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Está deseoso de probarla nuevamente pero va a tomarse todo el tiempo que desee.

Apoya su pene en sus glúteos y empuja hacía adelante para rosarse contra ella mientras que sigue moviendo sus dedos al rededor de su clítoris, la eleva levemente apretando sus pecho con su mano libre, jadea en su oído dejando besos húmedos en su cuello y espalda.

Tenerla tan predispuesta para él sabiendo el desprecio que se tienen, en particular ella para con él, es lo que más le enciende de toda aquella situación.

Vuelve a empujar su cadera contra ella tirando de su pezón sin delicadeza, su pelo rubio cae a un costado de su espalda dejándole el privilegio de ver sus muecas al sentirlo un tercer dedo en su interior.

Pero esta vez ya no aguanta tanto como la primera vez y sus dedos se llenan de su placer.

Elian sonríe conforme siguiendo con el movimiento de sus manos a medida que va sacando dedo por dedo, sin dejar de masajear sus glúteos.

Deja un chupeton en su hombro y lame el mismo al erguirse completamente para tomarla de las caderas aún por detrás mientras que , ahora con sus dos manos, recorre todo su vientre desde las caderas hacia sus pechos subiendo por sus costillas, aprieta su busto con fuerza envolviendo sus manos al rededor de ellos.

Envuelta entre sus brazos fornidos, Olivia parece más pequeña que nunca, y eso que es una chica que no se considera baja pero tampoco alta.

Elian la gira para volver a atacar sus labios, comienza a caminar hacia atrás a pasos lentos, mientras que sus labios van apresurados y desaforados, mordiendo cada tanto sus labios, al mismo tiempo que Olivia suelta un gemido.

Él toma asiento con sus piernas abiertas y la tira para que ella caiga sobre él.

La tiene sujeta de la cadera con firmeza y no deja de atacar sus rosados labios.

La penetra sin aviso, su pene pasa tan suavemente gracias a su humedad y sus dos anteriores orgasmos que Elian jadea al sentir como ella lo aprieta de manera tan caliente.

Él la guía con sus manos en sus caderas, pero Olivia no necesita que nadie la guíe, es ella quien toma las riendas llevando sus manos hacia los hombros de Elián, meneándose con más intensidad.

Suelta sus labios y los baja hacia su cuello y hombros, dejando camino de besos por allí, Olivia lleva sus labios hacia su oído gimiendo en ellos, sin mencionar su nombre en ningún momento.

Pero es tanto el placer de sentirlo tan pegada a su piel que no puede dejar sus ojos abiertos, se deja llevar por las sensaciones.

Elian la aprieta con fuerza a su pecho lamiendo su cuello y envolviendo su brazo alrededor de su cintura con fuerza para marcar el último ritmo antes de llegar ambos al mismo tiempo.

La empuja hacia un costado para ahora estar sobre ella, Olivia jadea por cómo él la maneja a su antojo, sus piernas tiemblan, al igual que su interior, necesitada de volver a sentir aquella intensidad.

Deslizarse suavemente por su entrada hacia el tope le eriza la piel a Elián, sigue arrodillado haciendo que la fricción sea más intensa, la mira fijamente a los ojos manteniendo la intensidad en ellos, deseoso de como Olivia está inmersa en el placer.

Pero las estocadas se hacen cada vez más profundas y rápidas, aferrándose a sus hombros, temiendo que en algún momento se pase de fuerza con la rubia, quién parece ser alto delgada para el estilo de mujer que el suele frecuentar.

Si bien ella tiene sus pechos del tamaño que a él le satisfacen y sus glúteos son bien formados, Elian solía a frecuentar mujeres con más curvas y que le dieran la seguridad de que podrían aguantar lo suficientemente hasta que él estuviera satisfecho.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora