ϟ Capitulo 03

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¿Se acuerdan que pensaba que Draco y yo íbamos a ser amigos?

Bueno, eso no paso. Durante todo lo quedo del año, solo me ignoraba siempre que podría, incluso podía venir a molestar a Jules, pero no me dirigía ni una mirada.

—Profesor...—hable ayudado a ordenar sus cosas al profesor Lupin. —Mi padre estudio en su mismo año, ¿cierto?

—Sí—respondió. —Al comienzo nos llevábamos, pero al final si nos volvimos amigos.

—Entonces... ¿usted sabe por qué ahora es así? —pregunte haciendo una mueca.

El profesor se quedo callado mirándome. —Tu padre no siempre fue así. Ann, tu padre termino siendo un gran hombre, que sería capaz de sacrificarse por sus amigos...y por amor.

—Pero ahora es frío, no es malo conmigo, sin embargo...no es muy expresivo.

—Ann, hay cosas del pasado de tu padre que no soy el indicado para contarte—habló frunciendo los labios. —Lo lamento.

Me quede en silencio. —¿Y mi madre siempre era así?

—Siempre fue una desgraciada—se sonrojo por la vergüenza. —Disculpa, no quería hablar así de ella.

—No se preocupe—hable riendo. —Nunca me quiso tener, solo por no nacer hombre.

—Ann, solo te recomiendo que intentes romper ese muro de piedra de tu padre—me animó. —Una vez alguien lo hizo, y él cambio por esa persona.

—¿Entonces mi padre me quiere?

—Te quiere bastante.

Transcurro el último mes escolar, lamentablemente me tuve que despedir del profesor Remus, ya que había descubierto que era hombre lobo—sí, lo sabía—, casi llore cuando fui a despedirlo, ya que le había tomado demasiado cariño.

Cuando estaba en la estación, esperado a mi hermano para irnos a nuestra casa. A lo lejos vi a Draco, pensé que me ignoraría otra vez, pero esta vez...me sonrió.

Aunque suene absurdo, en mi corazón brillo la esperanza. Así que cuando mi hermano llego a jalonearme para irnos a casa, si con eso la sonrisa se quitó de mi rostro.

Subimos a una carroza, que nos enviaba nuestro padre para recogernos.

—¿Cómo te fue en tus notas? —pregunto mi hermano viendo por la ventana.

—Bien—afirmé. —La profesora Sprout...

—Tu jefa de casa—afirmo.

—Sí, me menciono que estaba entre los primeros puestos.

—Para el año escolar que viene, intentar llegar al primer puesto—se cruzo los brazos para cerrar los ojos. —Sabes lo importante que es nuestro apellido.

Cabizaje respondí. —Lo sé

—Al menos darle el orgullo a mamá de ser una de las mejores—hablo. —No dejes que ni esa maldita sangre sucia... ¿Cuál era su apellido?

—Granger–susurre

—Ni si quiera tuviera que estar en Hogwarts—hablo. —Los que son de sangre sucia piensan que pueden llegar a nuestro nivel, cuan equivocados están.

Moví la cabeza haciendo una señal de estar de acuerdo, sin estarlo.

Tardo unas horas en llegar hasta nuestra casa, bueno, mansión que por más grande que sea, se siente demasiada frialdad.

Cuando llegamos, los elfos domésticos llevaron nuestras maletas, aunque antes que se fueran, saque de mi bolsillo un poco de chocolate para entregarles, lo cual me agradecieron bastante.

—Hijos—mi padre nos saludo sentado en un sillón tomado un whisky. —Es bueno tenerlos de vuelta.

Mi hermano ni le devolvió el saludo, solo se dirigió directamente a su habitación.

Me senté en el sillón que estaba frente a la de mi padre, y traté de poner en acción lo que me había dicho el profesor.

—Padre, ¿cómo estuviste todo este tiempo? —pregunte cabizbaja.

—Bien—respondió. —¿Cómo te fue a ti?

—Genial—sonreí. —La profesora Sprout ha mencionado que estoy entre los primeros puestos.

—No trates de poner toda tu atención en los estudios—aconsejo. —Diviértete, que la época escolar nunca vuelve—susurro tomado otro sorbo.

—Bueno, solo tengo amigos en mi casa...pocos en realidad—murmure.

—Intente a hacer más—suspiro. —Tendrían que tenerte respeto, eres una...

—Rosier—completé cansada de mi apellido.

—Perteneciente a un linaje puro—siguió.

Los dos nos quedamos en silencio, en el lugar solo daba calor la chimenea que estaba encendida. Entonces, decidí decirle algo.

—Papá...—él levanto la mirada.

—Dime, hija—tomo el ultimo sorbo de su copa.

Suspiré y sonreí un poco para hablar.

—Te quiero.

Él después de mucho tiempo, me sonrió.

—Te quiero, hija. 

Mi pequeña Anne  ↯ ┃DRACO MALFOY┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora