Capítulo 30

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Leo

Todo esto me ayudará a pasar más tiempo junto a ella, descubrir más sobre ella. Podré ayudarla e intentar cambiar esa idea que tiene que me dijo Lucía.

— ¿Me puedes hacer un favor?— asiento— ¿Me puedes pasar el portátil?

Vuelvo a asentir y no tardo en levantarme y alcanzarlo. En cuanto se lo doy empieza a sonar como si estuviera llamando a alguien.

— ¿Llamas a alguien?— pregunto

— Estoy llamando a Lucía.

Mierda, tengo que actuar como si en realidad solo la conociera de la vez que nos presentó y no como si hubiera estado hablando con ella semanas.

— ¿No será mejor que descanses?

— Sí, pero no puedo hacer otra cosa y tengo todo el día para descansar.

— Como quieras.

El pánico que apodera de mí, pero intento que no se vea reflejado en mi cara, eso podría llevar a muchos problemas.

— Hey, no esperaba que me llamaras

— Sí, tenía que trabajar pero...

— Se ha puesto mala— la interrumpo antes de que acabe de hablar.

No sé si estará sorprendida de que yo esté al lado de Sam, en su casa mientras está enferma, cuidándola.

— Leo ¿verdad?

Me sorprende que haya dicho eso, parece ser que sabe disimular o actuar.

— Sí, Leo

— ¿Te está cuidando?

— Sí, bueno, es que Clara no podía venir... y sí, eso creo.

Se nota el nerviosismo de Sam en cuanto a la pregunta. Sé que no sabe que responder a su amiga.

— Leo, ¿te puedo pedir una cosa?

A Sam y a mí nos sorprende que Lucía me haya dicho eso, no sé en qué estará pensando pero espero que no diga nada de la sorpresa.

— Depende.

— Intenta que esa señorita de ahí no levante un muro entre todas las personas y ella. Y menos conmigo, oblígala a hablar conmigo. Es lo único que te pido.

— De acuerdo.

— No va a pasar lo mismo que pasó hace nada, tranquila Lucía, todo va a estar bien, no voy a levantar un muro entre tú y yo.

— No te fíes Leo— me advierte Lucía.

En la cara de Sam aparece una sonrisa a la vez que pone sus ojos en blanco.

— ¿Quieres avisarle de algo más?— le pregunta Sam a Lucía.

Lucía por un momento se queda pensando y asiente.

— Que no te engañe con esa carita de ángel, es un demonio, ese demonio lo he creado yo y puede ser muy peligroso, pero puede ser que haya desaparecido en cinco años

— ¿Enserio?

— Eso es mentira.

— Bien que cuando te fuiste, chico que se te acercaba chico que rechazabas. Eso lo he creado yo.

— ¿No has tenido novio?— Sam niega con la cabeza— ¿Cómo puede ser eso cierto?

— No entiendo por qué, pero ella no quería.

Sam no ha tenido novio en cinco años, eso es muy extraño. Se puede ver que es una chica que vale mucho como persona y es muy bonita.

— No es por eso.

— ¿Entonces?— preguntamos Lucía y yo al mismo tiempo—

— No se puede tener todo en esta vida y punto.

¿No se puede tener todo en esta vida? No la entiendo, tener un novio no es tener todo y no creo que sea algo que sea súper necesario para completar una vida, pero no la entiendo.

***

Sam

Empezar a hablar de parejas me ha puesto un poco incómoda, sabiendo que tengo que ocultar mis sentimientos hacia Leo por lo menos hasta que sepa si me voy o no.

— Chicos yo voy a descansar un poco— los dos asienten y cuelgo la llamada.

— ¿Quieres que me quede aquí o que me vaya a la sala?

— Mejor quédate aquí, quien sabe si tengo que salir corriendo al baño de nuevo.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora