—¿Podrías dejar de hacer eso? Ya te he dado un papel aquí y si quieres hacerle de criada sería mejor que usaras uniforme sexy.
—Bratt, yo lo único que quiero hacer es ayudar. Estoy sola todos los días porque tú te vas y esto es lo que hago para no sentirme miserable.
—¿Miserable? Vives como reina, nadie te molesta y lo único que tenías que hacer era ponerte linda y actuar como la cara bonita que eres.
A veces Luz me sacaba de mis casillas. Siempre quería estar ayudando con la limpieza del lugar y eso no me agradaba, yo no la traje para que fuese una criada más.
—Bueno, quieras o no hoy haré la cena con las demás chicas.
Ruedo los ojos y la veo irse. Este tiempo se me ha estado comportando muy reveladora, ya no le importa si la regaño porque ella hace lo que quiere.
Me agrada que sea así, pero a veces me hace quedar en ridículo.Me quito las ropa para meterme a la ducha y después caigo en un sueño profundo. He estado muy agotado.
Al levantarme ya es de noche, salgo de la recámara y al querer entrar a la cocina me tropiezo con un juguete de camión de volteo.
Bufo frustrado y busco al culpable.—¡Helios! ¡Casi me haces caer! ¡La cocina no es para jugar!
—Cierra la boca Smith —Hermes entra detrás de mi—Sabes que a mis hijos no les puedes decir nada.
—Deberías de educar a esa bola de malcriados.
—¡Papi! ¡Llegaste!
Si, Hermes había llegado de un viaje a Washington D.C. Con Ruggero porque ahora resulta que son los mejores amigos del mundo mundial. Son inseparables.
Sus niños corren para abrazarlo y yo me distraigo con Luz que entra con los cubiertos para la cena.
Cuando está apunto de irse la tomo de la muñeca con fuerza para que me bese y así lo hace, después se marcha a seguir con la cena.—Qué linda tu casa Hermes, no había venido aquí.
Aprieto los puños cuando Ruggero entra como si fuese su casa. Como lo dije, él y Hermes se han estado portando como muy amigos y no tolero eso pero no puedo hacer o decir nada porque Ruggero es quien está más desesperado por encontrar a mi chimpancé.
Me voy del comedor hacia la cocina pero en ese lapso me quedo en la puerta viendo que entran más personas. Entra Sophia con ropa negra de camuflaje, gorra y lentes. Entra Dalton cargando un maletín con sus cosas de Nerd y por detrás vienen Agustin y, ¿quién es ella? Ah si, la castaña de Marsden.
Sigo con mi camino con Luz y la tomo desprevenida por su cintura besando su cuello.
—Al parecer hoy tendremos casa llena.
—Lo sé, el señor Hermes avisó que vendrían todos.
—¿Te avisó a ti?
—No, a Maxon, él me lo dijo.
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Tú, Yo y El Mal
FanfictionDicen que todos tienen un hilo rojo conectado con otra persona. Bueno, pues yo creo que mi hilo es más bien de color negro. Todos sueñan con un romance de películas donde tu amado príncipe llega y se te declara su amor eterno como Romeo lo hizo con...