102. Noche gris en Barcelona

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Hola mis criaturitas:)  Como la semana que viene la tengo muy petada de exámenes, he aprovechado que he estado toda la tarde estudiando matemáticas para hacer un descansito y escribir un poco para que no tardarais tanto en leer otro capítulo. Así que os dejo con él y espero que os guste:$

Like y fap<3

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*Narra Rubius*

Estoy muy nervioso, en verdad también hemos venido a Barcelona para una ocasión especial. Mas que una ocasión especial una locura de un enamorado. ¿Estaré preparado para dar este paso a la hora de la verdad? ¿Estoy seguro de lo que voy a decir? Solo hay una manera de averiguarlo.

____: ¿Qué es lo que me querías decir Rubius? Me tienes los nervios a flor de piel.

Rubius: ¿Recuerdas que estamos prometidos verdad? La boda y eso…

____: Hombre, una cosa así es difícil de olvidar.

Rubius: Se que medio pactamos que hasta que no estuviéramos en condiciones no daríamos ese paso, pero uno paso más adelante si que podríamos dar, ¿No crees?

____: ¿A que te refieres?

Rubius: ¿No te gustaría tener nuestro propio piso? ¿Uno que hubiéramos escogido los dos juntos y decorado a nuestro gusto?

____: Me encantaría Rubius. Y si eso era una pregunta indirecta, la respuesta es si, me gustaría mucho. ¿Por eso estabas tan nervioso? Pobrecito mío.

Rubius: Pues si, no sé que me pasaba pero estaba con los nervios a matar.

____: Yo en verdad también estoy un poco nerviosa, te quería enseñar una cosa, que espero que no te enfades conmigo por ello.

Rubius: ¿Por qué me tendría que asustar?

____: Tú solo míralo. – Busco en el bolso y sacó una carta. – La llevaba en el bolso des del día del hospital.

Rubius: ¿Una carta? Está bien, ahora la leo. – Abrí la carta y empecé a leer.

Si estás leyendo esto es que el doctor cumplió su palabra y no te dijo nada. Me sabe mal dejarte antes de nuestra boda, era mi ilusión te lo juro. Espero que algún día, de aquí mucho tiempo, ya que tú tienes mucho por vivir, nos volvamos a ver. ¿Sabes eso que dicen que todos los caminos llegan a Roma? Pues puede que algún día nos volvamos a encontrar. Tú me dijiste el día en el que estábamos en el hospital, cuando nos dieron la noticia de Javier, que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida hará lo imposible por estar en ella, cosa que es lo que has hecho en todo momento por mí y ahora muy a mí pesar es lo único que te pido que olvides. Así que quería decirte que si alguna vez te he hecho daño, perdóname. Tú siempre sacas tu niño interior, ese que cree en los imposibles y que daría todo por uno de los simples placeres de la vida como estar con quien amas. Así que no sé que será de mi mañana, ni siquiera estoy segura de que cuando leas esta carta haya otro mañana para mí, pero piensa que estemos donde estemos los dos, siempre vamos a estar juntos, porque yo siempre estaré a tu lado aunque no sea físicamente. Siempre he soñado que de mayores, cuando fuéramos unos abuelos, tú seguirías siendo el dueño de las arrugas que tendré en los labios de vieja. He sido la persona más feliz por haber estado todo este tiempo a tu lado, por las noches en vela, las fiestas, las risas, los secretos e incluso en los problemas. En este tiempo me he dado cuenta de que los pequeños detalles son los que hacen grandes cosas, igual que tú, una persona entre millones de las que hay en la Tierra, la única persona que has sabido llenar mi vida del todo. Tú has hecho de mi vida algo muy bonito así que te doy las gracias por ser la única persona capaz de hacerme feliz con solo ver tu sonrisa, por aparecer en mi vida con esa ternura, por esos ojos capaces de pelear contra todo lo que se propongan por el simple hecho de defender aquello que él quiere. Te prometo, que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, en cada momento, en cada hora y en cada minuto y por eso mi alma va a estar siempre contigo. Porque tú me enseñaste a vivir cada día como el primer día del resto de mi vida. Y eso, eso no lo voy a olvidar nunca. Ahora lo único que te pido es que sigas con tu vida, no te quise decir nada por no ser un lastre para ti, eres tan importante para mí que no podría permitir que pasaras el resto de tu vida al lado de alguien que no sabes si se va a cura, yendo de hospital en hospital hasta que llegue un día en que ya no me den más esperanzas por vivir. Te quiero, y por ese mismo motivo no puedo permitir arruinarte la vida quedándome a tu lado. Nunca te olvidare, te quiero.

Con esta carta pude ver como mi vida se terminaba al momento.

Rubius: ¿Pero que es esto ____? ¿Qué coño es esto ____?

____: Antes de que te pongas nervioso te lo voy a contar todo.

Rubius: Por favor…

____: Pues veras, cuando paso todo lo de Javier y yo, a mi me dieron el alta, pero hay una cosa que pactamos entre yo y el doctor Suarez, sobre mí. Me dieron el alta porque creían que ya no había esperanza para mí, y lo único que les pedí fue pasar mis últimos días encerrada en el hospital, los quería pasar a tu lado. Pero ir haciendo controles diarios. Y de un día para otro me cure, bueno, no del todo, digamos que ya no tengo riesgo de morir por ello. Pero como no te lo dije y yo tenía la certeza de que iba a morir, por eso escribí esta carta, para que te la dieran después de mi muerte, no quería amargarte más la existencia después de lo de Javier, por eso no te dije nada.

Rubius: Pero ____, esto es muy fuerte. ¿Estabas dispuesta a quedarte con la presión de que en cualquier momento podrías morir por el simple hecho de que no querías que yo sufriera? ¿Pero tú estás loca?

____: Por favor, no te enfades Rubius.

Rubius: No me enfado porque nadie sabe por lo que has tenido que pasar, pero ya sabes que me lo tendrías que haber contado. ¿Sabes cómo me siento yo ahora después de haber leído esta carta?

____: Lo siento.

Rubius: Al menos sabemos que no pasara nada de esto, así que ya está, no hace falta que te comas mas la cabeza. No te pasara nada y eso es lo importante.

____: De verdad que lo siento.

Rubius: Da igual, de verdad. Disfrutemos de esta cena y después ya hablaremos en el hotel.

____: Esta bien…

*Narra ____*

Acabamos de cenar y nos volvimos al hotel sin decir casi ni una palabra.

Rubius: Estoy bastante cansado, yo ya me voy a la cama.

____: Yo también me voy a dormir.

Nos tumbamos los dos dándonos la espalda y poco a poco se me fueron cerrando los ojos y el sueño se apodero de mí. No sé cuánto tiempo pasó, pero mi sueño se rompió y para mi sorpresa Rubius no estaba durmiendo. Estaba en la esquina de la cama con mi carta en las manos y llorando.

Meet the Rubius IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora