¿Y Si No Vuelvo? #1

Capítulo 40

Sam

— Vamos a salir esta noche— suelta Lucía mientras recogemos las cosas de la comida.

— Me parece bien, así podrás ver como es la ciudad.

— No me refería a ver la ciudad— la miro algo confusa.

— ¿Que has hecho?

— Es una sorpresa, y no es que he hecho, es que he preparado.

Me apoyo en la encimera y me llevo una mano a la cara de desesperación mientras me río.

— Y más te vale arreglarte— dice mientras me señala—. Te podrías poner el vestido nuevo con las botas.

— ¿Y se puede saber por qué tengo que ir arreglada?

— ¿Te recuerdo que es una sorpresa?

— Bueno, de acuerdo. Haré lo que me digas.

— Gracias por aceptar y no hacer más preguntas.

No sé a dónde me llevará pero ya me da exactamente igual, no va a haber forma de hacerla cambiar de opinión. Y de alguna forma u otra acabaré haciendo los planes en los que ella esté involucrada.

***

Lucía va de un sitio a otro buscando algunas cosas que le hacen falta. Mientras que yo llevo lista media hora. Por suerte hemos sido precavidas sabiendo cómo es ella y sabiendo que va a tardar.

— Lucía, ni que fueras a ligar, te recuerdo que tienes novio, aunque esté en la otra punta del mundo.

Ella pone los ojos en blanco antes de decirme algo.

— No me pongo mona por eso.

— Como digas— miro la hora en mi teléfono—. Dime que no te falta mucho, enseguida viene Clara a por nosotras.

— Ya estoy— dice viniendo hacia mí.

— Y justo a tiempo— digo cuando escucho el timbre.

Al abrir la puerta está Clara.

— Chica, estás espectacular— dice en cuanto me ve.

— Gracias, tú también.

— Mejor vamos yendo antes de que se vayan sin nosotros— dice Lucía mientras tira de nuestras manos hacia el ascensor.

Cuando llegamos a donde la furgoneta, todos están afuera esperando.

***

Leo

No puedo dejar de verla, ese vestido le queda tan bien. Es muy... sexy. Se me ocurren tantas cosas que podría hacer con ella.

Me tengo que centrar y recordar lo que me dijo Lucía.

En cuanto la tengo en frente mía clavo la mirada en sus ojos antes de abrazarla. Aunque sí que es cierto que me da rabia solo poder hacer eso.

— Vamos antes de que se nos haga tarde para cenar— dice Ethan poniendo una mano sobre mi hombro.