Chapter 11.

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Chapter 11.

-Siento que tengas que hacer esto. En cuanto dejes esto en casa dejo que te vayas.- Zayn me sonríe y niega con la cabeza. Podre chico, sábado por la mañana y en vez de estar haciendo sus cosas está ayudándome con la mudanza de casa porque Celia se lo ha pedido.

-No te preocupes, no me cuesta nada.- El ascensor se abre y entre los dos sacamos la nevera para meterla en la cocina de mi nuevo apartamento. Cuando la colocamos en su sitio ambos nos dirigimos al salón donde están Louis y Celia sacando las cosas de las cajas.

-Las cajas con las cosas del Innombrable las he dejado en el coche para llevarlas mañana a la ong.- Me dije Louis, quien está colocando algunos libros en el estante.

-No creo que nadie quiera eso. Yo sigo pensando que hay que quemarlo.- Interviene Celia quien se sienta con Zayn en el sofá.- Por cierto, ¿qué tal la cena de ayer?.- Mierda...

-Mmmm...bien, supongo.

-¿Supones?.

-Fue algo inesperado, la noche quiero decir. La cena acabó pronto y luego me llevó a su casa.

-¿Te lo has tirado?.

-No, Celia. Fuimos porque tenía que hacer algo.

-¿El qué?.- Jesús, ¡qué cotilla!.

-Ver si su hijo estaba bien.

-¿Qué?.- Dicen los tres a la vez. Vaya, Zayn se ha hecho rápidamente de la familia.

-Sí...Tiene un niño.

-¿Cómo?. Quiero decir, ¿por qué?.

-¿En serio Louis?.- Intenta bromear Cel.

-Lo raro es que no está casado, ni con novia. Nada. Y el niño tampoco menciona nada de ninguna madre.

-A lo mejor es huérfano.- Sólo la idea me hace enloquecer.

-No lo quiero pensar. Cambiando de tema...

-¡Sí eso!. Vamos a organizar una fiesta.- Levanta los brazos Cel.

-¿Una fiesta dónde?.- Pregunta Louis.

-¿Para qué?.- Pregunto. Siento que me la va a liar y muy gorda, además.

-Aquí, para inaugurar tu nuevo apartamento. Ya sabes bebida y buena música.- Mira a los chicos que sonríen asintiendo.

-¡Ni de coña!.- Protesto.- Nadie va a entrar a destrozarme el piso. Vamos, es que me niego rotundamente.

-¿Por favor?. Te prometo que yo la organizo y yo la recojo.- Suplica la morena con cara de pena. Me quedo un instante callada.

-...Celia, como rompan algo, te juro que...- Antes de haber terminado se me ha tirado encima para abrazarme.

-Te prometo que no haremos nada malo.

-Además, Ly, sabemos comportarnos, ya hemos pasado la adolescencia.

-Pues no lo parece.- Digo haciéndoles reír.

Por la tarde, después de haber comido los cuatro en la mesa baja del salón comida china pedida a domicilio se fueron cada uno a su casa, o bueno, realmente creo que fueron a preparar las cosas para el viernes. Mientras que mi tarde de sábado se resume a sacar cosas de las cajas y colocarlas, ¡yuhu!.

Sobre las ocho cuando estoy sentada con el ordenador viendo el correo, me suena el móvil. Sin saber de quién es el número, respondo.

-¿Hola?.

-Emily, soy Niall.- ¿Qué?.

-Oh...eh...sí...Nial..., ¿necesitas algo?.- No, Emily, te ha llamado para saber la hora, ¡no te jode!.

-Va a sonar egoísta, pero, ¿te importaría quedarte con Hugo durante unas horas?.- Vale, de todas las cosas que un jefe le puede pedir a su secretaria y tenía que pedir eso. Quiero decir que no.

-Si digo que no, ¿lo dejarás solo?.

-No me queda otra, Emily.

-¿Es algo del trabajo?. Escucha, tal vez puedo ayudarte y...

-No. No es nada de eso.- Su voz al otro lado de la línea suena casi más intensa que normalmente.- Tengo una cita.- ¿Qué narices me estás contando?.

-¿Vas a dejar solo a tu hijo por una estúpida cita?.

-No, lo voy a dejar contigo.

-¿En qué momento te he dicho que sí?.

-Sé que vas a decir que sí, Emily. Tú no eres como yo. Dejar solo a un niño de cuatro años te comería la conciencia.

-Eres un cabrón insensible.- Suelta una carcajada al otro lado del teléfono.

-Mi cita espera y me gusta ser puntual...

-Tráelo a la dirección que te voy a mandar.- Cuando finalmente cuelgo me pongo a llorar como una niña. Ni siquiera sé por qué lo hago, supongo que es de la impotencia. ¿Cómo es capaz de hacer algo así?. ¡No me entra en la cabeza!. Si a una persona adulta como lo soy yo me destrozaron la vida cuando me abandonaron en el altar, no me quiero pensar como se debe sentir el niño cuando su padre le abandona con alguien que ha visto una vez en su vida.

Media hora después abro la puerta donde están Niall y su hijo. Este último con cara de pocos amigos, yo también lo estaría.

-Hola, Hugo. Pasa.- Me hago a un lado para que entre y cuando Niall va a entrar me vuelvo a poner en el centro de la puerta impidiendo su paso.- No hagas esperar a tu cita, señor Horan.

-Como me dijiste la otra vez, cuídalo.- Ugh...

-Mejor que tú, machote. Adiós.- Sin decir nada más le cierro la puerta y suspiro. La que me espera es buena. Voy al salón donde veo a Hugo sentado en el sofá con uno de sus cuentos.- ¿Qué tal?.- Levanta la cabeza de su cuento y se encoge de hombros. Nadie diría que tiene cuatro años, parece que tiene la edad de su padre.- ¿Has cenado?.- Niega con la cabeza.- ¿Quieres cenar?. Podemos ir a algún sitio que te guste.

-Mi papá ha dicho que no moleste.- Mierda. Me siento a su lado y le quito el cuanto delicadamente.

-Creo que deberíamos divertirnos un rato. Podemos ir a comer una pizza y luego ver una peli.

-Si te apetece...- ¿Qué problema tiene esta familia?.

-¿A ti no?.

-A mi padre no le parecería bien.

-Pero tu padre no está. Puede ser nuestro secreto.

-¿Trato?.- Aquí vuelve el niño de cuatro años.

-Trato, venga, nos vamos.

Mi salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora