Capítulo 38

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Sam

— Clara, necesito que me ayudes a sacar esto del horno— digo rodeando la encimera y yendo hacia la entrada.

Antes de que pueda ir mucho más allá de la esquina de la encimera veo a alguien que me resulta familiar.

No puede ser quién creo que es...

— ¿¡Lucía!?

No puedo evitar abrir los ojos lo máximo que puedo, mi cara de sorpresa es evidente.

Me froto una y otra vez los ojos para asegurarme de que es real, de que ella está aquí, de que no es un puto sueño.

— ¡Sorpresa!— dicen todos que se sitúan tras ella.

Tardo unos segundos en asimilar todo, en asimilar que es cierto, ha recorrido medio mundo para verme. Y por la amplitud de sus maletas sé que no es tan solo una semana.

— ¡Felicidades!— dice Lucía dirigiéndose hacia mí con los brazos abiertos.

— Espera, ¿ya son las doce?— pregunto confusa.

— Sí

Tras un momento de trance, me doy cuenta de lo que está pasando y reacciono rápidamente. Me lanzo sobre Lucía para darle un abrazo.

Veo aparecer al resto por la entrada y vuelvo a quedar confusa.

— Espera— digo separándome de Lucía— ¿Ellos te han ayudado a venir hasta aquí?

— Sí, llevamos planeándolo mucho tiempo— comenta Leo

— Me he perdido en todo esto, pero si solo os conocéis por lo poco que hemos hablado por llamada, no entiendo nada.

Todos se ríen.

— Da igual ya te contaremos— dice Lucía.

— Gracias a todos por traerla.

Sigo sin creerme que Lucía esté aquí, a mi lado. ¿Por qué las cosas buenas son tan difíciles de creer?

— Es una sorpresa de cumpleaños— comenta Marco.

— Como hacía tanto tiempo que no la veías, nos hablaste muchísimo de ella y ella quería darte una sorpresa... Conseguimos entre todos, ella incluida, hacer un plan para que no te dieras cuenta— dice Sara— Felicidades.

***

— Tengo una habitación para ti— comento tirando de su mano hacia la habitación.

— Lo sé, poco más y tengo que dormir contigo

Mi cara de confusión y sorpresa al girarme hacia ella es muy graciosa y hace que se ría.

— Hablaba con ellos. Estábamos planeando todo.

Ignoro eso y sigo guiándola.

— La mía es la otra.

— Sabes que le dije a Leo que te convenciera para poner una cama en el otro puto cuarto y por eso te hizo ponerla.

— Eso... eso fue hace dos meses— mi cara de confusión era muy obvia.

— No te extrañes por eso, planear todo esto lleva su tiempo.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora