-Sigue en cuidados intensivos y en permanente vigilancia, pero de momento se encuentra estable. Le hemos realizado una operación para reducir la presión del cerebro y hemos eliminado la hemorragía. Por ahora no podemos hacer nada más, solo esperar a que se cure el hematoma.
-¿Podemos verla?.- Pregunta Zayn.
-No se permiten las visitas cuando los pacientes se encuentran en cuidados intensivos, pero si las cosas siguen como ahora la subiremos a planta en unos cuatro días. Buenos días.
-Gracias, doctor.- Le digo mientras acaricio la espalda a Zayn.- Venga, Zayn ya te ha dicho que dentro de lo malo está estable.- Asiente. Miro el reloj.- Sus padres deben estar al caer.
-Muchas gracias por estar aquí. Ya sé que sois como hermanas, pero eres muy importante para ella.
-Oh, Zayn...- Le abrazo enterrando mi cara en su pecho.- Tú para ella eres muy importante, también. Y sé que eres la primera que quiere ver cuando despierte.- Le miro intanto sonreír.- La vas a hacer muy feliz.- Le acaricio el mentón.
Diez minutos después, algo después de las nueve de la mañana sus padres llegan. Su madre está absolutamente destrozada y su padre la intenta tranquilizar por todos los medios, pero resulta imposible. La explico a su madre con el mayor positivismo posible lo que nos ha dicho el médico y le cuento como ocurrió el accidente; por mucho que me duela, lo de Harry me lo salto. Presento a Zayn como un amigo, estoy segura de que Cel no ha dicho nada y yo no soy quién para meterme.
Decido irme un rato a casa, aún tengo la maleta en el maletero y necesito una ducha. Además, tengo que llamar a Louis, Harry y a Liam, que cuando se entere le va a dar un ataque.
Cuando llego a casa, lo primero que hago es abrir las cortinas para dejar que entre la luz y pongo una lavadora, limpio la jaula de Pepis y le echo más comida. Abro la ducha con agua caliente y me meto dentro ocultando mis lágrimas entre el agua que cae. Me repito a mí misma que debo ser fuerte por ella, por mí y por todos los que me importan, entonces se me viene la imagen de Niall a la cabeza y me da por llorar más. Soy una estúpida. Cierro el grifo después de una larga ducha y aún sigo llorando acordándome ahora de cómo lo tiene que estar pasando Harry, entonces lo llamo. Me limpio las lágrimas y me aclaro la voz un par de veces.
-¿Hola?.
-Buenos días, Harry.
-Hey, hola Em.- Escucho un susurro detrás de él.- Sí, nena es ella. Calla un momento. Dime Em, ¿qué tal?.
-Hemos hablado con el médico esta mañana y nos ha dicho que la han operado para eliminar la hemorragia y que ahora solo hay que esperar, pero que está estable.- Respiro profundamente.- Supongo que hay que aferrarse a eso como un clavo aridendo. Ahora he vuelto un rato a casa porque nos han dicho que no podremos verla hasta dentro de unos días.
-¿Sus padres se van a quedar?.
-Sí.
-¿Se lo has contado?.
-No, Harry. Y tú tampoco deberías hacerlo. Voy a hablar con Louis para que no se lo diga a nadie, creo que es lo mejor.
-Me siento muy culpable, Emily.
-No lo pienses. ¿Estás con Julia?.
-Sí, anoche vino a casa.- Sé que no es un momento para esto, pero me muero de amor con estos dos. -Creo que tiene novio, ¿sabes?.- Frunzo el ceño. Uno porque parece decepcionado, lo que afirma mi teoría y dos porque no me creo que Julia esté con alguien más. Suspira.- Da igual. Oye, ¿por qué no vienes a comer a casa?. Seguro que tienes la nevera vacía y por no salir a comprar te vas a quedar sin comer. Así que si quieres paso a buscarte.