad vampiro.

Todos se encontraban en el comedor ya que era momento de la cena, la única que no se encontraba presente era Leila, la cual estaba en su oficina como desde hace dos días, en los cuales no había salido ni siquiera para comer o dormir; Nadie sabia el porque lo hacia, pero es que ella no hablaba con nadie ni siquiera con Jasper, Lilith o Minion que eran los encargados de ver que siguiera con bien.

-¿Mamá no volverá a estar presente?-preguntó Bélier a su padre.

-No se pequeño, no a querido abrir la puerta de su oficina cuando hemos ido.

En ese momento la puerta se abrió y por ella entró Leila la cual se encontraba con una gran sonrisa.

-Quiero pedir disculpas a todos ustedes por haber estado actuando tan distante estos últimos días, pero quiero comunicarles que tendremos una visita esta noche-con una sonrisa miro atras de ella donde se encontraba la puerta.

-Buenas noches disculpen la demora.

Todos se encontraban asombrados por la persona a la que veían frente a ellos, Lilith fue la primera en reaccionar, levantándose con torpeza en su caminar por como se encontraba aun, camino a la persona que se encontraba frente a ella.

-Lucifer-habló cuando ya estuvo frente a él.

-Hola Lilith.

-¿Cómo es posible que te encuentres aquí? No estabas en el cielo...

Suspiró y miró a Leila, para luego mirar a Bélier.- Mi padre quiere venir a conocer al pequeño Bélier, el cual noto ya no es ningún pequeño, ahora es todo un hombre.

Todos estaban sorprendidos de ver a Lucifer ahí, pero lo que más les llamaba la atención eran el par de alas de color blanco que se encontraban en su espalda, además de que su vestimenta, aunque aun fuera formal, ahora no contaba con el típico traje oscuro, sino que traía puesto uno de color gris con camisa blanca.

-¡Vaya abuelo! Tus alas de verdad son impresionantes-hablo Bélier sin poder ocultar su gran sonrisa al volver a verlo.

-Oh si perdon, me e olvidado de guardarlas-sin más las oculto de la vista de todos-. Son algo que no extrañaba-dijo por lo bajo para después mirar a Leila-. Entonces pequeña, ¿lista para conocer a mi padre?

-¿Como lo conoceré si no puedo subir y dudo que el venga?

-Tonterías, claro que puedes subir. Ahora eres reina del infierno.

-Pero... tú no podías subir.

-Porque yo fui expulsado, pero tú sí puedes y como Bélier está bautizado en su iglesia no abra ningun problema con que vayan, pero solo ustedes-como nadie dijo nada, hablo-. Bien vendré por ustedes al amanecer.










Para Leila y Bélier conocer "el paraíso" fue lo más sorprendente, Leila era la primera bruja en poder conocerlo. Cuando llegaron fue una gran sorpresa ver la cantidad de ángeles que se encontraban en ese lugar, si a ella ya le parecían maravillosos los ángeles que ella conocía, ver a un ángel en todo su esplendor era algo sorprendente no podía negarlo.

Lucifer los guío hasta llegar a lo que parecía una oficina de color blanco, ahí se encontraba Dios, que al verla le regaló una sonrisa al igual que con Bélier. Hablaron un rato, para ella fue incomodo ya que no podía negar que todo eso para ella era algo que se sentía mal por su crianza.

Al finalizar Dios le agradecia a Leila todo lo que había hecho con Lucifer, y a Bélier le regaló una caja de galletas angelicales(galletas especiales que te hacen decir la verdad).

Al regresar a casa todos los miraban con expectación, aunque ninguno hablo solo se sentaron con su familia en la biblioteca, hasta que Jasper hablo.

-Te vez hermosa con ese vestido-Leila lo miro extraña hasta que miró su ropa para luego mirar a su hijo.

Ambos vestían de colores claros, ella traía un  vestido blanco hasta los tobillos con toques en celeste, mientras que su hijo vestía un pantalón gris y una camisa azul rey.

-Creo que nos dio un nuevo atuendo de regalo.










La vida en el infierno era cómoda ya que no debían de esconderse, era verdad que habian dias en los cuales el calor era demasiado como tambien habia dias en los cuales hacía mucho frío pero al final era mejor estar ahi, que tener que ocultarse de los humanos.

Emmet se la pasaba compitiendo con los ángeles caídos, mientras que Alice y Rosalie, platicaban de moda con todos, tratando de convencerlos de cambiar su estilo de vestimenta; Jasper junto con Damon iban juntos a los entrenamientos de ángeles y demonios. Jasper iba porque era su trabajo mientras que Damon iba por simple gusto. Edward con Carlisle se la pasaban aprendiendo de cada uno de los secretos que escondía el infierno, mientras que a Esme le había gustado el área que Leila le preparó para que pudiera trabajar en nuevos proyectos de construcción.

Jacob y Leah se la pasaban con los más jóvenes, y como era de esperarse siempre lograban escaparse del infierno e ir a Greendale, donde iban al cine a comer o simplemente a pasear por el bosque, ya que Jacob y Reneesme no eran todavía nada, mientras que Leah y Bélier ya eran novios. Cosa que ponían celosas a todas las chicas de la Academia de las Artes Ocultas, lugar donde actualmente estudia su magia.

Leila gobernaba junto a  Lilith el infierno teniendola de consejera, todo el tiempo libre que lograba tener lo pasaba junto a su marido y familia, hasta ahora ningun problema se había presentado por lo que era tranquilo.

-ortiz6acosta


RED EYES | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora