La castaña vomita, luego de haber terminado de vestirse, tras su baño de burbujas, para intentar relajar sus músculos.
Claramente no había funcionado cómo esperaba, ya qué, aún, seguía retumbando por su cabeza las palabras del castaño...
Sin embargo, intentaba hacer oídos sordos ante las mismas y pensar en otra cosa, pero el estómago revuelto no podía evitar tenerlo.
Se sentía fatal, más que enferma y sabía que todo era producto de su mente.
—Tranquila, Olivia porque esto es sólo algo hipocondríaco.— Se dice a sí misma.
No había nada peor que sentirse enfermo tras producto de la mente, necesitaba trabajar en aquello, pero parecía no tener respiro a todo lo que los rodeaba y hacia mal.
Morek golpea nuevamente la puerta para asegurarse de que se encuentra bien.
—Señorita, Olivia necesito que me responda.— Insiste perdiendo la paciencia.
Pero otra vez lo único que se escucha desde el otro lado es solamente silencio.
Frunce su entrecejo tomando su radio para marcar directamente a la señal del castaño, quién usualmente tenía acceso directo al radio de Franco, ya qué el mismo se encargaba de informarle todo detalle al jefe.
—¿Qué es lo que ocurre?— Elián aparece con el entrecejo fruncido preocupado porque está golpeando la puerta de la rubia.
Estaba yendo hacia su habitación para poder darse una ducha rápida, pero escuchar los constantes golpeteos a la puerta le había llamado la atención.
—La señorita se encerró en el baño y parecía que estaba vomitando sólo me quiero asegurar de que se encuentre bien, señor.— Explica con un movimiento de cabeza teniéndole mucho respeto al hablarle.
—¿Hace cuánto tiempo fue esto?— Cuestiona preocupado.
—Hace menos de diez minutos, señor, estaba apunto de informarle en caso de que no pudiera avanzar hacia su habitación.— Responde.
Elian asiente en silencio, luego infla su pecho, abre la puerta del cuarto y cierra la misma detrás de él, para encontrarse con Olivia saliendo del baño con una mano agarrando su frente.
—¿Se puede saber por que carajos estás vomitando?— Se queja con ferocidad al verla salir en bata.
Ella cierra los ojos y traga saliva.
—Supuse que entendías la palabra privacidad... O al menos lo que eso significaba.— Suelta ronca.
Elian, ignora sus palabras y la toma por las mejillas para corroborar que se encuentra bien.
Olivia se sorprende del susto que ve en sus ojos cuando la analiza. —¿Por qué estás vomitando? ¿Acaso estás...?— Arquea sus cejas mirándola fijamente a los ojos, para negar con la cabeza cuándo ella rueda los ojos.
Luego baja su mirada hacia su vientre con un brillo extraño en sus ojos.
—¿Voy a estar embarazada si ni siquiera nos acostamos?— Por supuesto qué se queja molesta por aquella pregunta tan estúpida.
Sin embargo, Elían aprieta sus labios soltando un suspiro y alejándose un poco de su cuerpo para darle espacio.
—¿Entonces qué es lo que te pasa?— Indaga queriendo saber qué es lo que está ocurriendo para que ella se encuentre de esa manera.
Era imposible siquiera ocultar la ansiedad que le generaba el saber si estaba enferma o si se sentía mal.
—¿Importa eso?— Suspira cerrando los ojos para alejarse también un poco de él y tener espacio personal.
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OLIVIA
Teen Fiction-¿Un acuerdo?- Suelta. El rubio que tiene delante de él se ríe mientras acaricia la comisura de sus labios con ironía. -¡Eso mismo es lo que te estoy proponiendo!- Sonríe con malicia. -¡¡Nosotros no hacemos acuerdos, Elián!!, ¡¡Nosotros somos compet...