Mi pequeña Anne ↯ ┃DRACO MALFOY┃

ϟ Capitulo 28

Eliot

Aparecí en mi casa, con paso firme empecé a caminar. Sabía que mi padre nos había llamado a mi hermana y a mí por orden de mi madre, ella quería saber si seguíamos siendo de su utilidad.

Claramente no dejaría que mi hermana está involucrada en esta mierda.

Entré a la mansión, de inmediato empecé a caminar a la sala. En búsqueda de mis padres. Aunque solo vi a mi padre sentado en uno de los muebles.

—¿Padre? —pregunté acercándome. —¿Y mi madre?

—Mi pequeño Eliot—hablo una dulce voz detrás de mí. —Has crecido bastante.

—Madre—sonreí con amagadura. — ¿Cómo lograste escapar?

—Mi Señor—murmuro con adoración. —Realizo una fuga en Azkaban, así logre escape de ese asqueroso lugar—sonrió con maldad. —¿Y tu hermana?

Con mi padre intercambiamos miradas.

—Ella se quedó en Hogwarts—respondí finalmente. —No la deje venir, eso levantaría muchas sospechosas.

—Eres tan inteligente como yo—mi madre acaricio mi mejilla. —Ya ha llegado tu momento, mi pequeño Eliot.

—No—mi padre se puso a lado nuestro. —Eliot no estará metido en esa mierda.

—Cállate—silencio. —No me importa lo que pienses tú, es mi hijo.

—Y el mío—siguió mi padre. —Él es demasiado...

—Yo hice mi iniciación a su edad—rodeo los ojos. —Mi hijo ya tiene la edad para hacerlo—mi madre agarro mis manos. —O bueno...quizás Anne puede intentarlo...

—No—me negué. —Yo estoy preparado para hacerlo.

Mi madre sonrió con perversidad. —Lo sabía—me soltó y empezó a saltar por la sala. —Mi Señor estará orgulloso de nosotros.

—Eliot—mi padre me miro preocupado.

—Estaré bien padre—murmure. —Anne no podría hacerlo, yo sí.

Mi madre se detuvo unos segundos, y miro un cuadro que estaba arriba de la chimenea, en donde estaba mis padres, mi hermana y yo.

—Eliot—mi madre se giró a verme. —Yo sé que tú me dirás la verdad...

La mire esperado que me pregunte algo, ella se empezó a acercar a mí.

—¿Anne está en Slytherin? —me pregunto mirado directamente a mis ojos.

—Sí—respondí usado oclumancia.

Mi madre se alejó un poco, pero si aparta su mirada sobre mí. El silencio invadió la sala por unos minutos, hasta que mi madre levanto su varita.

—¡Crucio! —grito lanzado el hechizo hacia mí.

El dolor recorrió todo mi cuerpo, me tire de rodillas al suelo, intente no dejar que el dolor me invada por completo.

—¿¡Pero que mierda te pasa!? —grito mi padre. —¡Es tu hijo!

—¡Cállate Louis! —grito. —¡Crucio!

Mi madre volvió a lanzarme la maldición, esta vez pude resistirlo un poco más que el anterior. Seguía arrodillado en el suelo, mis padres se me quedaron mirando, hasta que mi madre rompió el silencio con su risa.

—¡Esta listo! —empezó a tararear. —¡El Señor! ¡El Señor estará orgulloso!

Ella volvió a saltar por toda la sala, riendo de una manera macabra. Mi padre intento ayudarme a levantarme, pero lo hice solo.

—Cierras perfectamente tu mente—mi madre murmuro. —Y aguantas el dolor de una maldición—me acaricio mi mejilla. —Estoy tan orgullosa de ti, hijo mío.

—Aún le falta terminar su año—hablo mi padre. —Tendrás que esperar hasta el fin del año escolar.

—No—hablo ella firmemente. —Cuando Mi Señor gobierne todo, no necesitaras de tus estudios para ser alguien—empezó a reírse. —Solo importara la sangre y la lealtad hacia Mi Señor.

—Madre—llamé, a lo cual ella dejo de reír para mirarme. —Quisiera pedirte algo.

Mi madre suspiro, miro a mi padre y a mí al mismo tiempo. —Lo sé, cuidaré de tu hermana mientras tú te encargues de tus labores como mortífago.

—Gracias, madre—agradecí.

No dejaría jamás que mi pequeña hermana entreenvuelta en este mundo, ella es tiene tanta luz, para este mundo lleno deoscuridad.