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Elián es quién se baja junto a tres custodios sorprendiendo a la castaña, la cuál lo observa inflando su pecho y acomodando su cabello a un costado.

Detrás de él vienen dos camionetas más con el resto del equipo del castaño.

—¿Cuál es el problema?— Mira a su comprador y se acerca a él poniéndose delante de Olivia.

En un acto desinteresado de protegerla...

Él también tiene acceso al GPS y a la locación en vivo y en directo de dónde se encuentran, ya que lo estipularon por contrato en base a que la mercadería era de ambos y si sucedía algo, ambas familias eran los que perderían el dinero.

—Elian.— Responde tragando saliva en seco.

No esperaba encontrarse con a quién el diablo más le teme.

—¿¡Por que están tardando tanto en hacer un simple pase!?— Alza su barbilla y a quién encara es de nuevo al rubio y no a ella.

Olivia lo mira trabajar y se sorprende del efecto que tiene en los demás.

Y no solamente se sorprende de cómo es que todos parecen estar viendo a un fantasma frente a sus ojos, sino que se sorprende de que ella no tiene la misma sensación cuándo lo ve.

No le tiene respeto.

Y no le tiene miedo.

—¿¡No tenés lengua!?— Se carajea cuándo no responde. —¿Qué pasa?— Se pone frente a él y lo toma del cuello con fuerza para que esté ponga sus ojos oscuros en los de él.

—Te estoy haciendo una pregunta.— Aprieta con más fuerza su agarre. —¿Dónde mierda está el remolque y mí dinero?— Sisea.

El interesado en la transacción se suelta del agarre y se limpia la comisura de los labios...

—Te vinieron a salvar, preciosa.— Saca voluntad de no sabe dónde para decir aquella burla.

Elián cierra los ojos por breves segundos. —¡No la mires, te estoy haciendo una maldita pregunta y quiero que me la respondas!— Ordena furioso.

Olivia suspira y avanza un paso, cosa que no pasa desapercibida por Elián. —Llegaron tarde, todavía les falta su tráiler y pretendía que le muestre la mercadería...— Rueda los ojos mirando de mala manera a su comprador frustrado.

El rubio quiere comerse a Olivia con la mirada, ya que acababa de deschavarlos por completo.

De todos modos el hecho de que le tenga miedo a Elián, y no a ella, la hace enfurecer por completo, ya que parecía ser qué pretendía poder tomarle el pelo.

—¡Ya está llegando!— Miente en un intento desesperado de dilatar la entrega.

—¡¡Este imbécil se piensa que esta tratando con el dealer del barrio!!— Bufa.

—¿¡Qué? No!— Exclama preocupado.

—¡Estamos perdiendo el tiempo!— Suelta frustrada.

El castaño la mira de reojo y asiente manteniéndose completamente serio y con su postura recta.

Pareciera cómo que está evaluando todas las posibilidades posibles que pueden llegar a suceder... Pero la seña que le hace a sus custodios y cómo los mismos avanzan hacia el camión mientras que los custodios de los hermanos Chevron pone a Olivia en alerta, le da la pauta a ella de que las cosas van a terminar mal.

—¿Que pretendías hacer?— Se ríe y se acerca aún más hacia el rubio, quién ya no tiene su postura tan chula ni burlona, cómo la tenía para con Olivia.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora