De un momento al otro todo lo que había sido una divertida visita a la casa de su mejor amigo, para poder distenderse un poco y poder ser sincero con el mismo, se había ido prácticamente al demonio y por el caño.
Y cómo si fuera poco, estaba pasando todo de manera tan rápida y frustrante para ellos dos.
Y a pesar de qué el que más salía herido de toda la situación era Elián, para su mejor amigo verlo de este modo era algo que lo tenía completamente frustrado y al mismo tiempo abrumado.
El rubio necesitaba poder ayudarlo de alguna manera y evitar, en realidad, que este tipo de situaciones estuvieran pasando sabiendo mas que nada lo delicada que estaba su salud.
Agregándole el pequeño gran detalle de que luego de esta charla que habían estado teniendo durante la noche se había dado cuenta, y había podido comprender un poco más cómo es que él se tomaba tan a pecho todo lo que sucedía para con Olivia, al reconocer efectivamente lo que ella significaba para él, habiendo sido admitido de sus propios labios.
La declaración del castaño había sido un suceso completamente avasallante, siendo que el mismo marcaba un antes, abriéndose a sus sentimientos y cómo es que él estaba poco a poco, de alguna manera, comenzando a cambiar la perspectiva de vida que tenía.
Dejándose abrazar y contener ante los sentimientos que el estar cerca de Olivia le habían enseñado.
—¡Maldición, Morek! ¡Maldicion!— Cierra los ojos con rudeza. —¿Qué les pasa que no pueden hacer un solo maldito trabajo bien? ¡Te confíe completamente su seguridad porque confiaba en vos y te di mi voto de confianza!— Sisea golpeando la mesa.
Iván cierra los ojos haciendo una mueca con sus labios. —¡¿Y ahora qué carajos hizo!?— Mira a Elian moviendo su cabeza hacia un costado y negando.
El castaño se encuentra tan ensimismado en la conversación que está teniendo ahora mismo para con el custodio de su mujer, que de ninguna manera puede ponerse a responder y explicarle con total desenvoltura qué es lo que está pasando.
Al mismo tiempo qué en su cabeza pasa rápidamente la idea de que Iván puede llegar a estar teniendo ya tenga dicha información y solamente haya sido una pregunta esporádica, de manera respetuosa, para brindarle su apoyo.
Más que nada para qué fuera consienten de que se empezaba a hacer cargo de la situación en cuestión.
—¡Carajos Morek! ¡¿Cómo pudiste creerle?!— Sisea perdiendo el control.
Elián patea la mesa que contenía las bebidas alcohólicas que estaban consumiendo, y las mismas caen al suelo rompiéndose por completo. —¡Estamos hablando de Olivia y no puedo creer que me estés respondiendo de esta manera!— Suelta cerrando los ojos y realmiendo sus labios.
Tanto de su cuerpo, cómo de su mente, el control estaba perdido por completo. Y ese es el miedo mayor de Iván, quién se desconcentra por el sonido de su celular...
Ni siquiera le presta atención al hecho de que su living comedor es un verdadero desastre, y después tendrá que ocuparse de aquello, siendo por demás obvio que el olor alcohol comienza a expandirse a todo su alrededor.
—Mierda.— Iván achina sus ojos cuándo su teléfono se llena inmediatamente de mensajes, al mismo tiempo que Elían había recibido la llamada de Morek.
Y lamentablemente no necesita siquiera leer los mismos para darse cuenta que algo muy malo está pasando, y tiene que ver con Olivia.
Ya qué Elián se lo había estado, prácticamente, gritando a los cuatro vientos en la conversación que estaba teniendo con el custodio de la rubia.
ESTÁS LEYENDO
OLIVIA
Teen Fiction-¿Un acuerdo?- Suelta. El rubio que tiene delante de él se ríe mientras acaricia la comisura de sus labios con ironía. -¡Eso mismo es lo que te estoy proponiendo!- Sonríe con malicia. -¡¡Nosotros no hacemos acuerdos, Elián!!, ¡¡Nosotros somos compet...