Capítulo 50

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Sam

Leo abre la puerta del piso con mis llaves, me agarra de la mano y me mete dentro del apartamento. Me sienta en el sofá y se agacha para mirarme a la cara.

— ¿Estás mejor? ¿Ya puedes pensar con claridad?— me pregunta.

— Solo voy un poco contenta— me inclino hacia delante para estar más cerca de su cara.

— Me has besado, quedamos en que seríamos amigos y me los estas poniendo muy difícil, así que es mejor que te vayas a dormir y no hagas ninguna tontería más— se levanta del suelo y yo me levanto del sofá a la vez que él.

— Y qué más da, tú mismo lo dijiste hace un par de días, no podemos negar lo que sentimos— le digo apoyándome en su pecho y poniéndome de puntillas.

— Sam ya lo hablamos, y de hecho tú fuiste quien dijiste de ser amigos porque ibas a sufrir si teníamos algo— dice apartándome.

— Tú me dijiste que ibas a intentar cambiar un par de cosas durante el tiempo que yo estuviera aquí, que eran mi negatividad y el hecho de no saber vivir el presente, y eso es lo que estoy intentando ahora.

— Sí, pero no de esta manera, no quiero que mañana por la mañana vuelvas a reaccionar como reaccionaste el otro día.

— No creo que vuelva a reaccionar así y ni que nos volamos a dejar de hablar.

— Empiezo a pensar que no estás tan borracha como parece— dice confuso.

— No estoy borracha, apenas he bebido— vuelvo a acercarme a él.

— Entonces te felicito, porque eres muy buena actriz.

— Gracias— lo beso de nuevo.

Esta vez me sigue y no me aparta de él. Me acerca a él agarrándome de la cintura, se sienta en el sofá sin dejar de besarme, me subo en su regazo.

Después de estar un rato liándonos en el sofá suena mi teléfono varias veces y aunque intentamos.

— Creo que deberías contestar— me dice Leo.

— Debería.

Me bajo de su regazo y agarro mi móvil y miro a ver quién es— son todas mis amigas llamándome a la vez— esto no me lo esperaba— A la primera que contesto es a Adriana.

— Hey, feliz año nuevo— le digo a Leo que espere y que no se vaya— ¿qué tal por España?

— Genial, pero se te echa de menos, ojalá algún día hacer como Lucía e ir a visitarte, ya me ha dicho que estás en Los Ángeles y no en Miami.

— Ya te ha informado de todo.

— Dice que tu piso está genial y yo lo quiero ir a ver.

— Pues vente cuando quieras aquí te esperaré pero avísame.

— Sí, tranquila.

— Bueno te dejo que ya es tarde, chao.

— Chao— cuelgo y vuelvo con Leo.

— Creo que tienes razón, ya es tarde— dice Leo— será mejor que me vaya a mi departamento.

— O te podrías quedar aquí— sugiero.

— La habitación de invitados ya está ocupada, pero no me importaría volver a dormir en el sofá.

— Yo no he dicho nada ni de habitación de invitados ni de sofá— me acerco cada vez más a él.

— ¿Qué se te está pasando por la cabeza Sam?— dice con una sonrisa en la cara.

Lo vuelvo a besar y lo voy guiando hasta mi cuarto, nos tiramos en la cama mientras nos besamos y estamos un rato liándonos, hasta que los dos nos quedamos dormidos.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora