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Olivia no dice una sola palabra...

Lo analiza en silencio.

La mirada penetrante del castaño dice más que suficiente...

Por lo que prefiere ver cuál es su siguiente jugada.

—¿Miedo?— Relame sus labios cuándo comienza a acariciar sus caderas de manera delicada.

Estaba más que claro que que iba a disfrutar de aquello.

—¡¡De vos sólo tengo asco, Elian, no te creas importante de generarme otro sentimiento!!— Arquea sus cejas intentando zafarse de su agarre.

El castaño sonríe de costado, manteniendo completamente la calma, a medida que sube de apoco su sudadera para tener contacto con su piel... —No creo que eso sea tan cierto, Barbie...— Cierra levemente los ojos cuándo su piel fría toca la suya...

—¿Que estás haciendo, Elian?— Cuestiona incómoda.

Él sonríe burlón. —Lo que ambos queremos.— Responde sin más.

Su mirada de deseo hacia ella la confunde completamente, por eso mismo no puede prestar completa atención a sus palabras, sino que sus ojos se desvían hacia sus labios rosados y gruesos casi que pegados a los suyos...

—Estás equivocado si crees que yo quiero lo mismo que vos.— Arquea sus cejas.

Ella se estremece al sentir su tacto bajo su piel, la misma parece quemar cuando el acaricia con efusión sus costillas, subiendo las caricias hacia su busto, encontrándose con la prenda superior de la bikini, aún, algo húmeda, gracias al entrenamiento que le estuvo dando Morek hace unos minutos.

—Demasiado provocativo para mostrarte adelante de mis hombres siendo mí esposa.— Sisea ronco llevando sus labios hacia su cuello.

Su olor a fresas mezclado con uva era exquisito para su olfato, por eso mismo aprovechaba el momento para acariciar la zona erógena de su cuerpo con sus labios, rozando su nariz contra el hueco de su cuello y hombro, aún con aquella prenda puesta sobre su piel...

—No tengo otra cosa y si te incómoda que tus hombres me miren deberías de sacarme la custodia.— Demanda sería ante sus palabras.

Elian sonríe alejandose un poco para tomarla de las mejillas con su mano libre y juntar sus miradas...

—No vas a ganar, Barbie... Manejo todo, hasta tu vida, princesita...— Sisea antes de lanzarse hacia sus labios con devoción y pasión.

Su boca sabe a menta...

Y es un detalle que no puede pasar por algo porque en las pocas oportunidades que lo tuvo cerca él siempre olía igual.

El contacto es poco suave al principio, pero luego, cómo si necesitara más, se apoya contra ella con deseo y la besa con mayor ansiedad, impartiendo su lengua dentro de sus labios para rozarse contra ella...

Olivia no puede evitar soltar un gemido por la intensidad del cruce de labios que están teniendo ahora mismo, aquello solo hace que el ego del castaño se llene por completo generando que haga más firme el agarre de su cadera y de su mandíbula, acariciando ambas zonas con desesperación.

Sabía que aquello terminaría con ambos acostados o con un cachetazo por parte de Olivia, por eso mismo necesitaba mostrarse cómo un loco para saciar su necesidad...

Sus labios son cálidos y suaves, su cabello castaño le acaricia la cara en leves toses, Elian tira de su labio inferior para alejarse unos minutos al ver sus mejillas coloradas y volver a atacar sus labios con mayor intensidad, si aquello era posible, mientras que Olivia se encuentra en un vaivén con su mente, que la tiene por demás confundida, no sabe si pensar o disfrutar lo que está sucediendo ahora mismo, incluso siquiera atino a alejarse cuando él mordió su labio inferior generando algo de distancia entre ambos.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora