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—¿Usted es?— Lo observa de arriba abajo. —Le pido por favor qué me liberé el paso, la recepcionista ya le explicó que no puede ingresar a ver al paciente...— Bufa.

El doctor que los recibió y atendió a Olivia se encuentra en estos momentos frente a Emmett.

Él mantiene su barbilla alzada y su mirada fija en su hermano y Elián al fondo del pasillo rodeados ambos de sus custodios.

—¡Voy a pasar ahora mismo!— Se queja.

—Por favor le pido que no me haga llamar a seguridad...— Amenaza.

Aún no sabe bien que hace todavía Fitzcher con él allí, pero lo único que tiene en mente es saber cómo se encuentra su hermana, luego de la llamada que Peter le hizo para ponerla un poco al corriente de la situación.

Ella es de perfecta salud y es evidente que tuvo que haber sufrido un gran shock para perder el conocimiento de esa manera.

—Su hermano soy.— Rueda los ojos e intenta nuevamente ingresar.

El médico sonríe mirando su planilla y niega con la cabeza poniéndose en su camino. —Lo lamento pero llamaré a seguridad, señor.— Lo observa molestó por estar haciéndole perder su tiempo.

—¿Seguridad?— Se ríe. —¿Es enserio?— Señala a su alrededor. —¿Mas seguridad que la que pusimos nosotros? Lo dudo.— Se carajea llevando una mano a la comisura de sus labios divertido.

El profesional no hace más que soltar un suspiro, aguantando la inminente necesidad que tiene de responderle de mal modo, ya que el músculoso le acaba de recordar que toda esa gente que está a su alrededor posee grandes armas que pueden llegar a ser disparadas en su contra en cualquier instante.

—Si mal no interpreto quién la ingresó es su hermano y le puedo asegurar que no es usted, porque yo mismo la recibí.— Aclara.

La poca paciencia de Emmett comienza a notarse.

—Esto está agotando mí paciencia.— Murmura.

—La señorita Chevron no puede recibir visitas hasta que se le de el alta, que eso sucederá muy pronto, ya que sólo fue una baja de presión, pero estamos asegurándonos qué la misma suba a los niveles correspondiente y que ella pueda estabilizarse.— Explica subiendo sus anteojos un poco más arriba...

Esperando que esa sea la justificación suficiente para que él se pueda retirar de la puerta a la cual quiere ingresar.

—En serio me importa una reverenda porquería lo que me estás diciendo.— Sonríe maldicioso.

—Le pido nuevamente que me deje hacer mí trabajo.— Se queja cansado...

Emmett remoja sus labios, y en un pequeño parpadeo cierra sus ojos haciendo el esfuerzo suficiente para no darle un golpe en su quijada.

—Soy su otro hermano, y si no te corres te voy a llenar la cabeza de plomo, yo o mis chicos, da igual quién lo haga, el final es el mismo.— Sisea.—Lo bueno es que estamos en un hospital y te van a poder atender rápidamente, o llevar a la morgue directamente.— Sonríe con autosuficiencia.

Demostrando que finalmente acaba de perder cualquier hilo de paciencia que tuviera.

El médico traga saliva y mira detrás de él corroborando a los chicos cómo el los había llamado...

—Señor.— Traga saliva.

—¡Te lo estoy diciendo en serio! Ya me cansé de jugar este juego y te voy a dejar lleno de agujeros si no te corres y me dejas ver a mi hermana.— Demanda furioso.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora