El honor corría por mis venas desde antes de nacer, mi padre y abuelos me criaron para la grandeza, sin mas limites que los que mi mente decida ponerse, mi familia me dio el honor y la meta, la armada Americana el rifle y el entrenamiento, yo los h...
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Frío que lo abarca todo y la insana sensación de querer acabar todo a mi paso. No deja de venir a mi como oleadas de destrucción incontenibles aun cuando lo intente no pude controlarme con ellos.
Los insistentes reproches de mi mente por las formas en las que acabaron las cosas no dejan de atormentarme.
El tiempo ha alterado su curso y las horas pasan demasiado rápido aun cuando los segundos parecen eternos
Deberías intentar dormir. —Ignoro por completo su voz cuando habla sin más.
Mi mente no deja de repasar todos y cada uno de los pasos de la misión y como todos se fueron a la mierda, recuerdo su voz pero no su rostro y aunque se que haru me ayudó en algún momento mi mente no encuentra el cuando.
Presiono una y otra vez el encendedor de su móvil personal. encendiendo y apagando la pantalla una y otra vez. Aunque me lo plantee se que aunque le llame no contestara, por primera vez en mi vida el general no contestara, mi padre no contestara a mi llamado y pensando en lo ridículo que puede llegar a ser todo esto recuerdo que ya no tengo el mío.
La leve risa me abandona cuando mi conciencia insiste que esto es demasiado.
Demasiado ridículo.
Demasiado absurdo.
Demasiado fuera de lugar.
Si no estuviera viendo el ataúd a la distancia me plantearía que esta broma de mi desequilibrada mente. Quiero que así sea.
Esto debería ser un maldito sueño.
Extraño el tabaco — la miró dejando escapar todo el humo estancado en mis pulmones.
Amarillo.
Aun después de despertar entre sus brazos todo se siente fuera de lugar, este cuerpo no es mi cuerpo. Miro mis manos cuando la sensación de estar fuera de mi no desaparece, instintivamente le doy un toque nuevamente al encendedor del móvil. Mi maldita foto de fondo junto a él aparece nuevamente .
El hincha el pecho, levanta ambos brazos en pose de boxeador marcando los tatuajes en su pecho desnudo y los músculos de su brazos con la chulería que lo caracteriza. Caracterizaba, la bermuda de surf baja roja hace juego a mi traje de buceo medio puesto.
Tenía 20 y aunque tenía menos tatuajes de los que ostento hoy copio su pose pero de espalda.
Toru tomó esa foto. Su risa vuelve como un recuerdo lejano cuando vuelvo a calar de tabaco prensado.
Sonrió al recordar ese día. Celebramos mi cumpleaños y me pateó en el haiki hasta que se hartó. Fue la vez que como este año engaño a los chicos para celebrar mi cumpleaños y en esa canción todo fue más caótico, yo termine enojada con todos.
Quiero devolver el tiempo. Suspiro cuando se me estruja el pecho. Quiero hablar con él.
No es precisamente el dolor que siento. El inmenso entumecimiento no abandona mi cuerpo ahora, no logro concentrarme o permanecer tranquila.
