Chapter 42.

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Narra Niall.

Decir que estaba enfadado era poco. De hecho, no era enfado lo que sentí, si no decepción por mí mismo; tanto fue así que volví a casa, me senté en el sofá y esta era ya la quinta vez que leía el email de dimisión de la señorita Bell. Mi Emily. Yo sabía que esto no podía salir bien, que iba a ser una completa catástrofe, pero aún así lo intenté... 

Julia se asoma un poco por la puerta del salón y cuando me ve allí sentado frunce el ceño. Poco después vuelve, se sienta en otro de los sillones, se cruza de brazos y me pregunta.

-¿Qué has hecho?.- Doy gracias a que Harry no está aquí ahora. Me imagino su pregunta: Niall, imbécil, ¿qué has hecho?. 

-La he fastidiado.

-Eso ya lo veo, pero, ¿hasta que punto?.- Sé que Julia no es nada de tonta y tanto ella como yo sabemos que el tema del cual estamos hablando es sin duda Emily.

-Esta mañana me ha enviado su carta de dimisión.- Abre la boca de par en par y sube las cejas.

-¿Q-qué ha pasado?.

-Que soy un gilipollas, eso ha pasado.- Julia chasquea la lengua y acto seguido se levanta del sillón y se pone a mi lado acariciándome levemente la rodilla. Sé que esto puede verse raro, quiero decir no suele haber una relación muy estrecha entre el dueño de la casa y la asistenta, pero bueno, tampoco suele haber relación entre secretaria y jefe y ya ves.- Discutimos el fin de semana, llamó a Liam y desapareció. Bueno, realmente yo le dije que se fuera porque soy un puto cobarde.

-Lo siento Niall, pero no lo entiendo.

-Le conté lo que ocurrió cuando nació Hugo y...

-¿Y ya estás otra vez con la pena?.- Se levanta estirándose los pantalones.- Pues perdona, pero hizo bien en irse. Aquí el único que tiene pena por ti eres tú mismo, y hasta que no pases página ella no va a volver.- Sin decir nada más se marcha del salón. Lo peor es que tiene razón.

Buscar una nueva secretaria durante una eterna semana fue un completo infierno, ninguno ya fuera hombre o mujer se adaptaba a lo que yo estaba buscando. Aunque claro lo que yo quería tenía nombre y apellido. Primero vino una chica muy joven y no duró ni un día, no era mala, pero era su primer trabajo y no podía estar perdiendo el tiempo en enseñarla todo desde el principio. No tenía ni tiempo ni ganas. El segundo duró dos días, el primero muy bien, pero el segundo le pillé viendo vídeos de animales en youtube y si se creía que era un gilipollas integral lo llevaba claro. Después de unas siete entrevistas más, me decidí por una mujer que rondaba los cuarenta y tantos, sabía de lo que iba y no me iba a dar ningún problema. Eso sí, ese mismo día la mesa volvió a estar fuera de mi despacho.

Emily no me contestó ni al móvil, ni al teléfono, emails...ni tan siquiera por medio de Julia o Harry. Estaba desaparecida y yo desesperado. Dormía más bien nada, comía porque Julia me obligaba, hablaba por mi hijo y evitaba lo más que podía el despacho porque la veía por todas partes. A tanto llegó mi desesperación que me ví en el coche dirección a su casa un viernes a las tres de la mañana. El corazón me latía tan fuerte que parecía que estuviera a punto de salírseme del pecho. Oí que alguien se movía dentro y caminaba hacia la puerta.

-Emily.- Poco después se abrió la puerta dejándome ver a una chica que no tenía ni el más parecido a Emily.- Perdona, me he equivocado.- Vuelvo a mirar la letra de la puerta. No, esta es su casa. Paso de nuevo la vista a la chica, que ahora me mira con una mirada felina y una sonrisa.

-No está.- Se apoya en el marco de la puerta, claramente insinuándose.- Soy Janet, la hermana de Liam.- Me importa una mierda. Lo que me importa es, ¿qué hace Emily fuera de casa a las tres de la mañana un viernes?.- ¿Quieres pasar?.- No me acuerdo de mi respuesta porque solo pude fijarme en lo repulsivo que fue verla bajarse la camiseta para que se la notara más el pecho. Pero de un momento a otro me encontraba sentado en el sofá de Emily mirando hacia en frente mientras Jennifer, o como fuera, me mandaba miradas insinuantes.

Mi salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora