Sam
La cena son risas y más risas, pero a la vez me siento algo extraña rodeada de gente nueva, me cuentan sus historias y son divertidas. Hay que decir que no todas las historias han sido divertidas, Axel ha contado una triste pero se la ha tomado algo normal. Supongo que por el paso del tiempo según él era pequeño y con el tiempo lo ha superado.
Han contado miles de cosas y yo solo he escuchado todas las historias para poder saber más y más de ellos. Amo escuchar a gente y más si son personas nuevas, son cosas que puedo aprender y aportar a mi vida.
Tengo miedo de estar encariñándome demasiado con ellos, no quiero pensar que cuando me vaya no los voy a ver más, dudo que mis padres si no es por estudios me dejen venir.
A la vez que escucho las conversaciones estoy pendiente de la hora para saber qué hora es.
— Sam— miro a Clara que me mira confusa—. ¿Estás bien?
— Sí solo miraba la hora.
— Llevas haciendo eso toda la noche— me avisa.
— No quiero despertarme tarde mañana.
Odio ser tan exigente conmigo misma pero es necesario, ya sea por tener buena nota o volver aquí el año que viene.
Tras un rato vamos caminando por la calle para buscar la furgoneta.
— ¿Te lo has pasado bien?— escucho una voz en mi oído.
Al girar la cabeza veo a Leo.
— Sí, muy bien.
Sí que es cierto que hay algunos recuerdos que se me vienen a la mente de algunas cosas que he hecho con mis amigas, pero tengo que olvidarme ya de eso.
— Te he visto que estabas en otro mundo— comenta.
— Sí, un poco, lo siento— agacho la cabeza para mirar a mis pies—. Aún no me acostumbro a estar con vosotros y hay algunos recuerdos que se me vienen a la mente y luego el tener que madrugar mañana no ayuda— me río.
— Tranquila, ya te acostumbrarás, al fin y al cabo tienes un año por delante. Disfrútalo.
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¿Y Si No Vuelvo? #1
Подростковая литератураSam lleva cinco años separada de su familia y amigos, se ha negado durante mucho tiempo a rehacer su vida en el nuevo lugar, en la nueva ciudad pero hace relativamente poco decidió dejar de perder el tiempo y volver a hacer su vida, sin la gente del...