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—¡CARAJO ESTOY MUERTO!—Lohan pasa una mano por su cabeza con el rostro desencajado.

Si bien, sabía a la perfección lo que era trabajar para Elian Fitzcher, lo que más le preocupaba en estos momentos es que ella estuviera en peligro por falta y su negligencia.

No podría perdonarse nunca, por más que se llevará de los pelos con la rubia, le había tomado cierto cariño.

Por el simple hecho de ser la persona que él tiene que custodiar día a día.

—¡Anda por el auto! ¡Ella tiene un GPS!— Demanda Lohan a Kian.

Él toma su radio rápidamente y pasa una mano por su cabello cuándo uno de sus compañeros toma la cartera de Olivia.

Mira la escena y a la morena que tienen tomada del brazo.

La misma sonríe burlona. —No la van a encontrar nunca.— Canta.

Lohan también sonríe.

—¡Yo me preocuparía más por tu destino!— Le güiña un ojo y se da media vuelta.

No sin antes hacer un movimiento de cabeza para que se la lleven.

—¿Como proseguimos?— Indaga uno de los nuevos custodios que se habían incorporado al equipo en cuanto supieron de la existencia del heredero.

—¡Ocupate de su amiga, sacala de acá y llévala a su casa!— Sigue delegando a la espera de que Iván responda su radio.

Él mismo lo hace luego de lo que a Lohan le pareció una eternidad, pero sólo fuero tres segundos.

—Te escucho, Lohan.— Suelta.

Él suspira cuándo lo escucha desde el otro lado de la red.

—Ivan secuestraron a Olivia. ¡Acaba de suceder!— Demanda subiéndose a su camioneta, buscando de manera profesional en la pantalla táctil el rastreo de su GPS.

El jefe de seguridad cierra los ojos y pasa una mano por sus labios cuándo escucha las cuatro palabras.

—¡¡Tiene un GPS!!— Sisea autoritario poniéndose de pie, avanzando hacía la oficina de su mejor amigo.

—¡¡Lo sé!! Kian ya está en camino, yo voy detrás de él.— Pone en marcha el motor y avanza a todo dar.

—¿Cuántos eran?— Irrumpe en la habitación del castaño y le hace una seña con dos dedos para llamar su atención.

—¡¡Hay que irnos!!— Demanda señalando con la cabeza la puerta.

—Estimo que tres más un conductor y una mujer.— Deja el radio en su regazo cuándo deja de responder, al mismo tiempo que pisa el acelerador.

—¿Estimo?— Se queja fruciendo el ceño

—Si los hubiera visto no hubiera permitido que se la llevaran.— Responde de malos modos dada la situación.

Iván golpea la pared a su costado. —¿Tienen a la mujer?— Cuestiona molesto.

Elián lo mira poniéndose a su par con el ceño fruncido.

—¡Si, la tienen de camino a dónde me digas!— Responde.

—tenemos un 367, ¡Quiero a todos en formación!— Le hace saber Iván a la seguridad de la casa cuándo salen a por la camioneta Volvo blindada.

—¡¡¿QUÉ!!?— Elían abre sus ojos y mira a su mejor amigo, quién siente apretando sus labios.

—Lo resolveré.— Asegura dándole confianza.

—¡¿Cómo carajos paso?!— Se queja el castaño con el rostro desencajado.

—¡Lohan hace bien tu trabajo!— Demanda su jefe al teléfono ignorando a Elián.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora