95. We are one

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Hola mis criaturitas:) Sé que ha pasado bastante tiempo pero entended que son vacaciones y una también tiene sus planes:’) Sé que dije que intentaría colgar más seguido ahora por vacaciones, ¿Pero que le vamos a hacer? No tengo remedio xd. He leído muchos de vuestros comentarios y he podido ver que hasta alguien decía algo de una huelga de hambre hasta que volviera a colgar capítulo, estáis locos enserio:’) Pero se os ama:$ No sé cuando volveré a subir otro capítulo pero intentaré no tardar mucho, sé que lo digo mucho pero es que esta semana será un poco difícil para mí y me será difícil, espero que lo entendáis.

Like y fap<3

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*Narra Rubius*

En la sala de espera mi padre y mi hermanita estaban dormidos del cansancio seguramente y en una postura que yo pienso que cuando se despierten el médico los tendrá que atender a ellos por el dolor de cuello. Me sabe mal estar preocupando a todo el mundo, a mi familia, amigos… Al menos espero que todo acabe saliendo bien, de momento todo lo que me ha pasado hasta hoy sorprendentemente han conseguido terminar bien, esperemos que esta vez no sea la excepción.

Rubius: Papa vete a casa, ya me quedo yo, no hay ningún problema.

Padrino: Pero tu hermana quiere quedarse contigo y con ____.

Rubius: Ahora está dormida, llévatela a casa. Cuando se despierte ya se lo contaras todo.

Padrino: Como quieras. – El Padrino levanto a mi hermanita en brazos y lo último que vi fue su espalda alejándose por los malditos pasillos del hospital por los cuales yo nunca más quiero tener que pasar. Por mi espalda se oyen unos pasos los cuales me impulsan a girarme al instante.

Dr. Suarez: Rubén, ¿Puedo hablar contigo?

Rubius: Claro, ¿Qué ha pasado? ¿Algo grave?

Dr. Suarez: Sentémonos.

Rubius: ¿Qué pasa doctor? ¡Dígamelo!

Dr. Suarez: Pues Javier… contiene la Leucemia, todas las pruebas han dado positivo. Eso en si no es el problema, la cosa es que raramente provoca tumores pero se be que ese es uno de ellos.

Rubius: ¿Tiene un tumor?

Dr. Suarez: Si. – La voz del doctor cada vez se ponía más seria.

Rubius: ¿Y por que no le hacen una quimio?

Dr. Suarez: Es muy pequeño, en niños tan pequeños les hace más daño que bien la quimioterapia, no nos podemos arriesgar.

Rubius: ¿Y eso que quiere decir?

Dr. Suarez: Que no le quiero dar esperanzas en vano, hay un porcentaje muy bajo de que Javier… sobreviva.

Las palabras del doctor calaron en lo más profundo que pudieron encontrar y me dejaron completamente inmóvil, incapaz de decir palabra, congelado. Sentado en esa triste silla de hospital en lo único que podía pensar es que todo esto sea un broma, una estúpida broma de cámara oculta o algo por el estilo, ni que fuera una broma muy cruel, la prefiero a antes de toda esta mierda. No puede ser que un niño tan pequeño se debata entre las puertas de la vida y la muerte sin que yo pueda hacer nada al respecto para alargarle la vida a la segunda persona más importante en mi vida.

Dr. Suarez: ¿Se encuentra bien señor Doblas? ¡Señor Doblas! - El grito del doctor me hizo reaccionar y me devolvieron en cierto modo a la vida, aunque por dentro acabara de morir.

Rubius: ¿Ella lo sabe?

Dr. Suarez: Si, es mi obligación como medico transmitir estas noticias a los padres.

Rubius: ¿Y cómo ha reaccionado?

Dr. Suarez: No muy bien la verdad, se ha puesto muy nerviosa y la hemos tenido que sedar. Ahora mismo está dormida bajo los efectos de la morfina.

Rubius: ¿Puedo ir con ella?

Dr. Suarez: Claro.

El doctor me acompaño hasta la puerta de su habitación y una vez ahí me dio una palmada en la espalda y me pareció oír que de sus labios salió un “Siento tu desdicha”, aunque no puedo estar seguro ya que su voz se hizo muy tenue y casi irreconocible, supongo que nunca tuvo que dar esta noticia antes. Entre en la habitación y ahí estaba ella, tumbada en la cama durmiendo. Seguro que si no fuera por los efectos de los medicamentos ahora mismo no podría dormir. Me acerco más a ella y puedo ver como unas lágrimas recorren su mejilla dando ver que no lo está pasando nada bien. ¿Y yo porque no lloro? He llorado antes pero ahora no me sale llorar, la pena de mi hijo lo siento y preferiría que no le pasara nada, ¿Entonces por que no lloro? Supongo que no quiero que ____ se despierte y vea al único soporte que ahora mismo tiene que comparte su dolor llorando. Esconder las emociones no es bueno pero para evitar el daño a otra persona supongo que está justificado. Acerco una silla al lado de su cama y me quedo observando su rostro, le aparto los cabellos de su cara y se los coloco detrás de la oreja, cojo su mano y le doy un pequeño beso en los labios. Al ver que ni reacciona ante mi presencia no puedo evitar que inconscientemente las lágrimas empiecen a brotar y todo el peso del mundo acabe de caer sobre mí.

*Narra ____*

Me desperté en la misma sala fría de hospital en la cual la noche anterior los médicos tuvieron que luchar para que yo me durmiera. A mi lado veo la cabeza de Rubius en la cama mientras todo su cuerpo se encuentra en una mala postura en una silla. Sus manos rodean la mía y se le nota la marca de lágrimas en la cara. Mi leve movimiento para colocarme bien en la cama es suficiente para hacer que Rubius se despierte. Yo me esperaba un “Buenos días” o un “¿Cómo estás?”, pero no. Lo único que salió de su boca fueron unas palabras que me hicieron ver la parte más tierna del chico con el que compartía mi vida.

Rubius: Lo siento.

____: ¿El que sientes?

Rubius: No poder hacer nada. Ser impotente ante un caso como este.

____: Entonces los dos deberíamos sentirlo. Hemos traído a la vida a un niño que en quistión de tiempo se quedara sin ella.

Rubius: No digas eso.

____: Es la verdad, y cuanto antes lo admitamos mejor.

Rubius: No trates de hacerte la fuerte. Cuando alguien quiere seriamente formar parte de tu vida hará lo imposible por estar en ella, así que no des por sentado que se irá tan rápido de nuestro lado. – Esas palabras destruyeron toda esa faceta mía que había hecho para disimular lo rota que estaba por dentro. Al romperse esa barrera Rubius y yo nos quedamos abrazados en esa pequeña sala esperando que nuestra suerte cambiara, aunque los dos sabíamos que no sería así, ya nada lo sería.

Meet the Rubius IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora