Capítulo 52

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Sam

Cuando despierto ya es la hora de comer, Leo sigue durmiendo a mi lado— y yo pensaba que se iba a ir en mitad de la noche— Me levanto de la cama y voy a la cocina a comer algo.

Lucía ya está despierta, está sentada en el sofá viendo la televisión. Me acerco a ella y la abrazo.

— Es genial volver a empezar el año contigo, no quiero que te vayas— le digo.

— Sabes que a finales de este mes me voy a tener que ir.

— Ya pero ¿segura que no te quieres quedar más tiempo?— pregunto.

— Tengo clase y empiezo en febrero, así que vamos a aprovechar el tiempo que nos quede juntas.

— Sí, siempre me centro en el futuro y no en disfrutar el presente.

— Bueno creo que anoche lo disfrutaste.

— Cállate, sigue durmiendo— nos reímos— bueno voy a comer algo, tengo mucha hambre.

— ¿No te bastó con lo de anoche?— dice Lucía vacilándome.

— Eso no fue comida, y vamos a dejar ya ese tema tú y yo— me levanto del sofá y voy hacia la cocina.

Me preparo unas tostadas con jamón y un vaso de zumo de naranja natural. Cuando lo tengo todo listo salgo con el plato y el vaso de la cocina y lo dejo en la mesa de centro del salón y me siento en el suelo.

— Tenemos que planear cosas para hacer juntas— le digo a Lucía— no tenemos que desperdiciar ni un solo segundo.

— No lo dudes, pero igual lo tienes que invertir en otro tipo de cosas, recuerda que tienes que estudiar.

— Cierto pero estudio todos los días así que voy bien.

Estamos hablando un rato más en el salón mientras me como las tostadas y el zumo.

— Yo quiero que me presentes algún día a Mikel, que lo he visto un par de veces en el video llamadas pero lo quiero conocer en persona, así que la próxima vez que vengas a hacerme una visita lo traes que le voy a dejar un par de cosas claras.

— Pues me pidió venir conmigo aquí, pero le dije que mejor no, mejor tú y yo solas— nos reímos.

En ese momento Leo aparece por la puerta de la sala, aún medio dormido y las dos nos callamos.

— Bueno yo mejor voy a darme una ducha— dice Lucía cuando lo ve.

Se va por el pasillo esquivando a Leo que está en la puerta que conecta el pasillo y el salón.

— ¿Quieres algo para comer?— le ofrezco.

— Ya me preparo yo algo tranquila.

— Yo me voy a dar una ducha, enseguida vuelvo— se mete en la cocina y yo me voy a mi baño a darme una ducha.

Tras ducharme me pongo uno de mis muchos chándales, un body, una sudadera corta y un moño alto mal hecho.

Salgo de nuevo y voy a la cocina por si Leo necesita algo.

— ¿Necesitas algo?— pregunto.

— Con relación a la comida no, pero sí que necesito hablar contigo— me dice cuando acaba de comer lo que se ha preparado.

— Sí, yo también creo que deberíamos hablar.

— No me vuelvas a gritar como el día después de tu cumpleaños, por favor— me pide.

— Ayer casi no bebí y era consciente de lo que decía en cada momento así que no te voy a gritar— digo mientras me río para calmar la situación.

— Tú no quieres nada serio ¿no?

— Exacto, pero tampoco puedo levantar un muro entre la gente que me importa y no quiero negar lo que siento por ti

— ¿Entonces?— me pregunta confuso.

— Podríamos tener algo pero sin tener nada— digo sin saber explicarme.

— No te he entendido.

— Tener cada cierto tiempo algo o cuando queramos pero no ser pareja.

— ¿Pero no te hará daño?— pregunta.

— Ya me da igual, creo que tengo que aprender a vivir el presente y dejar el futuro apartado— le digo con una media sonrisa en la cara.

— Y yo te ayudaré, pero me tienes que dejar ayudarte— dice acercándose a mí.

— Lo único es que hay una persona a la que tengo que prestar más atención y no le puedo dejar sola, por lo menos hasta que se vaya

— Entiendo pero recuerda que tienes que estudiar y yo te ayudaré también en eso— me pega a él y me besa.

Entra Lucía buscándome ya que no encuentra el secador del pelo, pero al vernos se queda a un lado ya que no quiere hacer ruido.

Cuando me doy cuenta me separo de Leo.

— ¿Necesitas algo?— pregunto.

— Te iba a pedir el secador pero veo que estás ocupada así que mejor vengo en otro momento— nos echamos a reír.

— Anda ven— voy a mi cuarto y Lucía me sigue— toma— le digo cuando saco el secador de pelo.

— Gracias, y lo siento.

— No pasa nada— Lucía sale de mi cuarto y yo me quedo un rato organizando todo.

Leo que estaba en la cocina viene a mi cuarto y me ayuda a organizar un poco todo el cuarto y a hacer la cama.

— Hoy no estudiarás ¿no?— me pregunta curioso.

— No tenía pensado, tengo que hablar con mis padres y poco más mis amigas ya están durmiendo así que no les tengo que llamar, y es día de hacer el vago.

— Yo creo que tendré que volver a casa junto con Axel, así que nos vemos otro día, ¿okay?

— Okay.

Se despide y se va a su casa. En cuanto Lucía escucha el sonido de la puerta viene corriendo hacia mí.

¿Y Si No Vuelvo? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora