Iván arruga su entrecejo cuándo el sonido del portero eléctrico y su ascensor subiendo le da la pauta de que es nada más y nada menos que su mejor amigo.
—Qué raro.— Murmura poniéndose de pie con su entrecejo fruncido todavía.
Mira su reloj pulsera y ahora mismo le resulta incluso mucho más extraño que se esté presentando en su casa a estas altas horas de la noche,sin un tema en concreto para hablar trabajo.
—Espero que no tenga que ver con la Barbie narco y sus ocurrencias.— Se burla suspirando.
Se había dado un baño luego del encuentro con Elian en la casa de Malcolm y ahora mismo estaba en el sillón tirado con tan solo unos boxer y una copa de vino en la mano.
Había hablado por video llamada con su hermana, gracias a la diferencia horaria y se habían puesto un poco al día, más que nada él sobre ella.
Iván no le contaba en absoluto sobre sus negocios y trabajos y menos que menos sobre su vida privada.
En aquellos tiempos todo era peligroso, por más que él no estuviera al 100% involucrado en las entregas y en todos esos negocios que podían llegar incluir cosas ilegales, no obstante, cuándo tomo las riendas de los negocios familiares se cambió de inmediato su apellido desvinculándose de toda manera de su hermanita pequeña para el exterior.
Generando una falsificación falsa y hasta, incluso, expedientes falsos sobre su persona gracias a sus contactos, de esta manera disminuyendo notablemente cualquier tipo de exposición que pudiera llegar a tener hacia su persona y qué, en realidad, pudiera llegar a perjudicar a su hermana pequeña, estando de acuerdo en absoluto cada uno de sus padres, y ante todas las cosas, valorando de manera realmente satisfactoria el esfuerzo que hacía siempre Iván por mantener a su familia alejada de cualquier tipo de preocupación.
—Espero no tener que llamar a Sebastián.— Faltaban tan solo dos pisos para que su mejor amigo estuviera directamente en la puerta de su departamento.
Siendo que la misma era igual a la que Elián tenía en su penthouse, con acceso directo al ascensor a través de un código privado de cada piso.
No le importaba recibirlo a cualquier hora de la noche, sí le llamaba poderosamente la atención, y lo incomodaba de manera estrepitosa el hecho de que no hubiera llamado por teléfono para avisar de su llegada, siendo qué, probablemente, estaría actuando por impulso, yendo de la mano de manera inmediata a pensar que se encontraba en una situación que no podía manejar.
Elian podía llegar a ser el hombre más discreto y serio de todo el universo que podía llegar a conocer Iván.
Pero había algo que nunca podía llegar a ocultarle a ninguno de sus dos mejores amigos, y era el hecho de cómo se manejaba en ciertas oportunidades y con ciertas acciones, siendo que las mismas hablaban mucho más que de lo que el castaño terminaba hablando y queriendo decir para el exterior de lo que fuera que le molestara, incomodara, y hasta preocupara.
Viendo rostro a través del intercomunicador y de las cámaras, que tenía dentro de la caja metálica, se daba cuenta efectivamente de que algo le estaba preocupando de manera absoluta, y es por eso mismo que había dicho en voz alta que esperaba no tener que requerir de los servicios de Sebastián.
Cómo primera medida de manera tan simple para no tener que pasar por una situación de estrés, y esperando que su amigo pudiera contener su cuerpo en calma y el mismo no comenzará a dispararse, cómo había pasado en ciertas oportunidades y como segunda medida, pero no menos importante, era el pequeño gran detalle de que Sebastián tenía una familia formada con dos hijos y una mujer hermosa que siempre lo apoyaba y sabía perfectamente quiénes eran sus mejores amigos.
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OLIVIA
Teen Fiction-¿Un acuerdo?- Suelta. El rubio que tiene delante de él se ríe mientras acaricia la comisura de sus labios con ironía. -¡Eso mismo es lo que te estoy proponiendo!- Sonríe con malicia. -¡¡Nosotros no hacemos acuerdos, Elián!!, ¡¡Nosotros somos compet...