ϟ Capitulo 32

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Estaba con Jules y Blaise en la sala de Slytherin, Jules estaba abrazada a Blaise, enterarse que Eliot se había fugado de Hogwarts, la había destruido.

—Es que...no entiendo—Jules sollozo. —¿Por qué fugarse?

—Seguro mi madre se lo ordeno—hablé. —Draco aún no sale? —pregunté a Blaise.

—No—respondió con angustia. —Desde que se enteró que su padre...bueno ya sabes.

—Iré a verlo—avisé. —Aunque no quiera ver a nadie, necesito estar para él.

A paso firme empecé a caminar a la habitación de Draco, cuando llegue toque suavemente la puerta.

—¡No quiero nada! —gritó Draco.

—Draco—murmure. —Soy Anne.

—Anne...—susurro. —No quiero ver a nadie, perdón.

Saqué mi varita y con un hechizo abrí la puerta.

—Draco...—murmure viendo como estaba sentado de espaldas a mí. —Por favor, mírame.

—Yo...yo no puedo...no puedo—murmuro Draco con la voz entrecortada.

Camine despacio. —Sí puedes, tú eres valiente, Draco.

—No—abrazo sus rodillas. —Yo no soy nada—empezó a llorar. —Solo soy un niño asustadizo que se esconde detrás de sus padres.

—Draco no...

—¡Sí! —grito levantándose. —¡No soy nada! ¡Voldemort vendrá por mí! —empezó a llorar con más fuerza. —Ni...ni puedo proteger...a mi madre...mucho menos a ti...

Draco se tiro al suelo de rodillas, al instante abrí mis brazos y lo envolví. Él me abrazo con más fuerza, llorando más y más.

—No dejaré que te hagan daño—murmure teniendo su cabeza acurrucada en mi pecho.

—Yo tengo que protegerte—sollozo viéndome.

–Pero esta vez te protegeré yo—sonreí.

Él solo me miro y se lanzó a abrazarme con todas sus fuerzas.

—Te quiero, Anne—murmuró.

—Yo te quiero más, Draco.

En un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos en el tren, para regresar a casa. Junto a Blaise y Jules, nos sentamos en un compartimiento de Slytherin.

—Draco se esta demorando mucho—hablé mirado a mi alrededor.

—Seguro esta con Crabbe y Goyle molestado a algún niño—murmuro Jules.

Impaciente, veía como todos los alumnos entraban pero Draco no aparecía.

—Iré a buscarlo—informé. —Ya vuelvo.

Empecé a caminar por el tren, buscando a Draco, hasta que lo encontré rodeado por el Ejercito de Dumbledore, Crabbe y Goyle estaban convertidos en babosas.

—¡Harry, detente! —me puse delante de Draco, quién veía con odio a Harry.

—¡Anne, tu no sabes que es capaz este tipo! —grito intentado quitarme del camino.

—¡A ella no la toques! —bramó Draco poniendo la punta de su varita en el cuello de Harry.

—¡Aléjate de Anne! —volvió a gritar Harry.

—Harry...—susurre mirándolo. —No, por favor.

Harry me miro por unos segundos y suspiro.

—Solo por esta vez, te salvas—Harry miro a Draco. —Malfoy.

El Ejercito de Dumbledore se retiraron, algunos miraron con resentimiento a Draco, mientras otros solo lo ignoraban.

—¿Estás bien? —pregunte.

—Sí—agarro mi mano. —Vamos.

Volvimos a los compartimientos de Slytherin, en donde nos sentamos juntos frente a Jules y Blaise.

—¿En donde estabas? —pregunto Blaise viendo a Draco.

—No importa.

El camino a casa fue realmente silencioso, ninguno tenia ánimos de hablar o algo. El tiempo paso rápido, y de la nada, estábamos bajando del tren.

—¿Estarás bien? —pregunte a Draco viéndolo.

—Sí—junto nuestras frentes. —¿Tú lo estarás?

Me quede en silencio sin saber que decir.

—Sí—sonreí apenas. —Lo estaré.

Draco me dio un pequeño beso y un abrazo.

—¿Cuándo nos veremos? —pregunte antes que se vaya a buscar a su madre.

—Te enviaré cartas—apretó mi mano. —Espero que sea pronto.

—También lo espero.

Draco se me quedo viendo, y sonreí con nervios, incluso ahora que éramos novios, aun así me ponía nerviosa.

—¿Qué pasa? —pregunté.

Él me seguía mirando, acerco sus manos en mis mejillas y me dio un beso.

—Te quiero, Anne.

Sonreí y puse mis manos encima de las suyas.

—Te quiero, Draco.

Lentamente, Draco bajo sus manos de mis mejillas, me dedico una sonrisa y se dio la vuelta para irse, y con él, una parte de mi corazón.

Agarre mi maleta, ya me había despedido de Jules, quien se había quedado con Blaise esperado a su padre. No sabía quién me iría a recoger o si me tendría que ir sola.

—Eliot—saludé al verlo.

—Me mandaron—contó agarrado mi maleta. —Vamos.

Caminamos hasta la movilidad que nos llevaría, primero subí y me siguió mi hermano.

—¿Ella esta allá? —pregunté con nervios.

—Sí—mi hermano miro por la ventana. —Ella está ahí.

No sabía si era por mis nervios, pero en el menor tiempo llegamos a la mansión, al bajar sentí una brisa horrible que recorrió todo mi cuerpo.

Antes de entrar, Eliot me detuvo.

—Eres Slytherin—murmuró. —No le digas lo contrario a madre.

—¿Qué? —me asombré. —Estoy orgullosa de mi casa, no lo voy a negar.

—Pues niégala—apretó mis brazos. —O recibirás maldiciones exclusivamente de ella.

Con eso me asusté demasiado, solo atiné a asentir. Eliot entro primero, y yo lo seguí. En la entrada no había nadie, esperaba que hubiera tenido que salir, para así no verla.

—Pero a quién tenemos aquí—murmuraron de las escaleras. —La pequeña Anne.

Alcé mi mirada para chocar con la de mi madre, quién sonreía con maldad y burla. Ella empezó a bajar, no la veía desde que nací, solo la conocía por fotos.

—Madre—salude con educación.

Ella llego hasta el final de las escaleras, miro a Eliot para luego pasar su mirada a mí, se acerco y puso su mano en mi mentón.

—Anne—murmuro. —¿Cómo has estado, hija?

—Bien—hablé cortantemente.

Mi madre soltó una risa, me miro de arriba para abajo con burla.

—Así que...Slytherin.

Eliot desvió la mirada y yo hablé.

—Sí, Slytherin.

Mi pequeña Anne  ↯ ┃DRACO MALFOY┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora