Capítulo 24.
El despertador con la canción de Roar de Katy Perry me levanta de la cama a las seis y sin ser consciente de nada de lo ocurrido anoche y que en menos de un par de horas voy a tener que volver a verle me meto en la ducha y dejo que el agua me relaje. O bueno, al menos lo intente.
Siento como si la noche de ayer hubiese sido la noche más larga y tormentosa de mi vida. No me la puedo sacar de la cabeza y secuencias diferentes de la noche se repiten en mi cabeza una y otra y otra vez y es bastante frustrante porque no quiero pensar en nada de lo ocurrido, quiero dejar la mente en blanco y obviar todo. Pero no puedo. Agradezco por una parte que Niall me protegiera y se preocupara por mí, ¿pero hasta ese punto?. No podía dejar que llegase a ese punto, por Dios, ¡somos personas adultas!.
Cuando me dirijo a la cocina a por el desayuno me pesa todo el cuerpo, tengo un dolor de cabeza alucinante y me cuesta mantener los ojos abiertos, supongo que será por todo el estrés y cansancio de ayer. Después de beberme una taza hasta arriba de café con poca leche, a ver si así espabilo de una vez, salgo de casa con un sufrimiento horrible.
-Buenos días.- Digo cuando paso al despacho de Niall sin levantar la cabeza. En cuanto lo digo me llevo la mano a la garganta. ¡No puede ser!. Estoy ronca, ¿pero qué...?. Niall desde su despacho frunce el ceño hasta tal punto que parece tener una única ceja. ¡Vamos no me jodas!. ¿Cómo voy a estar ronca?.
-Emily, ¿te encuentras bien?.- Lo miro sin contestar y me siento en mi mesa para después ponerme a trabajar o más bien hacer que trabajo. ¿Por qué me habla y más con esas confianzas?. Quiero decirle cuatro cosas bien dichas, pero no lo hago por dos razones: No quiero perder más la voz y me da vergüenza mirarle a la cara. ¡Joder!. Ayer por poco no me acuesto con él. ¡Con mi jefe!, y lo peor es que estaba más que dispuesta a hacerlo si no hubiese sido tan capullo.
A las once, después de apenas tres horas de trabajo, tengo que parar por un momento, quitar la vista de los papeles, el teléfono y el ordenador y cerrar los ojos mientras me masajeo las sienes. ¿Por qué siento que están dando un concierto de Heavy Punk en mi cabeza?. ¡Es horroroso!. Una llamada entra y sin muchas ganas de lo que viene siendo nada la contesto.
-Despacho del señor Horan, ¿en qué puedo ayudarle?.- Intento no forzar mucho la voz para que no se me note que la tengo hecha una porquería, pero aún así creo que no funciona.
-¿Emily?.- ¿Para qué llama Harry al despacho si tiene su número privado?. Yo es que hay cosas que no entiendo.- ¿Estás mutando?.- Dice antes de soltar una carcajada. Miro a Niall de reojo que parece estar muy atento de unos documentos y le susurro.
-Vete a la mierda, imbécil.
-¿Qué pasa, niña?. ¿La mamada que le hiciste ayer al señor Horan te ha dañado las cuerdas vocales?.- Abro los ojos y la boca sorprendida por lo que ha dicho.
-Eres un bruto, Harry. Y cuando te vea voy a matarte, ¿tú cómo sabes que ayer estuve con él?.
-Porque soy su amigo. Ahora, pásamelo. Eres una secretaria bastante pésima.- Me enfurezco.
-¿Por qué?.
-Porque no tratas a las personas como debieras. Ahora, pásamelo.- Sin pensarlo dos veces y sin importarme las consecuencias cobre mi voz grito.
