Las vacaciones realmente fueron aburridas. Pase mi tiempo leyendo bastantes libros y intercambiado cartas con Jules, quien había ido de viaje a Italia.
Pensé que la última semana pasaría siendo mi misma rutina, pero un día antes de La Copa Mundial de Quidditch, mi padre me habló.
—Tu hermano desea ir—mencionó. —No puedes quedarte sola, así que será mejor que vengas con nosotros.
Hice una pequeña mueca. —¿Por qué se ha animado a última hora?
Mi padre se quedo en silencio unos segundos. —Simplemente se animó—mi padre me miro atentamente. —Si no quieres ir, podríamos llamar a tus abuelos...
—No—conteste rápidamente. —Ellos son...
—Muy estrictos con la sangre—suspiro. —Sé que te trata menos por ser de Hufflepuff, pero realmente no te quiero dejar sola.
—No te preocupes papá—sonreí. —No será malo salir antes que acabe las vacaciones.
Mi padre me aviso que esté lista temprano para salir, sonreír diciendo que lo estaría.
Realmente no soy fanática del Quidditch, pero siempre que puedo voy a animar los partidos en Hogwarts, apoyado a mi casa, aunque voy a veces a ver a Draco jugando.
Draco.
Cada vez que pasaba su nombre por mi cabeza, me sonrojaba bastante. No era tonta, sabía que me gustaba, bastante, pero...
Es Malfoy.
Solo me imaginaba a mí, vestida con un vestido de la edad medieval, en medio del campo viendo hacia la nada. Esperado que mi amada, como siempre, Draco con su traje negro sin ninguna mancha de suciedad y su cabello desordenado que le quedaba perfecto, corriendo a hacia donde estaba, para luego alzarme y darme un gran...
Pero, claro, todo era solo sueños tontos.
Me levante temprano para alistarme, mi familia era demasiado puntual para cualquier tipo de eventos. Así que unas horas antes que comience La Copa Mundial, nos dirigimos al lugar en donde se realizaría.
—Anne—llamo mi padre. —No te alejes de mí, ni un segundo.
—Esta bien, padre—dije agarrado su brazo derecho.
—Les doy el alcance luego—aviso Eliot yéndose con las manos en los bolsillos.
Con mi padre nos dirigimos al campo, teníamos el mejor lugar reservado por el mismo el Ministro de Magia, Cornelius Fudge.
—Que veo por aquí—hablo un hombre detrás de nosotros. —Louis Rosier.
Con mi padre dimos la vuelta, un señor de cabello rubio y ojos grises, demasiado parecido a Draco era quien saludaba, mientras a lado suyo estaba...
Draco.
Me sonroje al instante, pero lo intente ocultar.
Mi padre sonrió con frialdad. —Anne, te presento a un viejo amigo, Lucius Malfoy.
—Un gusto conocerla, señorita Rosier—hizo una pequeña reverencia. —Seguro ya conocerás a mi hijo, Draco Malfoy—agarro el hombro de Draco.
—Sí, la pude ver una que otra vez por los pasillos—afirmo Draco.
—¿Nos acompañas, Rosier? —pregunto el señor Malfoy.
—Sí, seguro el ministro también te invito a ti—comenzamos a caminar junto a ellos.
—Obviamente, si somos de las familias con mejor prestigio.
En el camino mi padre iba a hablando con el señor Malfoy sobre asuntos del Ministerio de Magia, los dos andaban en medio, dejado a Draco y a mí, separados.
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Mi pequeña Anne ↯ ┃DRACO MALFOY┃
FanfictionAnne Rosier, por generaciones su familia ha pertenecido a Slytherin, a excepción de ella, una Hufflepuff, convirtiéndose en una deshonra para su familia. Luego que entro a Hogwarts ha recibido burlas de parte de sus compañeros. Para su mala suerte...