Mi pequeña Anne ↯ ┃DRACO MALFOY┃

ϟ Capitulo 48

Draco agarro nuestras maletas, sonriendo me tomo de la mano, salimos de la habitación para regresar a nuestra triste realidad de la guerra.

— Buenos días, señores Malfoy — el recepcionista nos saludó.

— Buenos días, Arnold — sonrió Draco, empezó a realizar los papeles de pago.

En unos minutos ya nos estábamos dirigiendo a la mansión de los Malfoy, tenía un mal presentimiento, pero era una mujer recién casada y quería disfrutar mi momento. Draco agarro mi mano y me miro con algo de tristeza.

— Te prometo que todo acabara ya — animó.

— Eso espero — sonreí a medias.

El clima del pueblo en donde nos casamos parecía totalmente distinto al clima que rodeaba la mansión de los Malfoy, el primero era tan cálido y hermoso, mientras el segundo tan frío y opaco.

— Llegamos — Draco y yo nos miramos.

Nos quedamos unos segundos en silencio, sin salir del auto. Draco agarro mis mejillas y me beso, fue un beso lento y lindo, luego nos separamos.

— Te amo — Draco sonrió.

— Yo te amo más.

Ambos procedimos a bajar del auto para dirigirnos a la mansión. El clima sombrío de la mansión era tan característico de la misma, sentí que había pasado mucho tiempo desde que estuvimos en el pueblito.

— Vaya, vaya—Bellatrix empezó a caminar a nuestra dirección. — ¿Feliz de no haber pasado Navidad con mi Señor?

— Bellatrix — Narcissa la miro con cansancio. — Dejala — se acercó y nos abrazó. — Bienvenidos.

— Gracias — sonreí.

Draco agarro nuestras maletas y sin importarle los gritos de su tía empezó a subir a nuestra habitación, al llegar me eché a la cama soltando un gran suspiro.

— ¿Estas bien? — Draco se echó a mi lado.

— No — gire para quedar frente a frente. — Tengo un mal presentimiento.

— No pasara nada — él me acarició la mejilla y sonrió. — Mientras estemos juntos no pasara nada.

El día transcurrió con normalidad, hasta la hora de la cena. Draco y yo nos encontrábamos tomando café con un pequeño pastel, celebrando nuestro primer día de casados.

Ambos estábamos en silencio, disfrutando nuestra compañía, pero todo se rompió cuando se escuchó un fuerte grito, era de una mujer. Me levanté enseguida e intenté seguir el sonido, pero Draco me detuvo.

— No, Anne, no — me suplicó.

— ¿Quién es? — Draco desvió su mirada. — Draco, dímelo.

Draco dudo en decírmelo, estuvo unos segundos en silencio, hasta que hablo. — Es Luna Lovegood.

Me paralicé, mi corazón empezó a latir con mucha fuerza y sentí que mi presión se bajaba.

Una compañera mía, que conocí, con quién hable, que podría considerar una amiga, esta encarcelada y yo sé dónde está.

— Tengo que verla, Draco — me aparté de su agarre y empecé a caminar hace el sitio que provenía los sitios.

Empecé a caminar rápido, Draco trataba de seguirme el paso. Llegué al sótano y encontré una imagen que no hubiera querido ver jamás en mi vida, Luna Lovegood junto a Ollivander, en un estado... irreconocible, con rasguños, marcas... en sus miradas se veía que tenían hambre y sed.