Capítulo 3

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Es hoy, hoy es el día que me marcho a Los Ángeles. Mi padre ha subido a por mis maletas, para meterlas en el coche para irnos enseguida al aeropuerto. Ahora en mi cuarto solo quedan las cosas que no me puedo llevar y una mochila que es la que voy a llevar conmigo durante todo el viaje.

— ¡Sam, baja ya, tenemos que irnos!— escucho a mi madre gritar desde abajo.

Voy a echar de menos este lugar, por mucho que hace cinco años no quisiera venir aquí, le he cogido cariño al lugar y a mi cuarto— ¡Sam!— vuelvo a escuchar que me llama mi madre.

— Si, ya voy— grito desde mi cuarto mientras agarro la mochila

Todo está algo oscuro, se pueden apreciar los primeros rayos de sol del día, aunque aún hace algo de fresco. Mi padre carga las últimas maletas y mochilas en el coche— ¿Sam?— oigo a alguien decir mi nombre con confusión— ¿Eres tú?— al girarme veo a un chico con el pelo corto, algo más alto que yo y vestido con ropa de deporte.

Decido acercarme para ver quien es ya que los rayos del sol no me dejan ver bien su cara— Sí, soy yo— cuando me acerco lo suficiente veo el rostro de Kevin, no me esperaba verlo aquí— ¿Qué haces aquí? Son las seis de la mañana.

— He salido a correr un poco. Y ¿Tú qué haces despierta a estas horas?— me mira confuso

Agacho la cabeza al no saber qué responderle, pero la salida de mi padre con mi última maleta hace que él lo entienda— ¿Os vais?— pregunta sorprendido.

— No exactamente, solo me voy yo.

— ¿Te vuelves a España?— ojalá fuera eso pero por desgracia no es así.

— No, voy a Los Ángeles, solo estaré este año, si me aceptan para hacer las prácticas allí el año que viene y estoy a gusto, puede ser que me quede allí un años más— le aclaro

— Pues mucha suerte y nos vemos cuando vuelvas— sigue su camino corriendo.

Vuelvo junto al coche antes de que mis padres me vuelvan a llamar para que me suba a él. En cuanto me subo al coche noto esa sensación de que voy a vivir una aventura y voy a extrañar este lugar. Me paso todo el trayecto hasta el aeropuerto mirando por la ventana mientras escucho la música del coche.

Al llegar al aeropuerto me vuelvo consciente de que me voy a ir durante un año sola, a una ciudad que apenas conozco y que va a ser una nueva experiencia. Tras andar cinco minutos por el aeropuerto llegamos hasta donde mis padres y mi hermana no pueden pasar, tengo que seguir yo sola.

— Pues hasta aquí podemos llegar— dice mi herma parándose.

Me giro hacia ellos que van detrás de mí— Os voy a echar de menos— les abrazo

— Estudia mucho y no te distraigas— me dice mi madre mientras llora— si necesitas algo llámanos, siempre que lo necesites y si no lo necesitas también— yo asiento.

— No llores, que me vas a hacer llorar a mí— me río— y tranquila no me voy a distraer, voy a estudiar y voy a dar todo lo que pueda para no bajar mis notas.

— Te estaremos esperando cuando vuelvas y ojalá te acepten para hacer las prácticas el año que viene allí— dice mi padre justo antes de abrazarme.

Me limpio las lágrimas— Será mejor que me vaya ya, no quiero perder el vuelo— los abrazo una última vez antes de darme la vuelta y seguir mi camino— Adiós.

Siempre he pensado que el avión que iba a coger para irme más de un año fuera era para volver a España, no para ir a otra ciudad a estudiar, o que me iba para volver a vivir allí, pero bueno es una aventura nueva y un nuevo comienzo, más sencillo que la vez que vine pero si hago amigos va a ser complicado despedirme de ellos.

Durante todo el vuelo estoy escuchando mi música o durmiendo, por suerte hay un asiento libre entre la señora que está sentada en mi fila y yo.

Este año no me tengo que encariñar mucho con las personas que conozca, no sé si voy a volver, y no quiero sufrir.

Tras casi seis horas de vuelo aterrizamos, recojo mis cosas y pido un taxi para que me lleve hasta mi apartamento. El piso que compraron mis padres para mí está cerca de mi universidad ya que como no tengo coche aquí iba a ir andando.

Durante el trayecto en el taxi veo todas las calles, la universidad a la que voy a tener que asistir y sitios que me parecen increíbles.

Al llegar a la puerta del edificio pago, el taxista saca mis maletas y se va. Me encuentro frente a la puerta del edificio que va a ser mi casa por el próximo año. Tras unos segundos observándolo hasta que decido entrar.

Saludo a las recepcionistas que ya me han visto alguna que otra vez cuando he venido a ver el piso junto con mis padres y para recibir las llaves cuando lo compramos.

Entro al apartamento y cierro la puerta detrás de mí. Hay muchas cajas apiladas en el salón y en la cocina— Tengo mucho trabajo por delante— suspiro de cansancio— creo que lo mejor será que deje esto para mañana y hoy será mejor que vaya a hacer la compra—

Agarro mi móvil y le mando un mensaje a mis padres avisándoles de que ya estoy en el piso y de que estoy bien.

No pasa mucho tiempo hasta que salgo a hacer la compra, utilizo el GPS para saber dónde está la tienda más cercana. Solo compro lo necesario, algo de comida y cosas que necesito para el piso.

Mientras vuelvo a casa se me acaba la batería del móvil y no sé por dónde ir— Mierda, joder, justo ahora se me tenía que acabar la batería— dejo las bolsas en el suelo e intento volver a encender mi teléfono pero nada funciona— solo pido un 1% de batería, ¿tanto pido?

Tras cinco minutos andando sin saber muy bien a donde ir veo a dos chicos altos uno con el pelo negro y otro pelirrojo, son las únicas personas que he visto por esta parte además de las de la tienda.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora