Mi pequeña Anne ↯ ┃DRACO MALFOY┃

ϟ Epílogo

Año 2002

Había pasado cuatro años desde que acabo la Segunda Guerra Mágica. Al siguiente año de que acabo, mi padre salió de Azkaban, pero no era el mismo, su mirada siempre se veía perdida y cansada, paraba todo el día en su habitación, sentado en su balcón mirado hacia el cielo, sin decir nada.

También logré terminar mis estudios en Hogwarts, Draco decidió no seguir con sus estudios debido a que todos lo juzgaban por su pasado como mortífago. Me logré graduar y empecé a estudiar Herbología.

— Tiene depresión — indicó la psicóloga que vino a evaluarlo. — Desde ser comprensibles.

Tres años desde que salió mi padre de Azkaban, y en esos tres años solo demostraba tristeza.

— Debemos hacer algo — murmuró Lucius. — No puede seguir así.

Al parecer en Azkaban, mi padre con Lucius había desarrollado una amistad. Lucius había cambiado también, volvió más amoroso con su familia y se preocupaba demasiado por mi padre.

— Solo hay que darle tiempo — mencione mirado a mi padre.

Año 2004

El tiempo siguió pasado, y desde hace dos meses empecé a sentirme mal. Me sentía más cansada de lo normal, tenía mucha más hambre, tenía muchos cambios de humor.

— Ann, toma — Cissy se acercó con una taza de té. — Te hará bien.

— Gracias — sonreí, tomé un sorbo. — ¿Y Lucius?

— Esta con tu padre, ya sabes, sube a contarle sobre su día y esperar que le hable — explicó. — Draco está en el jardín.

Sonreí un poco, la situación de mi padre ya me preocupaba. Era demasiado tiempo y no mejoraba.

— La psicóloga trata de que hable pero simplemente no quiere — mencione. — Bueno, no puede — me corregí.

Cissy me agarro la mano y la apretó, dándome consuelo. Me levanté para llevar la taza a la cocina, pero sentí un mareo al instante, Cissy me agarro ayudándome a mantener parada.

— Ann — Cissy me miro preocupada. — Hace días estas así...

— Sí — admití. — Iré al médico.

Cissy me miró, de manera sospechosa. — Ann.

— ¿Sí?

— ¿Estas embarazada?

Me quede quieta, no sabía que responder. ¿Embarazada? Tenía todos los síntomas, hace un año que Draco y yo habíamos dejado de usar protección.

— Yo... no lo sé — me encogí de hombros. — Quizás.

Cissy empezó a sonreír y me abrazó. — ¡Es una buena noticia!

— Pero-pero — tartamudee. — No está nada confirmado.

— ¡Ahora la confirmamos! — exclamó Cissy, agarro su pequeño bolso y puso su mano sobre la mía. — Vamos al medimago.

Cissy sin esperar mi respuesta, hizo que apareciéramos frente al hospital mágico. Ella estaba demasiada emocionado, ingresamos y llamo a la enfermera.

— Señorita, ¿esta la doctora Rowle? — pregunto.

— Hola señora Malfoy — sonrió la enfermera. — Sí esta, ¿quiere una cita?

— Sí, ahora mismo, por favor — pidió Cissy.

La enfermera nos llevo a una sala, donde nos indicó que esperemos a la doctora. A los minutos, la doctora Rowle llego.