Sam
— Hora de levantarse— oigo decir a Lucía mientras que se sube en mi cama.
Al mirar la hora veo que son las 10 de la mañana y me quedo pensando en el momento en el que ha cambiado su rutina, ella se despierta tarde.
— ¿En qué puto momento te has empezado a despertar pronto?
— Cuando empezaste a llamar más seguido, es decir cuando Clara consiguió que me empezaras a llamar de nuevo— me rio al recordarlo—. He pensado en que podríamos hacer un desayuno especial juntas, ya que es la primera vez que nos vemos en mucho tiempo y que es tú cumpleaños.
Para ser sincera, desde que me mudé a Miami no le he dado gran importancia a mi cumpleaños, si me preguntaban cuando era o lo que sea lo decía pero tampoco es que me hiciera gran ilusión.
De hecho antes de ver a Lucía no tenía ninguna gana de que llegara el día de hoy. Es la primera vez en cinco años que me apetece montar una fiesta o hacer algo por este.
— De acuerdo— digo mientras salgo de la cama.
Camino tras Lucía, que va dando saltitos de alegría, medio zombi hasta llegar a la cocina.
Al dejar de frotarme los ojos puedo ver que en la encimera hay una bolsa.
— Lucía, ¿qué coño es esto?— digo señalando la bolsa.
— Tu regalo, ¿acaso te piensas que iba a venir con las manos vacías?— se cruza de brazos antes de acercarse— ¡Ábrelo!
Al mirar dentro de la bolsa veo una caja no muy pequeña y una mini bolsa de papel. Me dirijo primero a abrir esta última.
Es un llavero en el cual están nuestras iniciales "S&L".
— Supuse que no tendrías nada que poner a tus llaves de este piso así que he pensado que sería una forma de que me recuerdes.
Me río ante su comentario, aunque es cierto, siempre tengo algún llavero pero esta vez no sabía que ponerle.
Al sacar la caja esta no está envuelta, pero al abrirla veo montón de fotos y voy pasando una por una.
— He pensado que no tendrías muchas fotos y he pensado que si pasabas mucho tiempo sin nuestras fotos te acabarías olvidando de nosotras.
— Nunca me voy a poder olvidar de vosotras. Aunque quiera, no voy a poder.
— Más te vale.
Paro de pasar las fotos y me detengo en una. Lucía se acerca al ver que paro de verlas y mira la foto.
— Aunque no pueda hablar... sé que te echa de menos— la miro con tristeza—. Creo que de alguna forma u otra siempre espera que la persona que entre por la puerta seas tú.
— Aunque no sea mi perro, lo echo de menos, y ya tiene que ser mayor ¿no?
— No es del todo viejo tiene ocho años... vale, sí, un poco— se ríe—. He decidido meter algunas fotos suyas porque, al fin y al cabo, cuando tú estabas él se ponía muy contento y le hacías mucho más caso que yo.
— Eso es cierto, no te lo voy a negar.
La abrazo con todas mis fuerzas hasta que no puedo más.
— Intenté juntar a todas para hacer una foto y que nos tuvieras más actualizadas, pero... no fue posible
— Lo entiendo, no importa, tranquila. Sé que hay problemas.
Antes de que los recuerdos puedan hacer que me ponga a llorar alguien llama a la puerta.
— Felicidades— dicen Clara y Sara cuando abro.
— Pasar— digo mientras las abrazo— Estamos en pijama y desayunando. ¿Queréis algo?
— Darte tus regalos— dice Sara muy animada.
Ambas dejan los regalos en la mesa del salón.
— Algún día os mataré, a las tres— les digo señalándolas.
Cuando veo los regalos decido abrir el más pequeño. Es un vestido negro precioso.
— Me encanta, gracias Clara— el abrazo— pero en una de estas te mato.
— Ahora el mío— protesta Sara.
Nada más quitar el papel de regalo veo que es una caja de zapatos. Al abrirla veo unas botas negras de tacón con algo de plataforma preciosas.
— Venga ya...
La cara de Lucía es un poema. Odia que me ponga tacones o zapatos altos.
— ¿Para qué le regaláis eso? Me hacéis parecer más bajita— protesta Lucía
Me río ante su comentario. Aunque es cierto, pero se arregla fácil, poniéndose unos tacones.
— Nosotras tenemos que ir a hacer unas pocas cosas después os venimos a buscar a las siete— avisa Sara, antes de comenzar a andar por el pasillo del edificio.
— Hasta luego— se despide Clara.
ESTÁS LEYENDO
¿Y Si No Vuelvo? #1
Teen FictionSam lleva cinco años separada de su familia y amigos, se ha negado durante mucho tiempo a rehacer su vida en el nuevo lugar, en la nueva ciudad pero hace relativamente poco decidió dejar de perder el tiempo y volver a hacer su vida, sin la gente del...