ϟ Capitulo 34

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Empecé a caminar junto a mi padre por el Callejón Diagon, no entendía exactamente que hacíamos por ahí. Pasamos por la tienda de Ollivander, mi corazón se tensó al ver como su tienda estaba totalmente oscura.

—¿Dónde lo tienen? —pregunté, mi padre se puso delante de mí para que deje de ver.

—Vamos por otro lado—paso su brazo por mis hombros.

—Sigo sin entender que hacemos aquí—murmuré.

Llegamos a la altura del callejón Knockturn, vi como había una pequeña cantidad de personas frente a Borgin y Burkes, entre ellos resaltaba una cabeza rubia...Draco.

—Draco—sonreí.

—Sabía que iba a estar aquí...—murmuro mi padre. —No puedo decirte porque, pero al menos lo puedes ver.

Sonreí a mi padre, y le di un pequeño abrazo.

—Gracias.

—Vamos—murmuro.

Nos empezamos acercar, reconocí a varios mortífagos, me di cuenta que solo Narcissa y yo no lo éramos.

—Rosier—saludó uno de los mortífagos. —Pensamos que no ibas a venir.

—El Señor Oscuro me mandó—habló con frialdad.

—Sí, por lo viste—el mortífago me miró. —Has traído a tu pequeña hija.

—Sí, pero no la veas tanto...—mi padre se le acercó, —o te mato.

El mortífago se alejó y murmuro algo.

Viendo a Draco se cerca, lo veía tan demacrado, delgado, sus ojos mostraban una tristeza inmensa. Me acerqué, lentamente y me puse a su lado, su madre me dedico una mirada como saludo.

Me puse a su lado, él al mirarme se asombró de verme ahí, antes que me pueda preguntar algo, los mortífagos junto a nuestros padres empezaron a caminar hacia un lado.

Draco me agarro la mano para desviar el camino al cual se dirigían.

—¿Draco? —él me puso la mano en la boca, mientras miraba a todos los lados.

—Ven conmigo—agarro mi mano, pero se detuvo. —Espera, ¿qué haces aquí?

—Mmm—pensé en algo. —Preferí irme con mi padre que con mi madre.

Draco asintió, empezamos a caminar hacia Borgin y Burkes, entramos para que Draco empiece a buscar algo.

—Joven Malfoy—saludó Borgin. —¿Ha venido por el armario?

—Sí—Draco habló fríamente.

Borgin empezó a caminar hacia el fondo de la tienda, junto a Draco lo empezamos a seguir, hasta que llegamos y nos pusimos frente a un armario.

—El armario Evanescente—explicó.

—¿Sabe cómo arreglarlo? —preguntó.

—Quizás sea posible—respondió. —Necesito verlo, ¿por qué no lo trae?

—No puedo traerlo—Draco rodeó los ojos. —Tiene que estar allá, solo necesito que me indique como arreglarlo.

—Quizás tenga un manual o algo—Borgin se retiró de inmediato.

Draco suspiro y se giró a mirarme.

—¿Por qué necesitas ese armario? —pregunté.

—No importa—Draco me sonrió. —¿Cómo has estado?

—No me enviaste cartas—murmure.

Él rodeo los ojos y alzó sus hombros.

—No tenía tiempo.

—¿Qué estuviste haciendo? —seguí preguntado.

—No quiero hablar de eso—respondió cortantemente.

Los dos nos quedamos en silencio, Draco se acercó a mí y puso su frente contra la mía.

—Te extrañe—agarró mi mano. —Demasiado.

—Yo te extrañé más—sonreí. —Mucho más.

Draco me miro directamente a los ojos mientras acariciaba mi mejilla.

—Draco...—él desvió la mirada. —Sabes que me puedes decir cualquier cosa, ¿no?

Draco seguía sin mirarme, levanté mis manos para ponerlas en sus mejillas y hacer que me miré.

—Siempre estaré para ti, Draco—sonrió.

—¿Siempre?

—Siempre.

Escuchamos como unos pasos se acercaban, entonces nos alejamos un poco para evitar situaciones incomodas.

—Bueno, no es un manual—habló. —Pero, en este libro de magia oscura podrías encontrar algo.

Draco iba a agarrar el libro, sin embargo, Borgin levanto su mano indicado que quería un precio, Draco enojado sacó de su bolsillo una bolsa de muchas monedas, Borgin lo acepto y le entregó el libro.

Draco sin agradecer o algo, me agarro de la mano y empezamos a salir de la tienda, caminando rápidamente para que nadie viera que salimos de ahí.

Nos alejamos unos metros de la tienda, y entramos a un pasaje en donde no había nadie. Él se dedicó a leer un poco el libro, revisado un poco lo que contenía.

—¿Me dirás para que necesitas el libro? —pregunté.

—Después—cerró el libro. —Ahora solo quiero hacer esto.

—¿Qué cosa?

Draco me miro unos segundos y levanto su mano para ponerla detrás de mi nuca, y así acercar nuestros rostros para darnos un beso.

Sentía como mi vida había vuelto a tener colores, mi corazón latía a mil, la felicidad y el amor recorría por mi cuerpo.

Nos separamos, pero Draco me seguía teniendo en sus brazos, me sonrió para hablar.

—Te quiero, Anne.

Sonreí y le di un beso en la mejilla.

—Te quiero, Draco.

Mi pequeña Anne  ↯ ┃DRACO MALFOY┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora