Capítulo 21

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Leo

Camino en dirección a la puerta de Sam, hoy tiene la prueba de fotos y yo soy quien la voy a llevar ya que tengo que ir a hacerme algunas fotos también. Aún no le he dicho nada de lo que me dijeron, pero espero que no se niegue.

En cuanto estoy enfrente toco la puerta y no tarda en abrir.

— ¿Estás listo?— pregunto en cuanto sus ojos verdes encuentran los míos.

— Sí, vamos...

No hablamos mucho hasta que llegamos al garaje.

— ¿Vamos en la moto?— pregunta algo sorprendida.

— Sí, ¿te parece bien?

— Sí, pero no sé me ha sorprendido.

Alargo mi brazo para agarrar el casco que está sobre la moto y se lo paso.

— Gracias— dice agarrándolo tímidamente.

De seguido yo me pongo el mío y me subo a la moto. Mientras la arranco me doy cuenta de que Sam tiene problemas con el cierre.

— A veces falla— digo mientras la miro luchar con ese dichoso cierre— si quieres te ayudo.

— Igual acabamos antes— dice mientras se ríe.

La verdad no he podido escuchar mucho la risa de Sam desde que la conocí, pero lo que si he podido escuchar son sus problemas y aunque me gusta saber de su vida y me gusta saber sus problemas para ayudarla, también me gusta escucharla reír.

No tarda en acercarse a mí y echar su cabeza atrás. Con sus pequeñas manos aparta su pelo para dejar a la vista el cierre y que no se enrede. Su pelo es muy largo, rizado y negro, la verdad, me encanta.

— Listo, sube— le indico señalando detrás de mí.

Al subirse pone las manos en mis hombros para impulsarse pero luego las desliza por toda mi espalda hasta mi cintura y entrelaza sus dedos por delante de mí.

Noto su cabeza apoyada en mi espalda.

— ¿Estás cómoda?— noto como asiente.

— ¿Te molesta?— pregunta casi en un susurro.

— Para nada.

No tardo en mucho tiempo en arrancar. No cambia de postura en todo el trayecto y eso me hace sentir bien.

Tras un rato llegamos y Sam se baja primera apoyándose en mis hombros. Apago el motor, me quito el casco y veo a Sam de nuevo luchando con el cierre.

— Creo que esta vez se te ha enredado con el pelo ¿te ayudo?

Ella no tarda en venir hasta donde estoy y echar de nuevo la cabeza atrás. Consigo desenredar su pelo y abrir el enganche tras una pequeña lucha.

Al mirarme se empieza a reír.

— ¿Qué pasa?— pregunto sonriendo.

— Tu pelo está un poco alborotado— dice entre risas.

— Suele pasar— digo llevando una mano a mi mata de pelo para revolverlo.

Extiendo los brazos para devolverle el casco.

— Coge el casco y vamos dentro— le digo mientras me aseguro de llevar todo.

***

Sam

Sinceramente, estoy nerviosa, sé que esto es mi sueño, pero mis padres no saben nada, estoy lejos y puede que el año que viene no esté aquí.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora