Capítulo 79

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Leo

— Te dije que no te metieras y tú has metido tus narices donde no debías.

— Pero hermanito...

— Es mi vida, yo no me metí en tú relación cuando decidiste salir con uno de mis mejores amigos para tener una puta relación tóxica.

— Es distinto.

— No, no lo es, cada vez que termináis vienes llorando diciendo que no vas a volver con él pero a los cinco días volvéis a estar juntos.

— Él no está a distancia.

— Sam tampoco, y tampoco lo va a estar, Sam va a volver el curso que viene y se quedará aquí.

Hay un momento de silencio entre nosotros.

— Viniste para estar más cerca de mí, pero metiéndote en mi relación haces todo lo contrario, te estás alejando. Creo que deberías volver una temporada con mamá o con papá, con quién quieras, pero está claro que cerca mío solo te alejas solita.

— Lo siento...

Siempre causa los mismos problemas, nunca le gustan mis parejas, siempre tiene que joder algo.

***

Sam

Estas semanas reviso y reviso mi correo para ver si me ha llegado algo pero no ha habido suerte. Aunque hoy presiento que va a ser diferente, siento que algo va a pasar.

Cuando reviso todos los correos veo uno de la universidad.

Buenos días, queríamos informarla de que se la acepta para realizar el cuarto año de universidad en Los Ángeles...

No me hace falta seguir leyendo antes de agarrar el teléfono y llamar a Leo.

— ¿Hola?

— ¿Te apetece subir un rato?— intento que no se note la emoción en mi interior.

Eso significa que puedo estar con Leo, al fin voy a poder estar con él, por lo menos un año.

— En dos minutos estoy.

Así como lo dice así como lo hace. Dos minutos más tarde está llamando al timbre de mi casa.

En cuanto abro y lo veo lo agarro de la mano y lo llevo hasta enfrente del portátil.

— Lee— índico mientras me dirijo hasta el otro lado de la isla de la cocina.

Empieza a leer concentrado hasta que su cara cambia por completo. Me mira con una sonrisa en la cara.

— Te han aceptado.

— Sí.

Se acerca rápidamente a mí y me abraza levantándome del suelo y dando vueltas.

Al dejarme en el suelo nuestras caras quedan a tan solo unos centímetros.

— Eso quiere decir...

— Eso quiere decir...— repito después de él—, que voy a volver.

Me pone un rizo rebelde detrás de mí oreja muy suavemente.

— Y que... podemos estar juntos...— asiento suavemente mientras me pongo de puntillas para intentar llegar a su cara.

— A sí es...

En ese mismo instante él acorta el poco espacio que queda con un beso tierno.

— Entonces... Sam Martínez... ¿Quieres ser mi novia?

— ¿Acaso hay alguna duda?— lo miro fijamente.

Él sonríe con malicia y yo siento que estoy sonriendo como una gilipollas, como un niño que ve algo que le encanta y lo quiere con todo su corazón.

El niega con la cabeza mientras se ríe y después de eso me vuelve a besar.

***

— ¿Te puedo pedir algo? — pregunta Leo.

— Depende de que sea.

— Es algo bueno, tranquila.

— Entonces sí.

— Me podrías ayudar a ensayar una escena que digamos que no me sale muy bien.

— Sí te puedo ayudar en eso al igual que tú me has ayudado a estudiar.

— Pero ¿podría grabarla?

— Esa pregunta no me la tienes que hacer a mí, es tu trabajo y tú deberías ser quien lo decida.

— Pues entonces la grabado.

— Como quieras.

— Y una última cosa— lo miro confusa— podrías actuar el personaje es que es para meterme más en el papel.

— Sí, supongo que sí, no prometo nada pero de acuerdo.

Leo saca el pequeño guión y prepara todo para su ensayo. Empezamos a ensayarlo sin grabar y una vez que lo tiene lo graba incluyendo mi parte.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora