Chapter 6.

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Capítulo 6.

-Paparé el coche cuando lleguemos a su maravillosa casa, así que relájese que aún queda un rato.

-Gilipollas, engreído.- Susurro.

-Cuidado con esa lengua viperina, a ver si en vez de acercarla a su casa, la voy a tener que acercar a la cola del paro.- Me enfado más conmigo misma, bueno, y con él.

-¿Me está amenazando?.

-Para nada. Es una advertencia.

-Despídame.- Digo sin pensarlo lo más mínimo, cegada por la rabia. Niega con la cabeza.

-Ni hablar, la necesito en su puesto. La semana que viene tenemos varias cosas que hacer.

-¿Cómo qué?.

-¿Lo quieres saber?.- Asiento.- Pues va a tener que esperar.- Bufo y miro por la ventana.-Podría haber pedido a su novio que la recogiera.- Cansada de repetir que Liam no es mi novio, le digo.

-No tenía tiempo.

-¿No tiene tiempo para su amada?.- Me desespera...

-¿Qué hay de usted?.- Me lanza una sonrisa lasciva.

-¿Le importa?.

-¿Y a usted?.

-Bastante.- Cuando veo que gira y veo mi casa me relajo y sonrío levemente.

-Pare aquí, ya hemos llegado.- Me quito el cinturón y abro la puerta para bajarme.

-¿No me invita a un café?.- No es verdad, vamos, me niego.

-Se me ha acabado.- Miento.

-¿Té?.

-No tomo.- Vuelvo a mentir.

-Agua estará bien.- No me queda otra que volver a mentir.

-Me espera mi novio.

-Si estuviera en casa hubiera ido a buscarla.

-Vale, ¿a qué juegas?.- Sonríe mirando al frente.

-Corra a meterse dentro, se va a empapar.- Sin decir nada más bajo corriendo, cierro la puerta más fuerte de lo normal y entro en casa de mala leche. Nada más llegar cojo una toalla para el pelo y me cambio de ropa.

Después de recoger todo un poco, me meto en la cocina muy a mi pesar ya que las cenas siempre las hacía Ian y preparo pollo en la sartén. Cuando estoy cortando un tomate para hacer una ensalada llamar al timbre.

-Hola. La puerta de abajo estaba abierta.- Celia entra y se sienta en el sofá.

-Te traemos una cosa.- Dice Louis y Liam entra con una caja no muy grande de cartón y en la otra mano una bolsa de plástico con varias cosas.

-¿Qué es?.

-Ahh, sorpresa.- Sonríe Liam. Mientras que voy a la cocina a apagar el fuego le digo.

-Tú cállate que quiero matarte.

-¡Pelea, pelea!.- Grita Cel.

-¿Y eso?.

-No has venido a buscarme.

-Ya, te he mandado un mensaje.

-No, lo peor es que cuando iba a empaparme en la bici a aparecido mi jefe.

-¿Tu jefe el buenorro?.- Me corta Celia.

-Ese, y me ha traído a casa.

-Ah, pues que majo.- Comenta Louis.

-No.

-¿No?.

-No, porque no me ha dejado meter la bici y me ha estado vacilando todo el camino.

-Dios, sexo en el coche de un millonetis...- Los tres ponemos mala cara a Celia que aparta la mirada.

-A parte, se cree que tengo novio.

-¿Quién?.

-¡Tú!.- Louis y Celia se ríen con una carcajada y a Liam se le desencaja la mandíbula.

-Em, le tienes que decir quien soy de verdad.- Niego con la cabeza.- ¿Por qué no?.

-Porque te tengo de escusa. Ahora, dame lo que tienes ahí.- Me siento en el sofá al lado de Celia y me cruzo de piernas.

-Es de los tres.- Dice Louis cuando Liam me pone la caja en las piernas. Cuando la abro y veo esa cosita me entran ganas de llorar.

-¿A que es muy cuqui?.- Asiento. Lo saco de la caja y lo acaricio.

-Y muy suave.

-Ya le hemos puesto nombre, porque tú eres nefasta.

-Bueno, mejor dicho, Celia la ha puesto nombre.- La pica Louis.

-Se llama...- Hace un redoble con los dedo en la mesa.- ¡Pepis!.- Miro a los chicos sin saber qué decir.

-¿Pepis?.- Asiente con una sonrisa.

-Si se lo cambias, me la llevo y no la vuelves a ver.

-Celia, hay miles de cobayas en las tiendas.

-Pepis es única.

-Vale, pues...Pepis, entonces.

Mi salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora