—¿Por qué mí hermana nos llamó a los dos y ahora no atiende el maldito teléfono?— Su contestación del otro lado de la línea es directa y concisa.
Elian traga saliva, a medida que su desesperación se hace cada vez más inestable al ser consciente de qué se encuentran más cerca de dónde es la casa de seguridad y es por eso mismo que está con el tiempo completamente contado, antes de que Peter o Emmett reciban la señal.
—¡Necesito que me escuches y me dejes hacer esto a mí!— Cierra los ojos al hacer aquella petición de manera inmediata. —¡Tu hermana está yendo a la casa de seguridad, va a sonar tu alerta y la de Emmett y es por eso que te llamo!— Siente un escalofrío recorrer su espina dorsal. —¡No quiero a nadie ahí!— Demanda autoritario.
Le gustará o no a Peter él era su esposo y es por eso mismo qué quería tomar las riendas de la situación y hacerse cargo, primero y principal de lo que había sucedido, gracias a sus palabras alborotadas saliendo por sus labios al contarle lo que sentía por ella.
Y cómo segunda medida, y no menos importante, para no levantar el avispero, cuánto menos movimiento de gente hubiera, probablemente, sería más factible que su hermano menor no se enterara de lo que estaba sucediendo y de qué, probablemente, Olivia se encontraba sin protección en la calle.
—¡¿Cómo sabes que está yendo a la casa de seguridad!?— Peter frunce su entrecejo.
Se pone de pie y se dirige hacia su computadora, mientras que retiene a Emmett para que no salga corriendo de la casa en dirección a Olivia.
Elian frustrado niega. —Le dí a Olivia un arma con un GPS, que desconoce, al mismo tiempo que la pulsera que usó en el casamiento la tenía puesta aún y no sabe que es en realidad otro localizador.— Sisea ronco.
—¿Le pusiste dos rastreadores a mi hermana sin siquiera decírmelo?— Explota en cólera.
—¡¡Es mi esposa y de ninguna manera voy a permitir que suceda algo así sin asegurarme de antemano que pueda llegar a saber dónde se encuentra sea cuál sea la circunstancia, yo protejo a los míos, Chevron!!— Suelta.
Iván aprieta sus labios.
No sabía realmente cómo hacer para que él dejara de hacerse mala sangre todo el tiempo.
—¿Qué carajos está pasando con Olivia Chevron? ¿Es qué no podés hacer nada bien?— Se queja.
Elian cierra los ojos, su pulso sube al mismo tiempo que su reloj comienza a sonar una vez más.
Iván lo observa de costado y niega con la cabeza, lo más probable es que tuviera que molestar a Sebastián, quién ya le había respondido los mensajes de WhatsApp para dejarle en claro que estaba alerta y en cuánto él se lo pidiera saldría para dónde fuera que estuvieran.
—¡Discutimos! ¡Y antes de qué digas otra cosa, ella se fue de la casa engañando a Morek, se puso un arma en la pierna amenazando al mismo para que le dejara la camioneta y se llevara sus pertenencias!— Brama observando a su alrededor. —¡Sabía que ninguno de mis hombres terminaría vivo sí permitían que ella se hiciera daño!— Suelta pasando su mano libre por su mandíbula.
El silencio del otro lado de la línea es completamente ensordecedor, siendo una de las primeras veces en las que le genera mucha incertidumbre y ansiedad el hecho de que uno de los hermanos Chevron no esté respondiendo.
Iván le muestra su teléfono para que preste atención a una información importante que puede llegar a ser bastante jugosa, para que si él quiere compartirla con Peter lo pueda hacer en este mismo momento.
Elian toma el celular, mientras que aprovecha el silencio iracundo desde el otro lado de la línea todavía sin dar signos de respuestas.
—Iván pudo rastrear que tomó un auto en dónde justamente dejó una de nuestras camionetas estacionadas en el medio del centro, queriendo funcionar cómo una especie de distracción y por supuesto que utilizando efectivo para no ser rastreada.— Le hace saber.
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OLIVIA
Teen Fiction-¿Un acuerdo?- Suelta. El rubio que tiene delante de él se ríe mientras acaricia la comisura de sus labios con ironía. -¡Eso mismo es lo que te estoy proponiendo!- Sonríe con malicia. -¡¡Nosotros no hacemos acuerdos, Elián!!, ¡¡Nosotros somos compet...