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—¿Señor puedo ayudarlo con algo en particular?— Franco, con sus manos detrás de su torso, lo recibe apenas lo voy a ingresar a su departamento.

El castaño tira las llaves de su auto y el arma junto a sus documentos sobre la mesa recibidora.

Dónde tiene una pequeña bandeja de mármol blanco para ocuparla con aquellas cosas.

No lleva su mejor cara y sus custodios lo dejan de seguir cuándo salen todos del ascensor.

Los que tienen autorización de subir a su piso se dispersan a su sala de entretenimientos.

Elián posee cuatro pisos, incluido el penthouse de aquel edificio, en el piso de abajo tiene un pequeño depósito de sus productos con una oficina para recibir a algunos clientes VIP, en caso de ser necesario, pero no suele utilizar casi nunca aquella propiedad.

En el siguiente piso para abajo tiene una pequeña estancia, para que los custodios puedan tener su equipo de vigilancia correspondiente, si bien, suele trabajar con otro equipo muy grande en uno de sus almacenes tiene un equipo igual en su casa.

Y el último departamento del qué él es dueño es un estudio ambientado para recibir visitar y reuniones, nunca lleva a nadie a su casa.

Qué Peter, Emmett y Olivia fueran a su casa, es por el simple echo de qué, por primera medida, Emmett era, en su momento, amigo de Malcolm y tenía acceso a su propiedad, pero castaño no le gusta tener gente ajena a su entorno en su propia casa.

Es por eso qué, cómo la rubia, de ahora en más, va a pasar a ser parte de su familia, tiene acceso a la propiedad.

—¡Un café y un whisky!— Sisea.

Franco se refería a un médico para sus heridas.

Pero asiente y lo sigue a su despacho dónde el castaño se dirige.

Toma su palm para enviar la petición del jefe al chef de la casa para que le hagan el café, mientras que él se va a ocupar de servirle el whisky en su oficina.

—Yo le recomendaba qué, probablemente, fuera asistencia médica o un botiquín ¿Quizás?— Murmura

Malcolm se levanta de la computadora en dónde se encontraba trabajándo y cruza la mirada con el castaño.

Suspira y lo revisa desde lejos con rapidez para corroborar que se encuentra bien.

Usualmente Elian es quién da las palizas y no él que las recibe.

—¡Un café y un whisky!— Vuelve a decir pasando por al lado de su hermano con su peor cara.

Se tira en su silla y bufa llevando la mano a su cabeza por el dolor punzante allí.

Inmediatamente Franco le sirve su whisky y se retira para ir por el café.

—¿Tengo que preocuparme de que tengas esa cara y la camisa chorreando de sangre?— Malcolm lo mira tranquilo, para no levantar el avispero de su hermano mayor.

Elián mantiene la mano sobre su sien. —¡Te voy a pedir que mantengas tu boca cerrada!—Demanda con mal tono.

Malcolm alza sus manos manteniéndose relajado. —Me parece bastante temprano para que vengas con ese aspecto.— Bromea.

—Fue tu ex mejor amigo.— Sonríe bebiendo el whisky que le sirvió Franco.

El cuál, justamente, vuelve ingresar a la oficina con una pequeña bandeja con dos café y unas masas dulces.

Malcolm le sonríe a modo de agradecimiento y se mueve hacia el escritorio de su hermano.

Tomando asiento frente a él por más que no le haya respondido.

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