Chapter 41.

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Nuestras miradas se enfrentan en una lucha encarnizada de a ver quién puede más y si cree que esta vez va a ganar como siempre, está muy equivocado. Niall pone los ojos en blanco exasperado y suspira echándose el flequillo hacia atrás.

-Emily, ¿tú te crees que me gusta esta situación?.- Me cruzo de brazos sin entender lo que me quiere decir.- Ya, no lo sabes. Claro.

-Niall...

-Desde anoche me miras con esos ojos y con ese gesto.- señala mi cara.- Y utilizas ese tono para hablarme. Como tú me dijiste una vez, lo último que quiero es darte pena y desde anoche lo único que estoy recibiendo por tu parte es pena.- Niego con la cabeza cuando siento un nudo en el estómago. ¿De verdad esto está sucediendo?.

-Estás equivocado.- Logro decir en un susurro. Da un paso decidido hacia mí y bajando su tono de voz me dice.

-Si anoche no te hubiera contado eso, hubiéramos acabado haciendo el amor. Y en vez de eso te quedaste conmigo toda la noche sintiendo pena por mí. ¿O acaso te excitaste?.- Agacho la cabeza sin tener la necesidad de contestar porque ya sabe la respuesta.- Pues ya está.

-Creí que lo necesitabas...- Suelta un bufido.

-No, nena. No necesito tu pena. Lo que necesitaba era hacerte mía. Joder, Emily, necesitaba follarte, pero claro, eso es muy grosero. Y ahora soy un cabrón y un flojo por haber llorado delante de ti.

-No sabes de lo que estás hablado, Niall.

-Sí, tal vez. Llama a Liam para que venga a por ti.- Trago duramente y me intento centrar en lo que me está queriendo decir.

-¿No quieres que me quede?.- Me mira a los ojos y después los aparta para decirme.

-No.- Después de eso desaparece de mi vista. No tengo intención de ir tras él, no tengo intención de nada más con él.

Me paso las horas en un bar tomando tilas hasta que Liam aparece para llevarme a casa con su coche. No me dice nada, solo me abraza y me mete en el coche con la calefacción encendida. Ni siquiera cuando rompo a llorar durante dos horas seguidas me presiona para que le cuente nada, supongo que por una parte él ya sabía que iba a pasar esto y me siento estúpida por no haberle hecho caso. Cuando llegamos a casa ya casi es de noche y no he comido nada, pero el lo último que me preocupa. Cuando estoy tumbada en el sofá con las manos en los ojos, Liam me levanta las piernas, se sienta y pone mis piernas en su regazo.

-No te voy a preguntar como estás porque ya sé la respuesta.- Asiento.- Pero, ¿te ha obligado a hacer algo que no querías?.- ¡Jesús!. Me quito las manos de los ojos y miro su cara de preocupación.

-Liam, no. Te lo prometo.

-Vale. Igualmente cuando lo vea, lo mataré.- Gimo de desesperación.- No quiero decir te lo dije, pero...

-Ya. De todas maneras no creo que lo vuelvas a ver.- Frunce el ceño.- Voy a presentar mi dimisión, no puedo vivir así.- Asiente.

-Voy a ayudarte.- Me masajea los pies.

-Gracias.- Después de un rato de silencio Liam se aclara la voz y me pregunta.

-¿Tanto te gusta?.

-Estoy enamorada de él.

-Oh, joder.

-Sí, oh joder...

El domingo es un infierno, no sé si llorar, estar enfadada...Lo único que sé es que no me puedo quitar de la cabeza a ese gilipollas. ¿Habrá vuelto a casa?, ¿se quedará allí más tiempo?, ¿habrá llamado a Julia o a Harry?. Así que me da por hacer limpieza general y cambiar todos los muebles de sitio. A la hora de comer aparecen Celia, Louis, Eleanor y Liam donde finalmente en la mesa le cuento lo ocurrido. Saltándome algunas cosas para no provocar más a mi hermano.

-Pero él sabe tú...tienes...

-¿Antecedentes?.- Pregunto cuando Louis me pregunta.

-¡Por defensa propia!.- Recalca Celia.

-No, no lo sabe. No sabe nada sobre eso.

-Trabajo nos costó conseguir los documentos para que encima ahora lo supiera.- Comenta Liam.

-Bueno, a lo mejor si tu madre no hubiera sido tan puta nada de esto hubiera pasado.- La cara de todos los presentes se nos pone pálida cuando Celia hace ese comentario.

-¿Postre?.- Pregunto pero nadie contesta.- Bueno, basta ya. Pasó hace mucho, no hay porque darle más vueltas.

-Lo siento.- Murmura Celia.

-No importa.- Contesta Liam.

-Lo que importa es que dejo el trabajo.

-¡Bien hecho!. Que le den a tu jefe.

-No se va a ver muy bonito en mi curriculum, pero prefiero vivir relajada.

-Ey, Emily en el buffette de un amigo buscan recepcionista, si te interesa puedo hablar con él.- Comenta Louis.

-Gracias, Lou.

Esa misma tarde las chicas decidimos irnos de compras y literalmente arraso con todo lo que encuentro. Aprovecho para conocer más a Eleanor y la encuentro muy similar a nosotras en muchas cosas así que no hay problemas, tanto es así que está puesta al día de todo lo que pasa por Celia. A esta la pregunto qué tal con Zayn y algo triste me dice que no tiene ningún tipo de contacto con él, aunque le ha intentado localizar cientos de veces y que con Harry no ha vuelto a hablar, ni lo piensa hacer.

El lunes por la mañana no voy a trabajar, ya que me paso casi cinco horas redactando mi dimisión para luego mandársela a su correo. Esa misma mañana le mando mi curriculum a Louis para que pueda hablar con su amigo y después de eso me voy a correr para soltar toda la adrenalina, pero cuando me acuerdo de que he perdido a un hombre que creí que podía curarse con amor y que en dos días viene la loca de Janet, me compro una magdalena de chocolate, rellena de chocolate y me la como en un banco mientras lloro como una niña. No sé cómo lo voy a hacer, pero necesito recuperar la normalidad de mi vida.

Mi salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora