Sam
Lucía al escuchar el portazo va a mi cuarto y se tumba conmigo en la cama.
— Lo siento— me dice.
— Tú no has tenido la culpa.
— Sí, yo sabía todo, es más, el plan se lo dije yo.
— Sabes que yo quería cerrar las puertas de mi corazón y no quería que entraran más personas, no quería volver a sufrir.
— Ya pero te veía tan feliz cuando me hablabas de él y a él le gustas
— Sabes que las cosas no son tan sencillas.
— Sam, si lo dices por el hecho de la distancia, yo también he pasado parte de mi relación a distancia y ha salido bien, sigo con Mikel.
— Tú distancia era una hora en coche, mi distancia son varias horas en avión.
— Da igual, distancia es distancia, y toda distancia se puede recortar— me dice Lucía.
— La que está sujeta por tus padres es imposible recortar.
— Sam, ambas sabemos que es ridículo lo que estás haciendo, sabemos que vas a volver, disfruta de estos dos años, y se feliz con quien quieras, de hecho tienes aquí mismo una puta oportunidad de ser feliz.
— Eso es lo que tú crees, yo no lo creo tanto.
Se incorpora rápidamente de la cama antes de empezarme a gritar.
— Si solo lo creyera yo no estarías aquí. La universidad también ha creído en ti, y estás aquí porque has creído en ti misma.
— Lo he hecho por obligación, sabes que yo no me quiero dedicar a esto, si en parte me gusta, pero no es lo que me apasiona, es otra cosa completamente distinta.
— No desviemos el tema, creo que cometes un error al pensar así.
Cuando se va me pongo a pensar en algunas cosas que he escuchado durante toda mi vida.
Me levanto para darme una ducha y poder despejarme.
Al ir a buscar ropa limpia vuelvo a ver mi ropa y mis zapatillas de baile— debo admitir que lo echo de menos, llevo meses intentando volver a bailar pero no puedo— tomo las cosas y las observo en mis manos. Después de un rato las vuelvo a guardar y me sigo vistiendo.
Salgo de mi cuarto para ir a la cocina a comer algo.
— ¿Estás enfadada conmigo?
— No, pero porque quiero aprovechar el tiempo que estés aquí.
— Vale, lo siento, no era mi intención hacerte sufrir de esta manera.
— Sé que no era tu intención, sé que lo único que querías era verme feliz.
— No te veía así desde la última vez que bailaste.
— No saques ese tema ahora, ya tengo suficiente.
— Sam, deberías darle una oportunidad, a él y al baile, y quien sabe si seguiréis saliendo cuando tú te vayas.
— Sabes lo que pienso del baile y no quiero hablar de eso y del otro tema exacto, nadie lo sabe, y si salimos y no llegamos a ese momento y yo vuelvo las cosas serían súper incómodas, por eso no quiero, a parte que al siguiente año me iría de nuevo.
— No deberías volver a levantar un muro para que nadie entre en tu vida.
— No lo hago.
— ¡Es lo que estás haciendo ahora mismo!
— ¡Qué más da lo que haga! ¡Tú te vas a volver a ir y yo me quedaré aquí y volveré a Miami! ¡Puede ser que no nos veamos en otros cinco años! ¡O que no nos volvamos a ver!
— Sam, no volvamos a como estabas cuando te fuiste de España, estuviste muy mal y no quiero que vuelvas a pasar por algo así, abrirte a los demás, no pongas un muro en medio.
— Lo siento, por gritarte.
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¿Y Si No Vuelvo? #1
Teen FictionSam lleva cinco años separada de su familia y amigos, se ha negado durante mucho tiempo a rehacer su vida en el nuevo lugar, en la nueva ciudad pero hace relativamente poco decidió dejar de perder el tiempo y volver a hacer su vida, sin la gente del...