Hola mis criaturitas:) Después de un tiempo me volvéis a tener aquí. He estado todo el fin de semana en casa encerrada porque mi madre no me ha dejado salir TT pero he aprovechado para terminar todos los deberes y me ha dado tiempo para escribir este capítulo, que muchos me lo estabais pidiendo con ansia:’) Por cierto, muchos me dejáis comentarios sobre Erika, solo quiero aclarar que se que tiene tres años, ¿vale? LO SÉ, pero que esto es una novela joder vv’. Y ahora ya os dejo con el capítulo;)
Like y fap<3
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*Narra ____*
____: Rubius… ¿Estás bien?
Rubius: ¿En serio? ¿En serio me has preguntado eso?
____: Si, ¿Por qué?
Rubius: ¿Cómo tienes la poca cara de pedirme si estoy bien después de esta carta?
____: Rubius, de verdad que me sabe muy mal no habértelo contado antes, lo digo de verdad…
Rubius: Demasiadas cosas ahora mismo ____, no sé que pensar ya.
____: No te lo dije para no preocuparte Rubius, porque te quiero.
Rubius: Mejor vamos a dormir.
____: Pero Rubius… - No contestó, tan solo se volvió a meter en la cama sin decir ni una palabra que me dejara la conciencia un poco tranquila para poder conciliar el sueño en paz.
A la mañana siguiente cuando me levanté el ya no estaba en la cama, solo una nota encima de su almohada que decía: “Estoy en el comedor”. ¿Seguirá enfadado? Supongo que si… Me vestí y me dirigí con él y al llegar ahí estaba sentado solo bebiéndose un café.
____: Buenos días.
Rubius: Buenos días. – Ni una sonrisa, solo una cara larga de amargura. Yo me senté a su lado con la misma cara que ponía cuando mi padre me echaba la bronca de pequeña.
____: Me estoy arriesgando mucho en hacer esta pregunta, pero, ¿Siques enfadado?
Rubius: Enfadado no, disgustado por no habérmelo dicho, pero supongo que lo hiciste pensando en mi…
____: ¿Y eso que quiere decir?
Rubius: Que supongo que mi enfado está justificado pero, que lo he estado pensando. Hemos venido para estar tranquilos durante esta semana, para dejar en Madrid los problemas, y esto no me va a lanzar atrás. – Poco a poco una sonrisa se iba reflejando en su cara. – Te perdono ____, al fin y al cabo lo hiciste pensando en mí, pero la próxima vez que te pase alguna cosa, por pequeña que sea, dímelo por favor, es lo único que te pido. – La sonrisa salió del todo en su cara y la mía de niña a la que le echaban la bronca también. Me lancé a sus brazos sin pensar que estaba sentado en una silla y nos pegamos la hostia del siglo.
Camarera: ¿Estáis bien?
Rubius: Mejor que nunca.
La semana en Barcelona fue pasando, visitamos todo lo que Mangel le conto, nos lo pasamos realmente bien. Sexo ocasional, lo básico. Hasta que llego el día.
____: Ya lo hemos visto todo y ya es el último día, dentro de unas horas nos vamos para Madrid…
Rubius: Si, que pena, aunque nos lo hemos pasado realmente bien, ¿No?
____: Eso sin duda, no te lo puedo discutir.
Rubius: Aunque tengo una última sorpresa.
____: ¿Cual?
Rubius: Vamos a hacer las maleta y vamos hacia ahí, así ya no tendremos que volver.
Y eso hicimos, con las maletas hechas nos despedimos del hotel y de la maravillosa recepcionista que nos estuvo ayudando. Llamamos a un taxi, dejamos las maletas dentro y nos dirigimos hacia un lugar que yo desconocía.
____: ¿Dónde vamos Rubius?
Rubius: A la playa.
____: ¿A la playa? Pero si ya es muy tarde, ya no habrá nadie. Falta poco para que se haga de noche del todo.
Rubius: Eso es exactamente lo que quiero. – Llegamos justo delante de la playa, estábamos a menos de dos pasos de tocar la arena de la orilla. Entonces Rubius hablo con el taxista. - ¿Le importaría esperarse una media hora? Se la pagaré no se preocupe.
Taxista: Tranquilo chico, no os la cobro, si total a esta hora solo hay borracho, aun me ahorráis trabajo.
Rubius: Muchas gracias señor. – Dirigiéndose a mí. – Venga vamos ____, a la playa.
____: Si no llevo biquini…
Rubius: ¿Y eso crees que nos hace falta?
Taxista: Bendita juventud. Que duréis mucho chicos. – Yo sonrojada a más no poder salí del taxi lo más rápido que pude. De fondo se oían a Rubius y al taxista reírse.
Dejé de correr y me quede embobada mirando como el reflejo de la luna chocaba con el agua del mar, dando una luz natural tan hermosa que nos permitía hasta ver las estrella.
____: Esto es… es hermoso. – Rubius se acerco y me abrazo por la cintura.
Rubius: ¿Te apetece si nos damos un baño? ¿No te harás la tímida ahora no? – Lo mire con cara de Challenge Accepted y me desnude en su cara, quedando totalmente en bolas. – Supongo que eso es un que no. – Él también se quito la ropa y me siguió al agua.
Estaba bastante fría, pero con él a mi lado que más me daba. Hasta me olvidaba que en cualquier momento podría venir una ola gigante que se nos llevara mar adentro y que no habrá nadie para salvarnos.
Rubius: ¿Tú nos imaginabas así el día que nos conocimos?
____: El día que nos conocimos me caías mal, te llegue a odiar.
Rubius: Seguro que muy dentro de ti ya me amabas.
____: Debajo de la grasa puede que si, muy en el fondo.
Rubius: Serás tonta.
No me dio tiempo a contestar porque me dio un beso y nos fundimos en uno solo bajo la luz de la luna alumbrando esa maravillosa escena de amor. Nos estuvimos un buen rato dentro del agua pero como empezábamos a tener frio nos salimos. Nos vestimos y volvimos al taxi.
Nos sentamos en la parte de atrás del coche, y el taxi emprendió de nuevo el trayecto para dejarnos a la estación.
*Narra Rubius*
Estábamos muy cansados, hasta ____ se quedó dormida antes de que llegáramos a la estación para coger el tren. Creo que hasta a mi me está entrando sueño…
¿Y ese ruido? Solo oigo gritos de gente, ¿Qué estará pasando? Al abrir los ojos un montón de luces me cegó, no veía muy bien. Unas sirenas de policías y ambulancia empezaban a sonar, ¿Pero que habrá pasado? Pude abrir más los ojos y vi a un policía sacándome del coche.
Policía: Parece que el chico está bien, solo heridas mínimas. El taxista…
Enfermero: Esta bien, que alguien coja al chico y que alguien venga a buscar el cadáver de el taxista.
Rubius: ¿Pero que está pasando? ¿Qué es todo esto?
Policía: Tu tranquilo, no te pongas nervioso. – Me subieron a una camilla y se disponían a meterme dentro de la ambulancia. - ¡¿Dónde está ____?! – No me contestaron, aunque lo vi todo antes de meterme en la ambulancia. Una chica tendida en el suelo con un charco de sangre en su cabeza. - ¡____! – Salté de la camilla y me lancé a ella. - ¡____ respóndeme!
Lo último que recuerdo es el sedante entrando por mis venas…