El honor corría por mis venas desde antes de nacer, mi padre y abuelos me criaron para la grandeza, sin mas limites que los que mi mente decida ponerse, mi familia me dio el honor y la meta, la armada Americana el rifle y el entrenamiento, yo los h...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Dónde? —Demanda por encima vez.
—Crepúsculo. — Susurro sin mirarle
—Cres.. Que....Ah?. Pero que cojon__.
—Es el momento en el que el día y la noche comparten el maldito firmamento con el cosmos como testigo — Le interrumpo y me mira con cara de estúpido por unos segundos
— ¿Eres tu romeo? —Ironiza— O has cogido con Poe en las últimas horas.
Su burla se ve interrumpida por el sobrecito contra su rostro, mas no deja de sonreir cuando lo atrapa antes de que caiga
— No idiota lo dice el azúcar, — Y puede que aun este demasiado dormido para reaccionar — Aunque el "maldito" es mío.
Revisa el sobre antes de romperlo, en su café y su vista permanece en mi para que le entregue otro.
—Este dice que debería amarte sin mas —se lo entregó cuando paso a su lado, y encaminarme a la salida.
—Eres un a idiota peque— me regreso solo para darle un guiño
"eterno leal y correspondido debe ser el amor a los animales"
—¿Me dirás donde estuviste a qué horas regresaste?
— Y Es que te debo explicaciones te crees la madre que nunca apareció? —Ahora me burlo.
—Si.
—¿Perdona?
—Lo que oído ahora habla. — lo demanda
—Shin.
—Peque. —Hace un gesto gracioso.
—Toru.
—Tara. —Y creo que lo perdí esta mas tonto de lo normal tanto lo he descuidado que perdió la cabeza y no me di cuenta.
—¡Hay dios!
—Solo habla.
—Eres un morboso. —le molesto un poco ya debería imaginarse que paso ayer.
—Siempre pero no se trata de eso. Ha pasado un tiempo desde que hablamos.
Le miro con curiosidad llevando el café a mis labios las mañanas siempre son un poco frías aun estado a mediados de junio.
El amanecer aun no arrecia y me pregunto si lo despertó lo mismo que a mí.
—Mentí por desgraciada así que habla —demanda nuevamente.
—Ala oeste —afirmo y el no evita la sonrisa.
—¿Esa no era mi ruta?
—Bien dicho era, anoche fue mía además veníamos del centro no iba a dar la vuelta entera al batallón para tomar la mía, perdimos la noción del tiempo puedes imaginarte el resto.
