El honor corría por mis venas desde antes de nacer, mi padre y abuelos me criaron para la grandeza, sin mas limites que los que mi mente decida ponerse, mi familia me dio el honor y la meta, la armada Americana el rifle y el entrenamiento, yo los h...
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Tara Amarok.
—¿Cómo en los viejos tiempos?
El me sonríe y asiente con la cabeza entramos a la lona de lados opuestos de la misma descalzos y con la la ropa de entra miento matinal en resumen el lleva solo su pantalón militar pero esta descaso yo llevo el mismo pantalón y mi sudadera de entrenamiento invernal aunque estemos en el interior pero es lo único que cubre sus marcas en mi por completo
—Hay que emoción— mis ojos van a Nath sentada en medio de los chicos y ahora mismo parecen perritos alineados y llenos de alegría, se me ocurrió practicar esto porque me calma y aunque llevemos tiempo sin hacerlo calma es lo que necesita mi mente para tener la fuerza de retener todo el revoltijo que ahora ostenta mi cuerpo.
Mi vista viaja a Shin y sonreímos al mismo tiempo.
—Keigo! —Su vista vuelve a mi como rayos laser y levanto la manos en señal de rendición sin soltar la katana de madera en una de ellas
—Summimasen—>> Lo siento, señor<<— le hago una reverencia de noventa grados y el rabillo del ojos puedo ver como shini evita descojonarse a cuestas mías pero se congela cuando el tio keigo lo mira, le saco la lengua y el muy maduro me devuelve el gesto.
—Sukioshi furumau—>> compórtense pequeños<<— nos reprende su padre, ahora ambos asentimos con la cabeza y volvemos a tomar posiciones
Llevamos poco mas de un año desde que empezamos con esto en cada receso de la escuela practicamos una y otra ves, un día es esto con el tío keigo los otros dos días del fin de semana uno estamos Shini y yo con mi padre practicando el haiki y el otro pues con los abuelos fingiendo que somos niños normales
—Aisatsi —>>saludo<<— ordena y hacemos una reverencia de sesenta grados al mismo tiempo
—Pojisho—>>En posición<<— mi pie derecho viaja atrás dibujando un circulo en la lona sin separar los pies de la misma
—Begin —empiecen y tarda mas el en darnos la orden que nosotros en atacar ,los bokken se golpean con fuerza.
El sonido del metal contra metal es ensordecedor, nos esquivamos ágil mente y después de algunos años los bokken o katanas de entrenamiento fueron cambiadas por espadas reales con fijo y la responsabilidad que estas mismas cargan
levanto el mentón y mantengo mi cuerpo totalmente estático cuando pierdo la primera ronda, la katana de Shin se detiene a escasos centímetros de mi garganta y sonríe triunfal.
Lo aparto con el respaldo de la mía y encuentro ese azul tormenta que ha ahogado mi alma los últimos días, damos un par de pasos sobre la lona y reiniciamos , saludo, posición y ataque.
¿Qué hacer?,¿ como hacerlo? dos preguntas que no se apartan de mi cabeza.
Alejarlo, como a todos, dos respuestas que me saben amargas en la garganta y me re insisto que he sido una tonta, desde el principio supe que esto pasaría, pero dejo que todo se valla a la mierda cuando me mira, cual cobarde, me he mantenido tan ocupada como ha sido posible, de verle no podre hacerlo y así pensé en esto cuando este calmada lo haré.
