-Mamáaa.- Janet abre la puerta del coche casi en marcha y corre hacia su madre que está en la puerta esperándonos. Bueno, esperando a sus hijos. Desde el asiento del copiloto cojo aire y después miro a Liam, quien me coge la mano y me da un apretón.
-Vamos, piensa que no puede salir peor que otras veces.- Sí, eso es verdad. Asiento y bajamos del coche. Liam saluda a su madre con la mano y viene a ayudarme a sacar las maletas del maletero. Ya no hay vuelta atrás, pero esta vez es diferente. Lo siento más extraño, no estoy tan preparada como otras veces y no me gusta la sensación que me da esta vez. Camino junto a Liam con una maleta en cada mano.- Janet, podrías ayudar, también hay cosas tuyas.
-Ay, cariño, no se lo tengas en cuenta, está cansada del viaje. Pero, ¡ven a abrazar a tu madre!. ¿Cómo te trata Londres?.- Me mira de reojo. Sí, ya se que has querido decir, ¿cómo te trata Emily?. Mejor que tú, seguro.
-De maravilla, mamá.- Se separa de ella y mientras entra la dice.- Por cierto, estás muy guapa.- Y para qué negarlo, está muy guapa. Roza los cincuenta y ocho y aún mantiene las curvas, está delgada y bien arreglada porque se lo puede permitir. Además las vestimentas que lleva no son precisamente del mercadillo.
-Hola, Wanda.- Saludo antes de llegar a donde está.
-Tu padre está en su despacho.- Se da la vuelta y entra en la casa. Zorra.
Cuando entro en la casa todo está como siempre, con una limpieza extremista y todo colocado a la mayor perfección. En cambio, cuando entro en la que se supone que es mi habitación la cosa deja bastante que desear. La moqueta está manchada de pintura y el papel de la pared está arrancado por varias partes. Según madre e hija, como no paso mucho tiempo aquí, Janet lo usa para el cuarto de las manualidades. Pero por mucho que no me guste, no me queda más remedio, así que me dispongo a colocar la maleta.
-Oye, mira Em, esto da bastante asco.
-Oye, mira Liam, yo no tengo la culpa.
-No te pongas así conmigo. No tenía idea de que estaba así. Quier decir, siempre ha estado mal, pero esto ya es inhumano.- Pongo los ojos en blanco y de repente me dan ganas de llorar.
-Lo siento...
-Coge tu maleta y métela en mi habitación.
-¿Quieres que tu madre te mate?.
-Yo me ocupo de eso, va.
Su habitación es otra cosa, se nota que aunque el no haya estado, su madre se ha tomado muchas molestias en dejarla como una habitación habitable. Si la de Liam está así, no me quiero imaginar como será la de Janet. Nunca se me ha permitido entrar en su habitación, era demasiado 'mala' y lo destrozaba todo.
-Puedo hacerte sitio en el armario.
-Oh, no, no. Solo necesito un par de perchas, no voy a sacar nada de la maleta.
-¿Segura?.
-Sí.
-Bueno, pues entonces vamos a ver a papá.- Qué ilusión...- Quita esa cara y haz que te hace un poco de ilusión.
-¡Madre mía!. ¿Se puede saber qué han hecho con mi hija?.- Exclama mi padre cuando me ve bajar por las escaleras. No puedo evitar sonreír ligeramente. El psicólogo me dijo que por parte de mi padre estaba a falta de cariño, así que siempre que decía algo bueno hacia mí no podía evitar que me gustase.
-Hola, papá.
-Hola cariño.- Simplemente dejo que me abrace. Sé que se siente culpable cada vez que me ve y en parte es porque yo le he hecho culpable de todo. Y mi madre, más.- ¿Qué tal estás?. Siento tanto lo de la boda, hija...Intenté llamarte pero no te localicé, todo lo que sé es gracias a tu hermano.- Wanda tose a su espalda y todos sabemos lo que quiere decir. Yo no tengo hermano, tengo hermanastros. Pero mi padre no repara en hacerla caso.