• CAPÍTULO 65 •

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No pasó mucho para que toda la central se enterase del arresto de los Marsden.
Yo no me quería ir hasta que los agentes de California hablaran sobre las coordenadas que les di ya que ahí definiría totalmente todo. Definiría si mis instintos eran ciertos o falsos, y de verdad le rezo a Zeus de que sean ciertos y se hayan mudado.

»Conozco a Ruggero, él está atento a todos los detalles y el seguir viviendo ahí sería como un cabo suelto«

—¿Te encuentras bien? —volví a la realidad donde estaba sentada en un comedor de la cafetería con Harry. A esta maldita realidad donde todos me miran como si fuera algo de otro planeta.

—Estaba pensando en la familia Marsden. Creo que jamás se vieron venir que los hayan encontrado así de la nada. Además no me sorprendió que no tuvieran suficiente gente armada para protegerlos, ahora todos y cada uno le están sirviendo al rey para esta masacre.

—Pronto serán trasladados a la presión de alta seguridad de Europa, ¿te gustaría hablar con ellos?

—No. Ellos no me interesan, la única Marsden que de verdad quiero verla en prisión fue a la única que no encontraron ahí.

—Natalia.

—Exacto.

—Pronto lo estará, ya lo verás —Harry se detiene cuando otra persona se pone en nuestro campo de visión; Mason, su hermano.

—¿Ahora se la pasan como dos enamorados dando de qué hablar a los demás? —se sienta—No es nada personal, pero te estás jugando tu puesto hermano.

—Sé lo que hago Mason, no es necesario que vengas a recordármelo.

—Recién acabo de estar con nuestros padres, me invitaron a su casa esta noche para la cena de nochebuena, espero poder verlos ahí.

—No iremos —me adelanto a decir—Nosotros cenaremos solos esta noche. Tampoco es que sea algo tan importante, es simplemente una cena.

—¿Odias la navidad?

—No es lo mío.

—Me lo imaginé, aquí tenemos a una pequeña Grinch —mira a Harry—La suerte que te cargas viejo.

—Mason, ¿no tienes otra mejor cosa qué hacer? Estaba a gusto almorzando con mi novia y no me agrada para nada tu presencia.

—Escuché que le levantaste la voz a nuestro padre —sonrío a mis adentros cuando lo recuerdo—¿Qué acaso te estás volviendo loco?

—Una cosa es que me porte amable con ustedes porque son mi familia —le contesta serio—Pero ya es muy diferente que quieran pasar por encima de mi aun sabiendo que yo tengo el alto rango. Papá no tenía ningún derecho a desobedecer mis órdenes y si se atreve a hacerlo de nuevo, tendrá un serio castigo.

Mason me mira como si no quisiera discutir enfrente de mi y decide mejor guardar silencio.

Se despide con un gesto de la cabeza y se marcha de nuestra mesa dejándonos una ves más solos.

—Ese carácter hace que me excite.

—¡Amor! —me río.

—Te ves tan varonil, ¿no te gustaría ir a tu oficina para estar conmigo a solas y hacer...?

—Vamos —vuelvo a reír cuando me toma de la mano para caminar de prisa.

*•*•*•*•*•*•*•*

Una vez acabado el polvo me acomodo el pelo y observo a los alrededores. Parece como si un duende de la navidad hubiera vomitado aquí con tantos adornos que hay.
Ese será un problema, parece que a Harry le fascina estas fechas.

Tú, Yo y El Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora