Hola mis criaturitas:) Esta es la primera de tres partes que tengo pensadas para el especial un millón de la primera temporada. Supongo que los otros dos capítulos los voy a subir entre hoy y mañana. Són unos capítulos que están fuera de la historia principal. Como historias secundarias dentro de un videojuego, para que os hagáis a una idea. Espero que os guste y de verdad que un millón de gracias, por fin esta frase cobra sentido:') Espero que valoréis el esfuerzo de escribir estos capítulos, ya que de momento con este ya he llorado, porque casi todo lo que digo en este capítulo me ha pasado a mí, y se me hace muy difícil recordar algunas cosas.
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*Narra ____*
Era una mañana de invierno, de esos pocos e inusuales años en los que nieva en Madrid. Hoy, día cuatro, por fin hacia dieciséis años. Estaba muy emocionada, ya que iría a una discoteca por primera vez en mi vida, y como no, iría con Lorena. No me sorprende nada que sigamos siendo amigas después de todos estos años, una amiga como esta solo aparece de una de cada diez millones. Aparte de ir con Lorena, iría con Lucia y Alex, que se empeñaron los tres en ir de fiesta los cuatro para celebrar mi cumpleaños. Llevaba des de las diez de la mañana despierta, pero la pereza me atacaba furtivamente y me quede medio somnolienta en la cama pensando en la gran noche que me esperaba por delante.
Pablo: Venga princesa, levántate. - Mi padre entro en mi habitación y levanto levemente las persianas para que el sol invernal me despejara por completo. Mis legañas me dificultaban abrir los ojos, así que lo primero que hice fue ir al baño y empaparme la cara para que los ojos me permitieran tener mejor visión. Al salir del baño mi madre se me lanzo encima achuchándome como el regalo de navidad de un niño inocente de cinco años. Otra cosa no, pero las muestras de cariño mi madre no las reprimía para nada.
Cristina: Muchísimas felicidades cariño. Ay Pablo, que nuestra hija se hace mayor...
____: Mama por favor, que solo cumplo dieciséis años, no me voy a Pakistán por veinte años ni nada por el estilo.
Cristina: Pero te vas haciendo mayor, y a la que nos queramos dar cuenta ya te emanciparás, te casaras, tendrás hijos... parece que fue ayer cuando te tenía en brazos dándote el biberón. Y hoy te vas a una discoteca por primera vez, como cambian las cosas.
Pablo: No hagas caso de tu madre. Tú ve ahí y disfruta, hoy es tu día. - Nos quedamos todos mirando y riendo, hasta mi perrito Chopi vino a celebrar mi cumpleaños gritando sin parar. El pobrecito ya se está haciendo mayor, pero eso no le quita las ganas de gritar como un condenado. Para ser un perro que ocupa menos que mi brazo, chilla más que un cerdo al que lo están degollando.
Cristina: Ah llegado la hora de los regalos, este es de parte de tu padre y de mi, esperemos que te guste, nos ha resultado muy difícil mantenerlo en secreto. - Mi padre se fue al patio y volvió con las manos en la espalda, como si estuviera esposado con unas manillas o algo. Su risita delataba que ese regalo sería muy especial para mí, pero la verdad es que no tenía ni idea de lo que podría ser. - Venga, dáselo ya Pedro, que creo que no se puede aguantar más. - Dicho esto, mi padre giro las manos mostrándome en él una cría de gato recién nacido, tendría por lo poco dos semanas.
____: Pero, ¿y esto?
Pedro: Queríamos regalarte una cosa especial, y como sabemos que te encantan los animales, fuimos a una protectora de animales, donde justo cuando llegábamos, traían a una gata que acababa de tener una camada de gatitos, los cuales habían abandonado en el bosque, junto con la madre. Al verlos nos enamoramos, pero a tu madre le cayó bien en especial este gatito en concreto, hicimos los papeles necesarios, y aquí estamos. - Mi padre me lo dio y lo cogí con la mano, ya que me cabía en la palma de esta.