Mi pequeña Anne ↯ ┃DRACO MALFOY┃

ϟ Capitulo 25

Luego de Navidad, tuve que volver a mi casa, en la puerta me esperaba Eliot, queriendo asesinar ahí mismo a Fred. Lo que quedaban de los días para volver a Hogwarts, la pase realmente aburrida, mi padre ni pasaba en casa y Eliot solo se encerraba en su habitación.

—¿Papá no vendrá a despedirse? —pregunté cuando llegamos a la estación.

—No—respondió cortantemente.

—Eh, ¿estas ansioso por terminar Hogwarts? —mire hacia mi hermano.

—No creo que lo termine—murmuro. —Para unirme al Señor Oscuro, no creo que importe tanto estos estúpidos estudios.

Con eso último, agarro su maleta y empezó a caminar hacia el tren. A los segundos llegó Blaise con Jules, quien le estaba gritado, al verme me abrazó y me ayudo para subir al tren.

—¡No le digas Blaise! —Jules se sonrojo.

—Ann, tu mejor amiga salió conmigo en la víspera de Navidad—presumió, a lo cual Jules le tiro un golpe en la nuca. —¡Eres mala!

—Cállate Blaise—murmuro Jules, de su bolso saco un pequeño obsequio para entregármelo. —Feliz atrasada Navidad, Ann.

Sonreí como agradecimiento, al abrir mi regalo, vi que era un collar con una J al final.

—Tengo uno igual, pero con la A—Jules saco el collar que tenía puesto sonriendo. —Así nunca estaremos separadas.

La puerta del compartimiento se abrió, dejado ver a un Draco.

—Ann—entró y cerró la puerta, luego se sentó a mi lado. —Eh, hola, ¿cómo estás?

—Bien—sonreí. —¿Qué tal pasaste la Navidad?

—Algo aburrida—murmuro. —Hubiera sido bueno tener tu compañía.

—Para la próxima Navidad me invitas—sonrió.

—¿Vendrías la próxima Navidad? — preguntó algo sonrojado.

—Con gusto iría—acepté.

—Tortolos—murmuro Blaise. —No somos fantasmas.

El camino a Hogwarts fue rápido, así como los días pasaban algo rápido. Estaba caminado por los pasillos, Jules había salido con Blaise, esos dos últimamente la pasaban muy juntos.

—Ann—me llamó Draco por atrás.

—Draco—sonreí. —Nos chocamos demasiado, ¿no crees?

—De hecho, te estaba buscado—se acercó. —Como Jules esta con Blaise, supuse que estarías sola.

—Oh, bueno, ya no estoy sola—me sonroje. —Ahora estoy contigo.

Con Draco nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que unos gemelos interrumpieron.

—¡Ann! —Fred paso su brazo por mis hombros. —Es un gusto verte desde Navidad.

—¿Desde Navidad? —Draco me miro sin entender.

—Oh, Malfoy, no te habíamos visto—George habló. —¿Qué hacías con nuestra pequeña Ann?

—Que te importa, fotocopia—murmuro Draco.

—Solo queríamos decirte Ann—empezó a hablar Fred. —Que nuestra querida madre le encanto conocerte en Navidad, a nuestro padre también le gusto verte en Navidad, a nuestra hermanita le encanto compartir habitación contigo en Navidad—sonrió, —ah, y a Ron le gusto que le compartieras de tu comida en Navidad.

—Y a nosotros nos encantó que pasaras con nosotros la Navidad—completo George.

Miré al instante a Draco, no le había dicho nada de qué pasaría la Navidad con los Weasley, él me estaba viendo furioso.

—¿¡Pasaste la Navidad con ellos!? —pregunto Draco mirándome.

—Draco, déjame explicarte—intente hablar.

—No—miro a Fred y a mí. —Ya entendí todo.

Draco se dio la vuelta enojado, y empezó a caminar rápidamente.

—¡Draco! —me separé de Fred. —¡¿Por qué hicieron eso?!

—Que no te importe, Ann—empezó a reírse Fred. —Luego le pasara el berrinche.

—¡Si me importa! —grité. —¡Me importa Draco!

Con eso último, me gire hacia la dirección que se fue Draco, para ir detrás de él. Empecé a correr buscándolo, hasta que vi que estaba sentado en un pasillo, solo.

—Draco...—murmure.

—Aléjate de mí—ordenó con la mirada hacia el suelo. —Vete con ese pobre e inútil fotocopia.

—No—hable con firmeza. —No me iré.

—¿¡Qué mierda quieres!? —Draco se levantó para quedar frente mío. —¡Ya entendí que lo prefieres a él!

—¿Por qué piensas eso? —pregunté. —Fred ha sido unos de los pocos que me ha acompañado todo este tiempo, lo quiero bastante.

—Entonces vete con él—murmuro con aborrecimiento. —Ya que lo quiero, vete con él.

—No quiero irme con él—sollocé. —¿Qué no entiendes? —baje la mirada. —Yo quiero estar contigo.

—¿Qué? —me miro Draco. —¿A qué te refieres?

Aprete mis puños, intentado no decir algo que luego me arrepentiría.

—Nada—negué.

—No, dime, ¿a qué te refieres? —volvió a preguntar.

—Nada.

—Ann, dime a que mierda te refieres—alzó un poco la voz.

Alcé mi mirada para verlo, y sin aguantar hablé.

—¡Me refiero a que te quiero a ti! ¡No entiendes que no sales de mi cabeza ningún segundo! ¡Qué es algo inexplicable lo que siento por ti! —grité. —¡Estoy perdidamente enamorada de ti! —sollocé. —¡Desde primer año lo estoy! ¡Y solo he recibido tu indiferencia! ¡Estoy harta de eso, Draco! ¡Cansada de no significar nada para ti! ¡Cuando tu significa todo para mí!

Empecé a llorar, abrazándome a mí misma, desvié la mirada sin querer ver a Draco.

—Sé que...para ti no importo nada de lo que dije...—murmure, —pero ya no podía ocultar todo lo que siento.

Draco estaba en silencio sin decir algo, así que decidí hablar.

—Entenderé...si deseas que me vaya—alcé la mirada. —Solo quería...

Fui interrumpida por Draco, quien había agarrado mis mejillas en sus suaves manos y me acercó a él.

Draco Malfoy me estaba besado, era mi primer beso.

Nuestros labios empezaron a coordinar perfectamente, era un beso suave y tierno, Draco seguía acariciando mis mejillas mientras yo estaba inmóvil aún sin creerme que estaba besando al chico por quien estoy enamorada desde los once años.

Él se alejó suavemente de mí, pero aún mantenía sus manos en mis mejillas.

—¿Qué-qué fue e-eso? —tartamudee sonrojada.

—Un beso—sonrió Draco. —Desde hoy eres mi novia, ¿entiendes?

—¿Es una orden o pregunta? —hablé sonriendo.

—¿Quién no quisiera ser novia del príncipe de Slytherin? —bromeó abrazándome por mi cintura.

—Arrogante—murmure sin dejar de sonreír.

—Así me quieres—me dio un pequeño beso.

—Te quiero mucho, Draco—pase mis pequeñas manos por su cuello. —Mucho.

—Te quiero Ann—acercó sus labios a los míos. —No tiene ni idea cuanto te quiero.

Con eso último, nos volvimos a besar.

La felicidad que sentía era algo tan inefable, sentía que mi corazón iba a salirse, las mariposas volaban a mi alrededor, estaba demasiado contenta, realmente me sentía feliz.

No pensaba que el trece de enero de ese año, mi felicidad iba a ser arrebatada.