Capítulo 2

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Infancia

Eran las tres de la tarde, el día era precioso para salir a jugar. Ese día no había clases y los niños estaban felices de al menos tener un día de descanso de las clases y actividades del club.

A pesar de eso, los señores Itadori se encontraban en sus respectivos trabajos. El padre trabajaba como Químico y la madre Oficinista, sus trabajos consumían sus vidas, todo el tiempo se lo dedicaban a sus oficios, pues tenían muchas cosas que hacer y jefes a quienes responder.

Shoso se encontraba con sus compañeros de clase en una casa, trabajando para el festival de deportes que se organizaría la semana siguiente en la escuela. Por lo cual, llegaría tarde.
Esou por su parte estaba con sus amigos en quién sabe dónde.

Yuuji era el único en casa en ese momento. Ya había terminado de limpiar la casa, los platos estaban bien guardados en la alacena, su tarea ya estaba lista para ser entregada en las fechas correspondientes.
Ahora se encontraba viendo la televisión en su cuarto. Estaban pasando Pokémon, el niño estaba tan concentrado viendo la pantalla, mientras comía unas galletas que su hermano mayor Shoso, le regaló.

Pego un brinco cuando escucho la puerta principal ser azotado con fuerza, su corazón latía desbocado. Curioso por lo qué podía ser, salió de su habitación y vio a Esou llegar al pasillo de la segunda planta. Lo vio tambalearse en cada paso que daba, sin lograr tener equilibrio y cantaba una canción que no comprendía, ya que su lengua era torpe.

— Esou, ¿Estás bien? — con cuidado se acercó a su hermano, que se encontraba borracho y soltaba un olor muy fuerte a alcohol y cigarros.

El chico mayor miró a su pequeño hermano borroso. Notó que estaba vestido con unos pantalones cortos azul fuerte y una sudadera roja holgada. Sus ojos lo miraban con curiosidad y preocupación, una idea paso por su nublada mente. 
Por supuesto, que Yuuji nunca había visto a nadie beber en casa, y desconocía cómo era una persona ebria. Por eso esperaba pacientemente alguna respuesta.

— Vamos a jugar, Yuuji — habló Esou. Su voz era más ronca y tenía una pequeña sonrisa en los labios.

Yuuji sentía un poco de miedo por sus palabras, Esou jamás le pedía jugar a nada. Retrocedió por puro instinto — ¿Qué? — no sabía que más contestar. Su hermano no se veía bien.

Sin nada que decir, Esou tomó la mano del menor y lo jaló para ir directamente a la habitación del menor. Yuuji no entendía muy bien lo que quería hacer su hermano, todo estaba pasando muy rápido, pero, como era su hermano decidió no poner resistencia.

Una vez dentro de la habitación, bien iluminada y llenó de juguetes. Esou se sentó en la cama, sentando al menor en sus piernas con un poco de brusquedad — jugaremos a un juego que los hermanos juegan — se acercó Esou al cuello del menor y dio un pequeño beso.

Yuuji trato de levantarse. No era algo que pareciera un juego de hermanos. Shoso nunca ha mostrado ese tipo de acciones.

— Tranquilo, solo es un juego, pero, esto no puede saberlo nadie, ¿Entiendes? — sin pena beso los labios del pequeño niño.

Yuuji sintió los labios de su hermano sobre su boca, se quedó quieto, en blanco, sin saber que hacer — ¿Por qué? — preguntó con incomodidad al terminar el beso. Eso era lo que sentía Yuuji. Guardar secretos sonaba mal y lo hacia sentir culpable. Estaba helado, no sabía cómo parar ese juego. Sus manos comenzaron a temblar y su cuerpo estaba frío.

— Por que puede causar problemas, ¿Tú quieres que me regañen? — en ningún momento dejo de tocar el pequeño cuerpo, paseando sus manos sobre las pequeñas piernas sintiendo la suave piel. Metió la mano debajo de la sudadera y la fue subiendo hasta que pudo sacarlo.

Flores Amarillas // SukuItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora