• CAPÍTULO 38 •

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El Fuerte ruido del despertador resuena en toda la maldita y vacía habitación; dos días después de mi llegada de Bogotá.
Me dispongo a empezar mi rutina de ejercicio que la comparto con algunos chicos, en este caso Bratt y Agustín.
Ellos intentan hacerme plática pero es imposible porque me cargo un humor de perros.

Vuelvo a mi habitación a ducharme y cuando salgo una vez ya listo, veo a mi madre colocar algunos obsequios debajo de un gran árbol navideño.

—Feliz víspera de navidad.

—¿Cómo?

—Esta noche es la cena de noche buena, ¿no te acordabas?—Niego con la cabeza—Que pena que ya no te emocione estas fechas.

—Lo siento madre.

—Solo espero que pases la navidad aquí.

—Es lo más probable.

—Deberías de darle obsequios a tus amigos. Sophia está muy triste.

—Claro que no, ella está emocionada porque viene su novio a comer ya que ayer nos pudo venir.

—Deberías estar más atento de lo que le pasa a tu hermana.

—¿Por?

—Liam le canceló ayer y también hoy. No quiere venir a esta casa porque sabe que le volarán la cabeza dentro de nada.

—Estupideces, nadie le va a tocar un pelo porque es el mejor amigo de Karol.

—Que nadie se lo pueda tocar no significa que nadie quiera tocárselos —Suspira—Ese chico le tiene miedo a nuestra familia. Haz algo.

—Sus problemas no me incumben a mi, no me interesa.

—Nunca cambias hijo, nunca te importará nadie más que tú.

—Me importas tú mamá.

—Es porque soy tu madre, pero nadie más te importará mas que tu maldito ego. A veces me gustaría que no te parecieras tanto a tu padre.

Frunzo el ceño. No me queda de otra más que poner cartas sobre el asunto y meterme en el maldito problema de Sophia.

—Voy a salir.

—No tardes. Prepararé una deliciosa cena para todos.

Asiento con la cabeza y le doy un beso en la mejilla.
Salgo de ahí y ordeno que me traigan un coche.
En algún momento me puse a investigar sobre la vida de lo amigos de mi mujer y claramente sé dónde vive ese maldito hombre.

Tardo media hora en llegar y estoy de suerte porque me encuentro a Liam fuera de su casa charlando con su sexy vecina.
Detengo mi auto y me dispongo a verlo.
El chico no es para nada feo y eso me deja en claro que lo que le gusta a mi hermana Soph es su físico.

Es un chico inútil que no sabe hacer nada.
Bueno, que no sabe hacer nada importante que me sirva.

Me bajo del coche cuando ambos se acercan y me dan a entender que no están charlando sino que coquetean descaradamente.

La chica me mira con una sonrisa más amplia y provoca que el inútil me vea.

—Liam cariño, ¿quién es este galán?

—Soy el hermano de su novia —La sonrisa de ambos se esfuman—Y si no te importa me lo llevaré a dar una vuelta.

—¿Tienes novia?

—Yo...

—Vámonos.

Sin dejar que hable lo sujeto de su camisa y de mala gana lo arrastro hasta mi coche.
Abro la puerta y prácticamente lo lanzo.

Tú, Yo y El Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora