No me queda otra que preguntarles si saben dónde está el edificio, me arriesgo mucho al ser una chica joven sola que está perdida por una ciudad en la que no conoce a nadie, pero quien no arriesga no gana, ¿no es así?
Me acerco a los chicos y cuando ya estoy lo bastante cerca como para que me escuchen digo— Perdonad— amos dos se giran.
Los dos chicos son muy altos, uno tiene el pelo negro y el otro es pelirrojo, pero ambos tienen un piercing en la parte izquierda del labio inferior. El de pelo negro, el más alto es el que más capta mi atención.
— ¿Necesitas algo?— me preguntan a la vez.
— ¿Vivís aquí?— ambos asienten con la cabeza— Necesito llegar a un edificio pero me he perdido y la batería del teléfono se me ha acabado y no puedo seguir con el GPS.
— Dinos la dirección y si sabemos dónde está te indicamos— dice el pelirrojo muy amablemente yo asiento y se la digo— es tu día de suerte, justo nos estábamos dirigiendo hacia ese mismo edificio.
— Me acabo de mudar y justo he llegado hoy, estaba volviendo de hacer la compra y se me ha acabado la batería del móvil y no sé por dónde ir— les confieso.
— Vivimos en ese mismo edificio— dice el de pelo negro en un tono algo frio pero a la vez amable— Tú debes de ser la persona por la que estas semanas han estado subiendo cajas ¿no?— yo asiento.
— Puedes venir con nosotros— dice el pelirrojo— soy Axel.
— Yo soy Leo— dice el chico de pelo negro, el más alto.
— Yo soy Samantha, encantada de conoceros.
— ¿Entonces vienes con nosotros?— pregunta Leo y yo asiento tímidamente.
Comenzamos a andar por las calles— ¿De dónde vienes?— pregunta Axel.
— De Miami— respondo rápidamente.
Los dos se miran confusos— ¿y cómo es que has venido aquí?— parece que Leo es algo curioso por las personas.
— Por estudios, me dieron la oportunidad y acepté.
No tardamos mucho en llegar al edificio— gracias por ayudarme a llegar— me encojo de hombros y sonrío tímidamente.
— No ha sido nada— dice Axel— encima veníamos aquí también así que no ha sido ninguna molestia acompañarte.
— Espero volver a veros por aquí— me giro para irme.
Noto una mano cogiéndome del hombro para frenarme— ¿Por qué no nos das tu número para hablar y si eso quedar uno de estos días?— dice Leo en cuanto me giro
¿¡Darles mi número!? No sé si fiarme de ellos, parece ser que las personas de recepción les conocen pero ¿de verdad puedo confiar en ellos? Me han traído hasta donde les he pedido pero no les conozco, pero necesito hacer amigos y conocer a alguien por si me vuelvo a perder.
— De acuerdo...— se lo dicto— Gracias otra vez.
— Nada, para lo que necesites, piso 14 puerta J —dice Axel. Asiento y sigo mi camino hacia el ascensor.
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¿Y Si No Vuelvo? #1
Teen FictionSam lleva cinco años separada de su familia y amigos, se ha negado durante mucho tiempo a rehacer su vida en el nuevo lugar, en la nueva ciudad pero hace relativamente poco decidió dejar de perder el tiempo y volver a hacer su vida, sin la gente del...